EL DISEÑO DEL BLOG ESTÁ AÚN EN RENOVACIÓN. GRACIAS POR LA PACIENCIA

Capítulos

46-El Caballero de Plata

En un cuarto secreto y oscuro de la sede junto a dos de sus mercenarios, Geremaia busca en una de las computadoras de la base información de gran importancia, que pueda ayudarlo a parar a Steven o incluso a adelantarlo. Archivo por archivo, él lee detenidamente el nombre de cada uno de ellos.

-Veamos…Las ubicaciones de cada una de las Sectas Astrales…ya las sé... La profecía dictada por Damos…ya la sé… La masacre de Hudson…ya lo sé… El Cordón Umbilical…ya lo sé… El caballero de Plata… ¡Esto no lo sé!

-¿Qué ocurre, señor? – le pregunta Connor.

-He encontrado algo que me llama mucho la atención, Connor. ¡Hora de verlo!

Al hacer doble clic, la pantalla del monitor es cubierta por un video informativo que comienza con el logotipo animado del Gobierno Astral, para luego mostrar imágenes de pinturas renacentistas de un solo individuo, retratado como un caballero totalmente gris. Y no de armadura, sino de cabello y piel. A la vez, una voz comienza a narrar lo siguiente:

-Der Silber Ritter, Sankter Temfield, ist ein..

-Ay ay ay. ¡Sé alemán, pero prefiero escucharlo en inglés! Veamos…aquí hay un opción para cambiar el idioma. A darle. Qué tal ahora…

-“El Caballero de Plata, Sankter Temfield, es un longevo y legendario miembro de la Secta Astral Europea, que hasta el día de hoy, permanece aquí guareciendo el Peto de Plata junto a su fiel caballo, Georgen. Desconociéndose su fecha o lugar de nacimiento, ambos aparecieron un 12 de junio del año 1560 en el reino de Alemania, viniendo de oriente. Gracias a sus habilidades con la espada y a su increíble destreza, el rey lo convirtió en el general y comandante de todas sus milicias. Se dice que nadie puede cortarle la piel, y que quienes se atrevieron a hacerlo, en lugar de morir, fueron incapaces de volver a moverse durante el resto de su vida tras ser tocados por su filo.”

-Se ha escuchado en inglés, señor Friedkin.

-Vaya…cuánta historia. Oh, están mostrando una foto actual del caballero. 

Viéndola, el empresario se sorprende mucho.

-¡Cielos, no ha envejecido ni un solo año! ¡Luce como si tuviera entre treinta y cinco o cuarenta años! ¡Es increíble que él y su caballo sigan con vida después de más de cuatro siglos!

-Justo como lo muestran las pinturas. – añade su guardaespaldas.

-Así es. Cabello plateado. Piel grisácea, casi blanca. Y ojos dorados como los de su caballo, igual de plateado, aunque encuentro un poco irónico este detalle. Veamos qué más hay por aquí… Biografía de Damos, el profeta… ¡Esto tampoco lo sé! ¡A mirarlo!

Abriendo este archivo causa que la pantalla nuevamente se vea tapada por otro video con la misma introducción del anterior, que luego narra lo siguiente en medio de pinturas que retratan ahora a un viejo de aspecto aristocrático:

-“Damos, o Damien Faisenblas, fue un profeta y astrólogo europeo del siglo XII. Su fecha de nacimiento y su lugar de procedencia son desconocidas, aunque varias personas afirmaron que apareció ante el monarca del reino de Francia para predecir desgracias. Tristemente, en su tiempo, más que profeta se lo tomó como loco, o como una persona que hizo un pacto con el diablo debido a sus ojos completamente blancos, su raro bienestar físico y su incierto origen. A raíz de esas cosas fue buscado y quemado por hereje. Y en sus últimos momentos, dictó la futura llegada de “Aquellos con los poderes de los Entes” tal y como la conocemos.”

Luego de la breve descripción, se muestra un retrato del profeta fallecido justo como lo expresa la voz.

-Pobre profeta. Se ve que sus ojitos no le ayudaron a vivir pese a sus riquezas. Pero algo me huele mal…el dichoso Caballero de Plata también posee ojos raros. ¿Será que en su tiempo se lo consideró también un hereje? Puede que sí, aunque es seguro creer que dejaron de hacerlo en cuanto éste sirvió al rey de Alemania… 

-Señor Friedkin, no olvide que el caballero lleva vivo más de cuatro siglos.
  
-Claro, Connor. De hecho me pregunto si acaso Damos podría haber vivido más de cien años también si no hubiera sido ejecutado. Y de haber sido así, entonces al igual que Herr Temfield podría no ser humano, o pertenecer a algún “clan” o “tribu” en el que sus miembros no sólo poseen una gran longevidad y ojos de cierto color, sino también “ciertas habilidades”.

-¿Cómo cúales?

-Bueno…aquí se insinúa que el caballero podía inmovilizar de por vida a sus enemigos con su espada. A menos que el video quisiese usar cierto eufemismo para evitar decir que el mismo cercenaba sus extremidades... Bah, de todas maneras no lo sabremos ahora. ¡Laimar! ¿Hay moros en la costa?

-Todavía no se ha acercado nadie aquí – le avisa su hermanastro, encontrándose al lado de la puerta de la sala.

-¡Pues a seguir mirando archivos! A ver, a ver… por si acaso me los copiaré todos aquí. – comenta, mientras copia todos los archivos que halla en una memoria portátil. El tiempo de copia no es largo para su suerte. – Oh, he encontrado algo con respecto a la Secta Astral Africana. A ver…Tanzania…

Mientras tanto, en una cueva bastante amplia y más rocosa que el resto de los pasillos o salas de la Secta Astral, en cuyas paredes están pintadas varias de las estrellas representativas del Gobierno Astral y varios momentos culminantes de la historia del mismo, Ofidius y Guantelete se hallan cara a cara con el mismísimo Caballero de Plata y su caballo, quienes están inmóviles ante los intrusos, compartiendo la misma posición de reverencia.

-¿Tú y tu caballo no hablarán, caballero? No quiero volver a repetirlez mi nombre ni el de mi zerpiente. – se le queja el homúnculo - ¿Cuándo zerá el momento en el que me rezpondan?

Con su espada clavada firmemente en el rocoso suelo, el caballero continúa callado.

-Hmph… ¿También ignorarán a Animaz Homunculi? ¿A loz Diozez? ¿Al Gran Pi? ¿A tu propio ezcuadrón, que aún continúa vigente?

El caballero continúa sin responder.

-¿De verdad no te importa darnoz la ezpalda…Cruzaden Ferdwicht?

Escuchándolo decir su verdadero nombre, el homúnculo plateado finalmente se levanta, mirándolo de frente. Llevándole una cabeza de altura, éste es justo como los retratos de la Secta Astral lo muestran. Cabello plateado; piel plateada, casi blanca; y por supuesto, los ojos dorados. 
Además de estas características físicas, viste una armadura igual de plateada, compuesta por una cota de mallas con la estrella de tres puntas grabada en el pecho; una capa oscura unida a su cota; unos guanteletes y grebas con la forma de la cabeza de un caballo.

-No pensaba levantarme ante vos, ya que no me estabais llamando por el nombre que los humanos me habían asignado. – le responde Crusaden Ferdwicht, el Caballo (Horse) – Pero como acabas de llamarme por mi nombre real, haré una excepción.

-Ya veo…azí como también veo lo mucho que te haz encariñado con loz zuzioz humanoz.

-No somos tan distintos de ellos, líder del escuadrón “R”.

-¡Claro que lo zomoz! Zomoz máz fuertez que elloz. Podemoz controlar y crear loz elementoz de la naturaleza. Y pozeemoz habilidadez ezpezialez que jamáz tendrán en zu vida. No matamoz a loz animalez, y máz aún, el tiempo no noz afecta como a elloz.

-No voy a eso.

-¿Entonzez a qué? ¿Pienzaz que porque luzimoz como elloz noz lez parezemoz?

-A lo que voy es, que podemos pensar y sentir como ellos.

-Nozotroz no loz nezezitamoz para exiztir, Cruzaden Ferdwicht. Zólo a loz Diozez y a loz animalez ¿No ez ezo zierto, Guantelete?

Su serpiente le da la razón con un movimiento de cabeza.

-Tu compañero y el mío no son tan animales que digamos.

Oyendo sus palabras, Guantelete sisea con ira, mientras que Georgen, ya atento, lo mira con desprecio.

-¿Acazo me eztáz diziendo que no te importan loz animalez, Caballo?

-Por supuesto que me importan. Ellos están tan vivos como los humanos. Pero Georgen y tu serpiente de cascabel son como nosotros. Animalúnculos. Animales creados artificialmente.

-¿Y por ezo creez que no tienen igual valor que loz animalez?

-Al contrario. Tienen tanto valor como los animales, ya que han sido creados a partir de su imagen y semejanza. Del mismo modo nosotros con los humanos.

-Nueztra imagen y zemejanza zon loz animalez y loz Diozez. ¡Nada máz!

-Si vos lo decís...

-Hmph. Te lo volveré a preguntar. ¿Vaz a trabajar de nuevo para Animas Homunculi? ¿Vaz a ayudarnoz con nueztra mizión?

-¿Matar a los Fragmentos de Omega, o a los humanos? Bueno, creo que no hay mucha diferencia entre ambos.

-Ayúdanoz a matarloz a amboz.

-Me niego.

-Cómo te atrevez… ¿Por qué ezcogez ayudar a loz humanoz? ¡Te han dejado zolo aquí, junto a tu caballo por máz de cuatro zigloz, como el cuztodio de un inzignificante tezoro!

-Yo me ofrecí a protegerlo junto con Georgen como compensación por mis pecados. Además, como vos habéis dicho, el tiempo no es nada para nosotros. Los siglos han sido como míseros segundos para mí.

-Tengo que darte la razón en ezo, pero no azepto que eztéz con elloz.

-Si no lo aceptáis, no soy yo el que tiene problemas, sino vos, y todos los que piensan igual que vos. 

-¡Inzenzato! ¿¡Te haz atrevido a dezir que loz Diozez tienen problemaz!? ¡Lord Pi tuvo piedad de ti y me ha ordenado buzcarte! ¿¡Y con ezaz palabraz le pagaz zu preocupazión!?

-No os debo nada a vosotros ni a esos Dioses malignos.

-¡Lez debez la vida! ¡Elloz noz han traído al mundo para purificarlo de loz zuzioz humanoz!

-¿Y por qué no lo han hecho para que convivamos con ellos? No son tan sabios.

-¡Zufiziente! ¡Haz colmado mi pazienzia, y la de toda Animaz Homunculi!

-Vos no sois el líder de la organización.

-¡Pero lo zeré! Y tú, en cambio, erez un maldito traidor…

-Vosotros sois los traidores. Os traicionáis a sí mismos.

En ese momento, cuando el homúnculo serpentino piensa en atacarlo, aparecen de detrás Fireblast y Cromatonio, que todavía continúan luchando.

-JUJUJU. ¿ESO ES TODO, ENMASCARADO? ¡SÍ QUE NO PUEDO MASTICARTE!

-¡Te lo dije, anormal!

-¡TENDRÉ QUE TRAGARTE DE UN BOCADO! – advierte, atacando con sus manos.

-…Ze ve que ez indudablemente como Libélula – comenta Ofidius con desprecio, que lo mira con Guantelete.

-¿Quién es él?

-Ez otro homúnculo igual de terco que tú, Cruzaden Ferdwicht. No tenía idea de zu exiztenzia hazta poco antez de hablar inútilmente contigo.

-Si no teníais idea de su existencia, entonces probablemente no perteneció a Animas Homunculi…

-¿Por qué quierez zaber tanto? ¡Muere! – le contesta, atacándolo con su mano izquierda. Para su desgracia, Crusaden prevé el ataque y lo detiene con su espada. Sin embargo, Guantelete sale del cuello de su amo para atacarle directamente de un cabezazo, haciéndolo retrodecer.

-Eso no me ha dolido. ¿Olvidais que soy de Plata?

-No lo hemoz olvidado.

-Tal vez tu serpiente sí. Si busca envenenarme no será posible, ya que el metal no es orgánico.

-¡Lo único que buzca Guantelete ez matarte, como yo! – corrige, creando una ráfaga de hielo verde, la cual es cortada por el propio caballero mientras su mascota vuelve a subírsele.

-Georgen, ayuda a ese enmascarado. – le ordena su amo.

Y el caballo obedece, galopando hacia el piquero, el cual se sorprende de su aparición.

-¿¡Qué!? ¿¡Y ese caballo de donde salió!?

-JUJUJU. ¿CUÁL CABA…? – alcanza a decir un ignorante Cromatonio, antes de ser pateado por el animalúnculo, cuya fuerza es tal que lo deja atascado contra la pared.

-¿G-Gracias…?

-¡Que tu caballo pelee contra Guantelete, no contra Cromatonio!

-Bueno, vos habeis dicho que somos imagen y semejanza de los animales…

-¡No te burlez de mí! – le avisa, atacándolo con una espada de hielo a siniestra, siendo contraarrestado por el sable de su adversario.

Y por cada golpe realizado, Ofidius empieza a sentir cómo su propia arma comienza a asemejarse a un yunque. Y no porque cambie de forma, sino porque lentamente comienza a pesarle más de lo normal. Eventualmente, dicho peso, que no para de aumentar kilogramo por kilogramo más de diez veces lo obliga a caer al piso, del cual se levanta con rapidez al deshacerse de su criogénica espada.

-Qué ez ezto…

-Sois olvidadizo, líder del escuadrón “R”. Habeis olvidado mi habilidad especial. El peso pesado. (“Heavy Weight”)

-Hmph…puedez manipular el pezo de todaz laz cozaz. Orgánicaz y no orgánicaz. – le dice Ofidius, molesto por darle la razón – Qué pezado…

-¿Olvidáis también que he sido creado a partir de un yunque, como Georgen?

-¡Toma esto, serpiente! – interrumpe Fireblast, que ataca a Ofidius con su pica, fallando en el acto. – ¡Mierda! 

-No os precipiteis, enmascarado. – le aconseja, mientras Georgen regresa hacia su lado.

-¿Y quién eres tú? ¿El Caballero de Plata del que todos hablan aquí?

-Así es. Os sugiero que ahora dejes las preguntas para después.

-¡Está bien!

-Zuzioz traidorez de metal… No zaldré muerto de ézta, como Rangery y Piercivalz. El Gran Pi me ayudará a mí y a Cromatonio zi llego a verme en aprietoz.

Dicho esto, los tres se percatan de la repentina aparición de todos los Fragmentos de Omega a la enorme gruta.

-Y para colmo éztoz llegan…

-¡Steven, por fin hemos llegado! – suspira Louis.

-¡SIIIIIIIIIIIIIIIIII! – grita Max, abrazando fuertemente a March y a Gray.

-¡Eh, esperen! ¿Quiénes son esos tres? – nota y pregunta Horus, inicialmente ignorante - ¡Ése es completamente de plata!

-¡Son…! – empieza a advertir Railo.

-¡Ése es el legendario Caballero de Plata! – avisa Antlar, tras ver a Crusaden - ¡MALDICIÓN! ¿¡ESE PIQUERO TAMBIÉN ESTÁ AQUÍ!? ¿¡CÓMO!?

-¿¡EL PIQUERO!? – se sorprende nuevamente como todos Louis.

-¡No sólo eso! ¡El socio de Ephraim está peleando también contra ellos! – informa Gliam.

-¿¡El de la serpiente!? – pregunta Duminic.

-¿¡El tenebroso!? – pregunta Deeneac.

-¡El mismo, cabezas de huevo! – les confirma Fuunra.

 -¡MALDITA SEA, ESTÁN AQUÍ! – se queja Fireblast.

-¿Esos son los Fragmentos de Omega? Deben de estar aquí por la reliquia que protejo con mi vida…

-¿Acaso trabajan juntos? – les pregunta Stroyer a los humanos artificiales - ¿Ustedes tres?

-Yo sólo guarezco lo que vosotros queréis tomar.

-JUJUJU…¿¡QUIÉN OSÓ PATEARME A MÍ, EL CAMALEÓN!? – pregunta con enfado el propio camaleón, librándose de la pared en la que se atoró - ¿¡QUIÉN, QUIÉN!? ¡OH! ¡LOS FRAGMENTOS DE OMEGA!

-HAHAHAHAHA, TU SANGRE SE VE DELICIOSA – le comenta Finem, deseoso de devorarlo.

-¡Qué traje más estúpido tiene! ¡Quiero destruirlo! – nota y desea Lucifer – Aunque me da algo de miedo intentarlo...

-Su sentido de la moda es…peculiag. – añade Bouclier.

-JUJUJU. ¡HAN LLEGADO JUSTO A TIEMPO! ¡AHORA PREPÁRENSE, QUE ME LOS COMERÉ A TODOS USTEDES! ¡A CADA UNO DE US…!

Sin aguantarlo más, el vampiro se lanza sobre el homúnculo, mordiéndole por encima del hombro izquierdo.

-¡GAAAAAAAAHHHHHHHHHHH! ¡MALDITO…GUSANO! – lo maldice, quitándoselo de encima al cogerlo de la cabeza y por consecuente arrojarlo de vuelta hacia sus compañeros.

-¡HAHAHAHAHA! ¡DELICIOSA, DELICIOSA SIN DUDAS! – comprueba extasiado al levantase.

-¡Tiene una gran fuerza! – se sorprende Railo.

-¿¡ACASO ERES UNO DE ESOS VAMPIROS ESPECIALES!? ¡DEBES DE SERLO! ¡TUS DIENTES SON COMO LOS DE UN TIBURÓN BLANCO! ¡TUS OJOS SON ROSADOS, Y TU SED DE SANGRE ES ENFERMIZA!

-¿Qué es lo que está diciendo? – pregunta Glacius, algo confundido.

-HAHAHAHAHA, ¿VAMPIROS? ¿DONDE ESTÁN? ¡QUIERO MATARLOS A TODOS!

-¡NO TE ROBES MIS PALABRAS, GUSANO! ¿¡CREEN QUE PUEDEN SUPERARME EN CUANTO A “COMER”!? 

-No entiendo qué está diciendo, pero desde mi parecer creo que Finem-san no es el único vampiro por aquí – avisa Tetsu.

-Tal vez, pero eso no me interesa. Fragmentos, a por esos tres. – ordena el líder – Finem lidiará con este camaleón.

Bajo esta orden, todos rápidamente ignoran al homúnculo para ir hacia el dragón, las serpientes de cascabel, y los dos caballos.

-Eza guadaña…¿Acazo tú erez el inzecto contra el que peleé en Franzia?

-¡Me has descubierto, “zerpiente”! ¿Qué se siente ahora ser superado en número?

-¡LO SABÍA! – interrumpe el piquero, al lado del caballo - ¡TÚ ERES UN FRAGMENTO DE OMEGA!

-¡Oh, casi me olvido de ti, Fireblast! ¡Gracias a ti, los dos Anderson se reunieron! ¡Y probablemente debieron de escapar, dejándote aquí!

-¡Eso no me importa! Sé que pronto los encontraré, o al menos a uno de ellos. ¡Sé que lo haré, porque siempre me pasa!

-¿¡Qué siempre te pasa qué!? ¡Da igual! ¡Acabaré contigo y con esta “zerpiente”!

-¡Pagaráz por zeguir burlándote de mí! – promete Ofidius, que alejándose tanto de los dos homúnculos como de los Fragmentos, crea otra ráfaga de hielo verde a su dirección, la cual es cortada por Antlar con su guadaña. Al mismo tiempo, Glacius y Lucifer inician su pelea contra Fireblast y Crusaden.

-¡ES CIERTO! ¡PUEDE CREAR UN ELEMENTO! – confirma Louis, sorprendiéndose como el resto.

-¡Es inútil…! ¿¡QUÉ!?

De la ráfaga resquebrajada inmediatamente sale Guantelete, que tumba al segador contra el suelo para luego intentar morderlo. Sin embargo su presa crea hierbas alrededor que lo quitan de encima suyo, como si fueran látigos repeliendo a leones.

-¡Tampoco te burles de mí! – le replica, levantándose.

-Azí que erez el Fragmento de Hierba… Qué zuzio nombre para el elemento Flora.

-¿Elemento Flora? – pregunta Horus, curioso por escuchar.

-Es uno de los elementos de la naturaleza. – le explica Stroyer.

-¿Qué? ¿Pero la Hierba no lo es también?

-Viene de dicho elemento. Con el elemento Hierba solamente puedes crear hierbas, enredaderas o plantas. En cambio, con el elemento Flora creas árboles, bosques, prados, e incluso frutas.

Y en medio de la pelea contra el enmascarado, el caballero plateado y su caballo, el metalero se halla ya tumbado en el suelo, incapaz de moverse, mientras su frío compañero ataca de zurdo que es con su estalactita de hielo.

-¡Levántate, bueno para nada!

-¡NO PUEDO MOVERME! ¡Y NO PORQUE EL SEÑOR DEPRESIÓN HAYA HECHO ALGO! – advierte, inmóvil sobre la tierra.

-Maldita sea, ¿fue acaso obra suya? – les pregunta a sus adversarios.

-Solo mía. – le contesta el caballero – De un simple toque, con uno de mis dedos, tu compañero bufón se ha vuelto tan pesado como un elefante. Y pronto todos vosotros los seréis también.

-¿¡BUFÓN!? ¡QUE NO SOY UN BUFÓN, NI UN PAYASO!

-Mmph, si mi elemento fuera el Frío en lugar del Hielo, generaría una ventisca de nieve para cegarlos, y así los derrotaría a ambos.

-¡A mí no! – le contradice el piquero, haciéndolo enfadar al tener razón.

Entonces, el samurai interviene para pelear contra él y su compañero, junto al payaso y al cobarde.

-Te derrotaré otra vez – le asegura, sin siquiera sonreír.

-¡Eso lo veremos, Fragmento de Hierro!

-¡Quiero montar al caballo! – pide Horus.

-¿Hierro? ¿Qué no es el Fragmento de algún Metal? – pregunta Crusaden.

-¿¡Metal!? – le contestan Fuunra en medio del choque de pica y katana.

-Mi elemento es un derivado del Metal, Gin-san. No sé porque sólo puede crear hierro, pero me conformo con ello. – explica Tetsu.

-Espero que sí. El hierro suele ser el más pesado de los metales. Y una vez que os toque con mi espada o con mis manos, no podréis moveros hasta que yo cambie de opinión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores (¡Sigue este blog!)