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47-El Tiranosaurio

Dentro de la sala donde el Peto de Plata se mantiene inerte, mientras los Fragmentos de Omega pelean contra Crusaden, Fireblast y Cromatonio, los Fragmentos Maravillosos vigilan la entrada sin que puedan ayudar en algo. Y en el combate de Finem contra Cromatonio, el homúnculo lleva la ventaja tras herirlo gravemente con sus propias garras.

-¡JUJUJU! ¡SIGUES DE PIE PESE A MIS DESTRUCTIVAS GARRAS! ¿ACASO TUS HERIDAS SE ESTÁN REGENERANDO POR SÍ SOLAS? ¡DEBES DE SER EL FRAGMENTO DEL ELEMENTO SANGRE!

-¿Y ESO QUÉ? HAHAHAHAHA

-¡DEBERÍAS DE HABER SIDO EL FRAGMENTO DEL ELEMENTO CUERPO! – le dice, realizando con su mano izquierda una especie de seña. Un aparente pedido de acercamiento, que es lo que el confundido vampiro entiende inicialmente. Porque es en realidad una técnica especial de su rival, que le arranca instantáneamente uno de sus brazos.

-¿¡HAHAHA…!?

-¡INTENTA REGENERAR TU BRAZO, YA! ¡SI ES QUE PUEDES HACERLO!

Enfureciéndose, el Fragmento le hace caso, e intenta regenerar la extremidad que le falta. No lo consigue. Tan sólo logra cerrar la herida abierta.

-¡JUJUJU! ¿LO VES? ¡CON EL ELEMENTO SANGRE PODRÁS REGENERARTE Y MANIPULAR LOS HUESOS DE CUALQUIERA, PERO CON EL ELEMENTO CUERPO PUEDES HACER MUCHO MÁS!

-¡HAHAHAHAHA! – ríe con ira Finem, saltando nuevamente hacia su monstruoso enemigo que no tiene problemas en esquivarlo al instante. 

-¡AHORA, TIBURONZÍN, JUGUEMOS A LAS ESCONDIDAS! – propone, quitándose el gorro y el chaleco de colores de encima, revelando un cabello cian peinado hacia arriba, sus ojos dorados y un torso completamente tonificado, cubierto por una camiseta corta y semi-transparente. Acto seguido, utiliza su habilidad especial para volverse invisible. O más bien, semi-invisible.

-¡TE PUEDO VER! – grita, pudiendo notar su figura y pateándola.

-¡ARGH! ¿¡CÓMO ES POSIBLE!? ¡SI YO PUEDO SER INVISIBLE! – se queja, volviéndose opaco de nuevo.

-En conjunto a tu elemento, Cromatonio. – le recuerda Ofidius, que aún combate contra Antlar y compañía, alejándose de éstos por un momento con Guantelete.

-¡MIERDA! ¡ES CIERTO!

-Parece ser que su habilidad no es perfecta. – opina Stroyer, analítico.

-Por zí zola no lo ez, pero combinada con el elemento Cuerpo ze vuelve tan perfecta como el poder de loz Diozez.

-Aquel hombre del diente largo mencionó también a esos dioses tuyos antes de morir. ¿Son acaso parte de los Entes?

-Oh, no. Zon mucho mejorez que loz propioz Entez. Loz Diozez zon en total ziete. De entre loz ziete trez zon loz “Amoz del Tiempo”; del pazado, del prezente y del futuro. Loz otroz trez zon loz “Deztructores de Todo". Y el primero de todoz ez el “Gran Dioz”. El que lo dominará todo por loz zigloz de loz zigloz. Elloz noz trajeron a la vida con el fin de alcanzar la felizidad eterna, matándoloz a uztedez y al rezto de loz humanoz en todo el mundo.

-Por tu respuesta encuentro que somos muy importantes.

-Claro que lo zon. Zon enemigoz de nuestroz Diozez. Zobre todo tú y eze chiquillo, Ztroyer.

-¿QUÉ? ¿YO? – se asombra Railo.

-Azí ez… Tú, lider de loz Fragmentoz de Omega, erez el elegido del Ente Alfa, al igual que aquel inzecto de Ephraim.

-¿¡Ephraim!? – se sorprende Antlar - ¿¡Él también es un elegido!?

-Entonces no es coincidencia que posea la Pluma Negra después de todo… ¿pero por qué Railo es también su objetivo?

-¿No dezeaz zaber primero por qué “Caraquemada” ez un elegido?

-Respóndeme. Ahora. – le exige, amenazante.

Y en cambio, Ofidius le lanza una ráfaga de hielo, que el Fragmento de Fuego no tiene problemas en esquivar, ya que ni siquiera lo roza. Luego éste se acerca hacia el homúnculo, que retrocede con intención de hacerlo venir.

-¡STEVEN! ¡¡¡LOS GLADIOS ESTÁN AQUÍ!!! – irrumpe Louis, que divisa en la entrada a las fuerzas de la Secta Astral.

-Mátenlos. – ordena su líder, volviendo a Ofidius.

-¡Maldición, estamos acorralados! – maldice Gliam, que lanza de sus garras metálicas varios dardos con los que ataca a los repentinos soldados de negro, mientras los gemelos Twidlecutt los embisten.

-¡A CHUZAR, DEENEAC!

-¡A POR EL STRIKE, DUMINIC!

-¡YO TAMBIÉN QUIERO JUGAR! – pide Max, incapaz de pelear.

-¡No puedes hacer nada, Max! ¡Tu revólver se hizo pedazos!

-¡Friedrich, Bouclier, ayúdennos!

-¡Enseguida, monsieur Lapin! – escucha el segundo, creando una barrera de gravedad que utiliza esta vez para empujar a los Gladios.

-¡Friedrich, es decir, Schlafdat, ayu…!

Es ahí cuando el conejo nota, que éste duerme parado, completamente indiferente de su alrededor, víctima de su narcolepsia.

-¡NO TE DUERMAS! ¡DESPIERTA!

-Huh? S-SCHEIßE! – grita, sorprendido de todo lo que ocurre, corriendo a ayudar al hermano de su amiga. - ¿Qué tengo que hacerr?

-¡Crea tierra, lo que sea para alejar a los soldados de negro!

Y el nuevo Fragmento crea entonces tierra ayudando al Fragmento de Gravedad, repeliendo a sus enemigos como si fueran bulldozers o arietes. 
Sin embargo ellos y todos los Fragmentos Maravillosos son inesperadamente atacados por los Sin Nombre, que se aparecen del suelo gracias a Wombat. Uno por uno son inmovilizados en la tierra misma, como si fueran flores.

-¡NOOOOOOOOOOO! – llora Max, atrapado junto a March, Gray y el resto de sus hermanos.

-¡Oh, no! ¡Estoy otua vez en la tiega! ¡hip! – se lamenta Remy, otra vez.

-Nein…! – exclama el perezoso, que rápidamente vuelve a dormirse.

-Fueron más fáciles de atrapar que ratones. – les dice su victimario.

-¡En cuanto salgamos de aquí los pulverizaremos! ¿¡No es así, Deeneac!?

-¡POR SUPUESTO DUMINIC!

-Inténtenlo, pelones. – les contesta Calamar, que procede a mirar con enojo a Antlar.

-No hay necesidad de hablarles, Calamar. – le avisa Koala, que antes de mirar a su antiguo compañero mira con una sonrisa a Railo, a quien le guiñe un ojo en secreto agradecimiento, incomodándolo.

-¡Alban! ¡Vinimos a hacerte pedazos! - lo llama Mako, igual de enojado que sus compañeros.

-¡Vaya vaya, pero si son ustedes! ¡Langdon, Sean, Karen, Marlon! – les sonríe, quien fue alguna vez Mantis - ¿Cómo se siente ser humillado por su propio colega? ¿Ya recuperaste el ánimo, Sean?

-¡Lo recuperaré en cuanto acabe contigo y con ese Fragmento del Alma, bastardo! ¿¡En donde está!?

-Nunca has sido nuestro colega. Ni desde el principio…

-¡Cuanta razón, Marlon! ¡Siempre estuve con mis verdaderos compañeros, los Fragmentos de Omega! Por cierto Karen, ¿en dónde está Kaitlyn? ¿Acaso está llorando por ahí, sin aceptar el hecho de que la usé y la traicioné a la vez?

-De hecho, ella está agradecida de haber descubierto la clase de persona que eres. Y lo está aún más con tu hermanita.

-Jajaja, claro claro. ¡Ni siquiera sabéis donde la dejé! Tu hermanita es TAN ignorante después de todo. ¡Y también crédula y estúpida! Como cada uno de ustedes... ¿No es así, Wombat?

-Ya no lo es, maldito idiota. Tu inocente hermanita le escribió una nota de despedida, en la que reveló a cuánta distancia estaba del hotel la casa de tu querido amigo, Friedrich Dernok. Gracias a eso, tras mucho esfuerzo, Kaitlyn logró encontrarla. Así que puedes empezar a olvidarte de querer meterla en tu patética organización.

Con las semejantes e inesperadas palabras que acaba de escuchar, el Fragmento de Hierba, usualmente relajado y carismático, deja ya de sonreír. 
Poco a poco, la paciencia y la calma se le pierden. Su plan de querer meter a Allie en la organización se acaba de esfumar, al descubrir que tanto Ephraim como su ex compañera dijeron la verdad. Nunca pero nunca se imaginó que su querida hermana arruinaría todo sin saberlo. Las expectativas que tenía al respecto también desaparecen, dejándole nada más que una gran cantidad de frustración y nervios, y posiblemente muchas otras cosas más si se enterase de que Railo ayudó en el fracaso de su objetivo.
Finalmente, como una granada, explota, revelando un lado aún más oscuro de su persona:

-¡¡¡MALDITOS HIJOS DE PUTA!!! ¡¡¡PAGARÁN POR ESTO QUE ME HAN HECHO!!! ¡¡¡LOS MATARÉ A CADA UNO DE USTEDES, Y LUEGO ME LLEVARÉ A MI HERMANA!!!

-Eres el peor y más cruel hermano del mundo, Anthony Alban Bileog Zanfield. – lo llama Wombat, o Langdon - ¿Quién en su sano juicio querría meter a un ser querido e inocente en su malvada organización, sobre todo cuando está empezando a conocer la vida?

-Por no decir que tú no la dejabas salir ni con amigos, ni con chicos, ni con nadie. – añade Mako, o Marlon.

-Nosotros cuidaremos bien ahora de ella, aunque creo que Canguro tiene el derecho de hacerlo. – amplifica Calamar, o Sean.

-Kaitlyn criaría mejor a Allie que tú en toda tu puta vida. – le asegura Koala, o Karen.

-Grrrr. ¡¡¡NO ME TOMEN DE ESTÚPIDOOOOOOO!!! – les grita ya, abalanzándose contra su antiguo equipo con su guadaña en mano y varias enredaderas que crea del suelo.

-No caeremos otra vez, Antlar de la Hierba. ¡Mako!

-¡Sí señor! – obedece, activando su espada-sierra para cortar cada una de las plantas creadas como si fueran molestos arbustos.

-¡Calamar!

-¡A la orden! – acata éste, disparando su tinta paralizante, siendo esquivada por un furioso segador en el acto. Pero para su desgracia, Railo termina cubierto por ésta, quedando inmovilizado.

-¡Ahh! ¡Ey!

-¡Lo siento!

-¡Koala!

-¡Con gusto! – exclama ésta, chocando sus tonfas contra la filosa cuchilla de su más odiado enemigo.

-¡¡¡TE CORTARÉ EL CUELLO, ZORRA!!!

-¡Preocúpate por tu miembro! – le contesta, golpeándolo en la ingle con una patada, para luego atacarlo varias veces con sus armas en el pecho.

-¡¡¡ARGH!!! ¡¡¡NO ME DERROTARÁN TAN FÁCILMENTE, ESCORIAS!!!

Ella entonces vuelve a atacarlo, junto con la ayuda de Mako. Con precisión, Antlar choca su guadaña contra las tonfas y la espada dentada, hasta que de pronto alguien lo coge por detrás.

-¡Te tengo! – le informa su antiguo líder, tomándolo por detrás.

-¡¡¡MALDITO…!!!

Y por medio de un suplex, el Sin Nombre estrella como un luchador profesional, a su antiguo y más querido subordinado hacia atrás, derrotándolo con profunda satisfacción. Víctima del fuerte impacto, el Fragmento pierde en cuestión de segundos la conciencia al ser pateado en la cara por una enojada Koala.

-¡Koala! Ya no hay necesidad de golpearle... - declara Wombat, con deseos de golpear a Antlar también.

-Creo que Kaitlyn hubiera querido darle el golpe final, señor.

Alejado aún de la pelea junto a Stroyer, en medio de una discusión, Ofidius ve cómo Antlar recibió una gran paliza; cómo Railo, Lucifer, Schlafdat, Bouclier, Fuunra, Horus y el resto de los Fragmentos Maravillosos fueron inmovilizados; cómo Finem fue finalmente derrotado por Cromatonio, y cómo Glacius es superado por Crusaden, mientras que Tetsu lleva la delantera contra Fireblast y Georgen.

-Szszszszszsz. Mira ezo, líder de loz Fragmentoz de Omega. Tuz compañeroz no eztán muy bien que digamoz. – le avisa.

-Aún tengo a Tetsu, Ofidius. Y encuentro incomprensible por qué Railo es enemigo de tu organización y tus dioses.

-¿Oh, azí que zabez mi nombre? De alguna forma preziento que Ephraim te lo ha menzionado...

-¡Quieto ahí, Stroyer! – le ordena Wombat, junto a sus esbirros y a los Gladios, que se acercan - ¡No tienes adonde ir!

-¡Stroyer-sama! – advierte preocupado Tetsu, mientras combate contra el piquero, el caballero y su caballo.

-¡No te distraigas! – le dice, irónicamente, el primero.

-De nuevo ustedes, los Sin Nombre. ¿Creen que me detendrán con simples armas de fuego?

-Oh no. Al igual que tus queridos subordinados, yo te meteré en la tierra, donde no podrás moverte. Serás como un topo que espera ser golpeado con un martillo.

-Meterlo en la tierra... ¿Cómo ez que un zimple humano pozee dicha habilidad?

-¡Silencio, homúnculo! Los Guardianes acabarán contigo y con tu otro compañero ahora mismo. - lo calla con evidente desprecio.

Y entre los soldados de negro, Odín y Oni surgen.

-Maldita zea…

-Realmente Langdon es un temerario. – se queja la arquera – No podemos dejarnos ver y mira lo que hace. Después tendremos que borrarle la memoria a todo el mundo.

-¿Te quejas por eso? ¡También tuvimos que limpiar los cientos de cadáveres, junto a sus chicos! – contesta el ogro – Pero en fin, no importa. Tenemos a dos de los homúnculos...¿y a un vampiro de "esos"?

-JUJUJU. ¿LO QUIEREN? ¡TOMÉNLO! – les grita Cromatonio, nuevamente con su vestimenta camaleónica, quien les arroja a los pies a un seriamente lastimado Finem sin brazos ni piernas.

-Qué amable de tu parte. ¿Quisieras venir aquí para que pueda agradecértelo?

-¿¡POR QUÉ NO VIENES TÚ!?

-¡Como quieras! ¡Vamos Odín!

-¡Sí…! ¡Oaahhhh!

-¿¡Qué está pasando!?

Un gran temblor, peor que los de Rangery, sacude la cueva. La fuerza es tal, que algunas piedras se desprenden del techo y el suelo se agrieta hasta originar algunos agujeros.

-¿¡Qué es esto!? – cuestiona Railo, incapaz de huir.

-¡YO LO MATÉ! ¡NO PUEDE SER EL VAQUERO! ¡NO PUEDE SER ÉL! – exclama una y otra vez Max, desde el suelo.

-JUJUJU. ¡OFIDIUS! ¿SABES LO QUE OCURRE?

-Zí… ¡El Gran Pi eztá aquí!

-¿Pi? ¿Uno de tus Dioses? – le pregunta Stroyer.

-¿¡EH!? – se sorprende Wombat - ¡NO DEBO PERDER TIEMPO! ¡GLADIOS, ATAQUEN!

Pero antes de que pudieran atacar, presencian con espanto cómo la pared más lejana se hace pedazos. Como si fuese destruida por un enorme tanque que la atraviesa. Solo que en este preciso momento, lo que demolió el rocoso muro no fue un vehículo, ni mucho menos un tanque, sino una colosal monstruosidad, adorada por los homúnculos como un dios, que expone su verdadera apariencia ante los que lo ven con mucho miedo y/o asombro: 

Una especie de dragón o lagarto terrible, con una complexión marcada de tal forma hasta el punto de parecer muy huesudo. Una serie de agujas sobre su nuca y espalda. Una enorme cola grisácea. Unos hombros espinosos semejantes a hombreras con la letra π grabada en ellos, como en el pecho. Unos pies, que contrario a sus pequeñas garras, se asemejan a manos diabólicas. Y una desgarradora boca con dientes afilados, y los mismos ojos dorados que sus servidores.

-¡ES UN TIRANOSAURIO! – grita Horus, haciendo un esfuerzo por librarse del agujero en el que está metido. - ¡NO, ES GODZILLA!


-¡NO TIENE CASO, HORUS! ¡EL PEREZOSO NOS PUEDE SACAR DE AQUÍ! – le hace entender Fuunra - ¡SCHLAFDAT, SCHLAFDAT! ¡DESPIERTA!

Tanto por los gritos de su compañero que por los temblores, el Fragmento de Tierra despierta de repente, otra vez.

-Huh? WAS IST HIER GESCHIEHT…!? (¿Huh? ¿¡Qué está pasando aquí!?)

-¡SÁCANOS CON TU PODER A TODOS! ¡AHORA!

-J-JA, JA! – cumple, usando su poder elemental para levantarse de la tierra en la que se encuentra y así liberarse a sí mismo y a su equipo.

-¡POR FIN!

¿¡QUÉ DEMONIOS ES ESE DINOSAURIO!?

-¿¡Y YO QUE VOY A SABER, LUCIFER!?

-¡NOS DESTRUIRÁ A TODOS! ¡NOS DESTRUIRÁ A TODOS!

-¡Cállate, Max! ¡No nos asustes más de lo que ya estamos!

Gran Pi! ¡Zeñor de la juventud y del pazado! ¡Ha venido a ayudarnoz! – lo acoge la serpiente de cascabel, junto con su mascota y el camaleón, en su idioma.

-¡ILUSOS! ¡IBAIS A FRACASAR, ASÍ QUE ME VI OBLIGADO A VENIR!

-No puede ser… - alcanza a pronunciar Fireblast, junto a Georgen y Tetsu. Su estupefacción es demasiada de la normal, que incluso por un momento lo compara con el dragón que dice ver cuando duerme... – No se parece en nada al dragón de mis sueños…

-Así que ha venido… - murmura Crusaden, sorprendido pero aún calmo.

-¿¡Ése es uno de los Dioses de los homúnculos!?

-¡Por los gigantes! ¡Es enorme, Oni! ¡No tiene sentido seguir aquí!

-¡IMPOSIBLE! ¿¡ES ESO…UN ENTE!? – cuestiona Calamar, pavoroso.

-¡NO! ¡NO PUEDE SERLO! ¡NO ESTÁ MENCIONADO EN LA MITOLOGÍA DEL GOBIERNO ASTRAL! – niega Mako, pálido.

-Maldición... Koala, saca a Railo de aquí. – le ordena su líder, perplejo.

-¿Eh? - se sorprende éste, habiéndolo oído en medio de la situación.

-¡SÍ! – escucha, a punto de crear árboles del suelo, hasta que desgraciadamente Schlafdat se lo lleva en su lugar - No...

-¡Maldición, se lo llevaron!

Y de vuelta con los Fragmentos de Omega, Railo mira en completa quietud todo mientras es socorrido por sus compañeros.

-¿¡Qué te paso!?

-¡ME INMOVILIZARON LUCIFER, COMO A TI!

-¡Un momento! ¿¡Por qué trajiste sólo a Railo aquí, Schlafdat!? - le pregunta Fuunra a su nuevo compañero, quien iba a rescatar también a su amigo de no ser por la impresión de ver al dios ante sus ojos.

-¿Qué no se extinguieron los dinosaurios...? – duda Gliam, tembloroso.

-Fusakeruna… ¡STROYER-SAMA! – lo vuelve a llamar Tetsu, observándolo inmóvil frente al enorme “dinosaurio”. Increíblemente, más que asustado parece estar muy sorprendido.

-Con que éste es... El Gran Pi... ¿Son de la era de los dinosaurios, homúnculos?

-¡Inzenzato! ¿¡Te atrevez a burlarte del Gran Pi!?

-No ha sido una broma. Lo he preguntado en serio.

-¡SILENCIO, AMBOS! – exige el monstruo, aún en su idioma - ¡TÚ, ELEGIDO DEL ENTE ALFA, PIERDE TODA ESPERANZA DE CONTINUAR VIVIENDO, PORQUE MORIRÁS AQUÍ Y AHORA POR MI PROPIA MANO!

-Veo que posee un idioma propio...

-Loz Diozez comprenden el lenguaje humano, Ztroyer... Pero jamáz ze moleztarán en hablar con loz humanoz en zu idioma...

-Pues deberían. ¿Cómo voy a entender sus motivos para destruirme, de lo contrario? - manifiesta Stroyer, aún calmo ante la monstruosidad. - Por lo menos ustedes podrían traducir lo que dice.

-Cómo te atrevez a darnoz órdenez...

-¡JUJUJU! ¡EL GRAN PI SE ESTÁ ENFADANDO!

Justamente, como Cromatonio acaba de decir, el “dios” comienza a enfadarse contra el Fragmento de Fuego, perdiendo poco a poco los papeles. Y a fin de matarlo él mismo sin que nadie lo moleste, decide utilizar su potente rugido contra el resto.

-¡VA A HACERLO! ¡VA A RUGIR!

-¡No podemos huir, los Gladios están aquí! ¿¡Qué vamos a hacer!?

-¡HACERNOS A UN LADO! – grita Glacius, al momento que el enorme alarido de la bestia se desata. 
Con suerte, lo mismo hacen todos, a excepción de los Gladios y de los que están inmovilizados, como Railo y Antlar, que son arrastrados.

El rugido de Pi es de por sí, más que peor, más “blando” que los propios temblores desatados con sus pisadas. Ninguna roca, tanto del techo como de las otras paredes restantes en la cueva se cae. Ni el piso se agrieta demasiado. Pero lo que sí hace es, una vez que alcanza a los desgraciados soldados de negro, comenzar a rejuvenecerlos de manera extrema, como si estuviera volviendo el tiempo atrás. Hasta el punto de convertirlos en bebés. Bebés repentinamente inocentes y ya carentes de memoria, que comienzan a llorar por el molesto ruido a su alrededor, y por vestir uniformes demasiado enormes para sus cuerpecitos.

-¿¡QUÉ ACABA DE HACER!? – exige saber Odín.

-¡El homúnculo mencionó que ese tiranosaurio es el señor de la juventud y del pasado! ¡Imagino que debió rejuvenecerlos!

-¿¡Y los va a matar!? ¡No podemos permitirlo! – impide la Guardiana, que corre a coger a cada uno de los rejuvenecidos Gladios.

-¡Odín, espera! – responde su compañero, que hace lo mismo.

-¡Langdon, ayúdanos!

-¡Está bien! – obedece el mismo - ¡Ayúdenme, chicos!

-¡Señor pero si lo hacemos, dejaremos a Antlar aquí! ¡Y quiero hacer su cuerpo picadillo antes que las mismas rocas que caen!

-¡Es necesario hacer esto, Mako! ¿¡No querrás que estos bebés mueran aún si fueron Gladios hace segundos, verdad!?

-¡No! ¡Tienes razón Koala! ¿¡Qué estoy diciendo!?

-¡Cállense y ayuden, amigos!

Tras el silencio cortante de Calamar, Wombat crea un hoyo por el que sale junto a sus chicos para tomar a cuantos bebés pueda con ellos y los dos Guardianes. Hecho esto, sin pensarlo, abandonan la cueva por otro agujero.

-Han abandonado a eza Mantiz, que todavía yaze inmóvil junto a zu guadaña… - percibe Ofidius, junto a su compañero al lado del Gran Pi.

-JUJUJU. ¿¡ME LO PUEDO COMER!?

-¡No! Guantelete lo hará, como debió hazerlo en Franzia. Lo hará luego de que el Gran Pi acabe con Ztroyer.

Y el susodicho señor de la juventud y del pasado mira ahora, con sus enormes y dorados ojos, al líder de los Fragmentos de Omega, que pese a la situación logra mantener la calma, aunque también lucha contra el asombro y el cómo salir del problema en el que se ve inmiscuido.

-Eztáz acabado, Ztroyer. Nada te puede zalvar ahora.

Distante de sus palabras, al líder entonces se le viene a la mente una idea... o más bien regresan a su cabeza unas palabras. Las palabras que Ephraim le mencionó acerca de “despertar” los poderes de la Pluma Blanca, que terminó despertando él mismo a sabiendas de que su rival jamás lo hizo, dominando ahora tanto el Tiempo como el Espacio.
Sin embargo, comienza a pensar si “algo” quedó aún en su pluma. Si por lo menos una porción del elemento Espacio aún reside dentro. Con esa esperanza, genera fuego a fin de liberar el poder encerrado.

-¡OFIDIUS! ¿QUÉ ESTÁ HACIENDO CON ESA PLUMA?

-¡No! ¡La Pluma Blanca! ¡Va a liberar el…!

Una gran onda expansiva, blanca como la luz, se desata repentinamente, hiriendo al dueño de la indestructible pluma, que pese a intentar ser destruida por él y por el otro elegido se mantiene igual. Del mismo modo, el poder que encierra nunca desaparece. Los dos homúnculos y su dios observan atónitos lo que sigue después.

-¡STEVEN! – lo llama Louis, preocupado.

-Ugh… - gime brevemente, levantándose como nuevo del suelo.

-¡HUMANO DESPRECIABLE! ¡HAS DESPERTADO EL PODER DE LA PLUMA BLANCA! ¡NO PUEDO DEJARTE VIVIR OTRO SEGUNDO MÁS! – lo maldice Pi, atacándolo con su cola.

-Sigo sin entenderte. – le sigue diciendo éste, esquivándolo. Luego, con los poderes de la pluma en sus manos, decide utilizar el elemento Espacio ante la vista de todos.

En el punto medio de su distancia con el tiranosaurio, un sorprendente portal espacial se origina, bastante diferente al creado por los Guardianes. En él, se puede ver como si de una ventana se tratase, una sala apenas iluminada por antorchas, ubicada delante de la cueva en la que se encuentra. También, en dicha sala, se ve lo que busca: el Peto de Plata.

-¡Impozible! ¡Ha creado un portal! – se niega a creer Ofidius.

-Esto es malo... – dictamina Crusaden, preocupado – Con ese poder podrá ir a donde desee, sin que nada lo detenga.

-¿¡De verdad!? ¿Y a dónde irá ahora, caballero? - pregunta Fireblast.

-A por el tesoro que debo proteger. ¡He de impedirlo! – alega, corriendo con su caballo hacia el Fragmento.

-¡Esperen!

-No te irás a ningún lado, enmascarado. – lo detiene Tetsu.

-¡Maldición!

-Adiós, "Ente" Pi. Nada me puede detener ahora... – se despide Stroyer.

-¡MUERE! – exclama con ira el dios, que con sus pies de cinco dedos arrastra el rocoso piso como si fuera a cogerlo, manipulando de esa manera el elemento Tierra a fin de crear un terremoto peor que los que podía efectuar Rangery. Pero pese a su acción, su presa principal entra por el portal, no sin antes crear otro destinado hacia las afueras del monte Grünmeer para que su organización escapara.

-¡STROYER HA CREADO PORTALES! – advierte Horus, fascinado.

-¡CÁLLATE Y TOMA A ANTLAR, HORUS! ¡TENEMOS QUE IRNOS! – le contesta Fuunra, que corre hacia su vía de escape junto a los demás.

-¡No huiréiz! – avisa el homúnculo serpentino, intentando impedir con su compañero el escape. 

Lamentablemente, la organización entera escapa a duras penas, incluyendo el samurai que deja solo al piquero.

-¿¡ES EN SERIO!? ¿¡Y ME DICES A MÍ QUE NO IRÉ A NINGÚN LADO, SAMURAI!?

Con su enemigo principal ya fuera de su vista, Pi suelta un rugido de frustración terrible hacia el techo, rejuveneciendo las piedras y todas las que están por encima hasta formar nada más que minerales, que como arena cae dispersa al suelo. El consecuente agujero deja entrever el propio cielo, y algunas de las salas y pasillos internos de la Secta Astral.

-¡LORD PI ESTÁ FURIOSO! ¡JUJUJU!

-¿¡Qué te haze tanta grazia, Cromatonio!?

-¡NO SÉ!

-¡No! ¡Se ha ido! – maldice el caballero plateado, arribando demasiado tarde con Georgen hasta el portal dirigido hacia el tesoro, que rápidamente se esfuma. Y sin quererlo, termina dándose cuenta de lo cerca que se encuentra de uno de los Dioses. – De mal en peor…

-¡TÚ, ANTIGUO MIEMBRO DEL ESCUADRÓN “H”! ¡SI NO FUERA POR TU NEGATIVA A QUERER AYUDARNOS ESTO NO HABRÍA PASADO! ¡¡¡PREPÁRATE PARA MORIR!!! – lo sentencia Pi, procediendo a atacarlo con su cola.

Alarmado, el homúnculo bloquea el coletazo con su propia espada, aumentando el peso de ésta a cien toneladas con el fin de no salir disparado por la fuerza de la extremidad, como si de un violento huracán se tratara.

-¡Tu pezo no te zalvará de nozotroz! – le informa Ofidius, a punto de inmovilizarlo con su hielo.

-¡A COMERTE! – expresa Cromatonio, que como Finem, salta hacia él. Pero otra vez vuelve a ser pateado por Georgen, que a la vez aleja a su otro enemigo con pasos intimidantes.

-¡Zuzio caballo! ¡Guantelete, a por él!

Y el reptil artificial salta de los hombros de su amo, para sujetar con su escamoso y anillado cuerpo al caballo artificial, que cae al suelo donde busca librarse de la estrangulación serpentina.

-Ghh…Si no fuera por vos, su majestad, ahora mismo estaría ayudando a mi leal compañero. – lamenta Crusaden, que continúa forcejeando contra la cola de Pi.

-¡¡¡SILENCIO, TRAIDOR!!!

-¡Déjame ayudarte, caballero! – reclama Fireblast, que corre hacia él, quemando con su fuego la cola del dios una vez a su lado. 

Y el fiero enemigo, sorprendido, apenas gruñe de dolor por las quemaduras.

-¡¡¡ESE FUEGO AZUL!!! ¿¡ACASO HAY OTRO MÁS CREADO DE NU!?

-¿¡Nu!? – se confunde éste, sorprendido además de entenderle - Espera, ¿¡COMO PUEDO ENTENDER LO QUE DICE!?

-¡Las preguntas para luego, enmascarado! – le repite su compañero, que comienza a atacar con su pesada espada al propio tiranosaurio, quien retrocede por cada corte, ileso pero enfadado.

-¡ESCORIA DE PLATA! ¿¡CÓMO TE ATREVES A ATACARME!?

Con esas palabras, Crusaden prontamente adopta una posición de defensa, siendo imitado por un cauteloso piquero. Temeroso de lo que está por pasar, Guantelete rápidamente libera a Georgen para volver hacia Ofidius. A su vez, el caballo plateado regresa con su dueño.
Y en cuanto al tiranosaurio, como si fuese un detonador viviente, vuelve a coger con sus pies el suelo, pero esta vez con mucha mas fuerza de la normal. A continuación, un terrible terremoto, bastante peor que los anteriores, comienza a destruirlo todo. La cueva; las salas y los pasillos, ya debilitados por los anteriores temblores; el auditorio; e incluso el mismísimo monte Grünmeer, obligando a todos los que aún moran por dentro y fuera de la Secta Astral a abandonar lo antes posible.

-¡TODO SE ESTÁ DERRUMBANDO!

-¡Ten cuidado!

-¡BIEN, BI…!

De improviso, unos escombros aplastan a Fireblast como si fuera una cucaracha.

-¡JUJUJU! ¡HAN CAÍDO SOBRE ÉL!

-¡Cállate, Cromatonio! ¡Debemoz largarnoz de aquí!

Ante el desmoronamiento, los dos servidores del dios salen por el agujero que el mismo creó con su rugido. A toda prisa, el camaleón hace uso de su extensa lengua como medio de escape, ascendiendo hacia la superficie, mientras que la serpiente de cascabel alza hacia arriba su mano derecha. Y de la palma de su mano no dominante, una gran liana de hierba emerge, actuando como medio de escape al igual que la propia lengua del otro homúnculo.
Tras esto, toda la cueva se inunda de piedras, junto con Crusaden, Georgen, y hasta el propio Pi.

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