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43-Cerca

Durante la batalla que la agente Xenophim da contra los Fragmentos de Omega, junto al mercenario Katran, y la huida que los grupos de Zack, Soleyu y Jane realizan, Geremaia y compañía se adentran con sumo cuidado y bajo los ojos e indicaciones de Laimar por los pasillos de la Secta Astral, a fin de descender, aparentemente, hacia la sala de la reliquia que Steven vino a tomar para su primordial e incomprensible objetivo de “salvar” el mundo.

-¿Esas cinco presencias que has sentido están cerca, Laimar? ¿Cuánto falta? – le pregunta a su hermanastro.

-Calculo que muy poco.

-Vamos, que quiero llegar ya... – se impacienta Stefan.

-Ya llegaremos, Stefan. Ya llegaremos hacia donde el Peto de Plata mora. O quizá no... Tan sólo espera.

-Señor Friedkin, tengo una llamada. Es Jane. – le informa Connor.

-Pásamela… Te escucho Jane.

-¡Gere encontré a Zack, junto a su hermano gemelo y a sus compañeros! ¡Estamos subiendo hacia la cima!

-Perfecto, Jane, ¿algo más?

-¡Sí…! ¡Steven y cinco de sus esbirros están aquí! ¡Pueden encontrarlos!

-Oh, ya veo. ¿Y quiénes son esos que lo acompañan?

-¡Tetsu, Finem, Railo, el desaparecido Antlar de la Hierba y un nuevo Fragmento, el del elemento Tierra! ¡Katran los está enfrentando con la Fragmento Blanco que intentó detenernos!

-¿¡Mis presas están allí!? – se sorprende el mercenario - ¡Jefe, yo me piro!

-Ay, qué dolor de cabeza…Bien, ve a ayudar a Katran, Stefan.

-¡Lo haré! – obedece, marchándose hacia allá, con ganas de matar a Finem que de ayudar al mercenario.

-¿Jane, aún me escuchas? Tal vez te cruces con Stefan, que está yendo a ayudar a Katran. Y si acaso estás pensando en ir a ayudar también, pues no será posible.

-Sí, lo sé. Zack está herido. Quiero largarme cuanto antes.

-¿Está herido? ¿Por quién?

-¡No lo sé, pero no es grave! ¡La persona que lo atacó no parecía humana!

-Ya, ya. Luego me cuentas todo. Asegúrate de llegar bien.

-De acuerdo…

La llamada finaliza, y el empresario sigue de largo junto a sus dos guardaespaldas. Por otro lado, cerca del mismo, el Ángel de la Belleza, Quinquel, va en camino hacia la sala de la pantalla junto a un escuadrón de Gladios.

-¡Maestre Rafelle! ¿Los intrusos siguen allí? – le pregunta uno de ellos.

-¡Sí! ¡Natalie me regagnagá pog tagdagme, pero ella debió sabeg que me tagdaguía un poco pog guealizag vagios cuaduos ópticamente ilusoguios! Oh no, ¿¡no los he olvidado!?

-¡No, maestre! ¡Nosotros los tenemos!

-Qué alivio… ¡MIGAD ALLÁ! – advierte sorprendida, al descubrir por unas escaleras de espiral, a Zack y a los demás, huyendo. - ¡Ustedes, deténganse!

-¡Oh no, es Fleur! ¡Es decir, Quinquel! – se lamenta Zack.

-¡Mierda! No tuvimos cuidado… - se queja Jane, que aún lo tiene de la mano, mirando a la agente con seriedad.

-¿Tendremos que luchar? – pregunta Soleyu

-¡No, déjenme esto a mí!

-¿¡Qué has hecho con Xenophim, Zack!?

-¡Yo no hice nada! ¡Los Fragmentos están atacándola ahora mismo! ¡Y estaría muerta ahora mismo de no ser por Katran!

-¿Qué…? 

-¡Fleur, ve de inmediato a ayudarla! ¡Luego vendrás a por mí! ¡Sé lo mucho que ella significa para ti!

-Oh no…

-¿Maestre, que hacemos? – le pregunta el soldado.

-…¡Vamos a ayudag a Natalie! ¡Está en peliguo!

-¡Pero los dos Anderson…!

-¡Es una ogden!

-…Sí, maestre. En seguida.

Decidida a ayudar a su compañera, Quinquel mira una última vez al supuesto Zorro Blanco, y al hermano de éste, antes de irse junto a sus soldados.

-¡Creí que tendríamos que luchar! – expresa Jerome, preocupado.

-Qué suerte que no. ¡Sigamos hacia arriba! – le responde su hermano, retomando su huida - ¡Sólo espero que Ray y Fleur no salgan heridos!

En una sala oscura, encontrándose muy cerca de donde reside el Peto de Plata, Ofidius y Cromatonio se dirigen hacia allí.

-JUJUJU, OFIDIUS, ¿HAS SENTIDO ESO?

-Zí… Pierzivalz ha muerto. “Él” debió matarlo.

-¿TE REFIERES AL FRAGMENTO DE RAYO, AL QUE NO DEBIÓ EXISTIR?

-No. Éze no. Me refiero al cuervo de loz rayoz negroz. Comparado a él, el otro ez bazura. Al menoz por ahora…

-JUJUJU, PENSAR EN ESE CUERVO ME DA UNA GRAN URGENCIA POR COMER. ¡QUIERO COMÉRMELO!

-Ezperaráz. Rangery ha ido a por él y loz otroz Fragmentoz de Omega que eventualmente ze eztán azercando.

-¿Y QUÉ HAREMOS NOSOTROS?

-¿Lo haz olvidado? Pareze zer que la gula afecta tu memoria, Cromatonio.

-¡OH, YA SÉ! ¡DEBEMOS DE CONVENCER A ESE HOMÚNCULO DE UNIRSE A NOSOTROS!

-Exacto. Ezo ez lo que noz ordenó el Gran Pi. Y zu voluntad ha de hazerze.

Guantelete de repente, comienza a sisear con preocupación.

-¿QUÉ SON ESOS RUIDOS? ¿LOS ESCUCHAS, OFIDIUS?

-Zería correcto dezir que loz eztoy zintiendo también… - advierte con cautela, percatándose de unos leves ruidos que parecen aumentar – Zi en algo eztoy zeguro, ez que Rangery no eztá haziendo nada alborotador…

Y en efecto, el homúnculo serpentino tiene razón, porque de una pared falsa salen repentinamente Millos y Fireblast, que todavía continúan golpeándose el uno contra el otro con espada y pica respectivamente, como si lucharan a muerte.

-¡Grr! ¿¡POR QUÉ NO TE PUEDO HACER DAÑO ALGUNO!? – le demanda, al notar que su cuerpo es como el metal.

-¡NO LO SÉ, Y DEJA DE ATACAR! ¡ESTÁS LASTIMÁNDOTE MÁS A TI MISMO QUE A MÍ!

-¡ÉL! ¿¡ACASO NO ES LIBÉLULA, OFIDIUS!? – le pregunta su compañero, asombrado de verle la máscara al piquero.

-¡N-No lo zé...! – contesta, igual de asombrado.

En ese momento, dicho piquero empuja al murmillo a unos metros de distancia, para luego rellenar ese metro con su fuego azul, con tal de que su adversario no pueda acercársele de nuevo.

-¡Fuego…azul…! - señala, sorprendiéndose aún más de ese detalle que de la pica que porta Fireblast.

-¡MALDITO SEAS, RENEGADO! ¡ESTO NO HA ACABADO! – lo insulta el Querubin, que debido a la situación, decide retirarse por otra pared falsa, ignorando por completo a los otros homúnculos.

-¡Por fin…! ¿Eh? ¿Quiénes son ustedes?

-¡JUJUJU! ¡OFIDIUS, CREO QUE ESTAMOS DE SUERTE!

-Yo no diría ezo… - le corrige, con cierto enfado hacia Fireblast - ¡Tú! ¿Erez acazo Libélula? ¿Por qué eztás con Ephraim?

-¿Qué? ¿¡Quienes son ustedes, en primer lugar!? – repite - ¿¡Y qué haces con una serpiente en tu cuello!?

-…Mi error. – se disculpa, sorprendiéndose más – Claramente, jamáz noz hemoz vizto... Yo...zoy Ofidiuz, y “él” ez Cromatonio. Pareze zer que te hemoz confundido con ziertoz enemigoz nueztroz. Y dezcuida, Guantelete no muerde.

-¿Pero qué dicen? Espera... Creo que sé quien eres tú... - dice, recordando que Zack le había dicho que un hombre con serpiente quiso secuestrarlo.

-¿En zerio? Puez yo no zé quién erez tú... No erez Ephraim. Ni tampoco erez Libélula...pero aún así te le parezez, ya que al igual que tú puede crear fuego azulado, por no dezir también que pozee una piel muy reziztente. 

-¿¡Entonces no es raro que yo pueda crear fuego y posea una piel de acero!?

-No. Loz homúnculoz podemoz manipular elementoz de la naturaleza, ademáz de pozeer ziertoz atributoz…

-¿Homúnculos...? ¿Ustedes son como yo?

-Azí ez…alguien cuyo nombre no zé.

-…Fireblast. – se presenta, sin querer revelar su verdadera identidad, de la cual reniega.

-¿Fireblazt? Me huele a que ez un nombre falzo… Da igual. Nozotroz zervimoz a loz Diozez, quienez zon a la vez, loz que noz trajeron a ezte podrido mundo, poblado por loz zagradoz animalez y loz zuzioz humanoz.

-¿¡Sucios humanos!?

-Zí. Elloz noz ven como monztruoz. No noz azeptan como zomoz. Anzían indizcriminadamente nueztra muerte. No como loz animalez. Zi bien no pueden hablarnoz, pueden entendernoz, y por conziguiente azeptarnos. Por ello loz conzideramoz como zerez zagradoz.

-¡Y NOS IDENTIFICAMOS TAMBIÉN CON ELLOS! ¡CON CADA ESPECIE, O INCLUSO SUBESPECIE! ¡LOS ANIMALES VALEN MÁS PARA NOSOTROS QUE LOS PROPIOS HUMANOS!

-¿Se identifican con animales?

-Por zupuezto. Todoz en Animaz Homunculi, que ez una organizazión compuezta por homúnculoz, noz identificamoz con elloz, dependiendo del ezcuadrón al que pertenezcamoz.

-¡YO, POR EJEMPLO, MANDO EN EL ESCUADRÓN “C”, REPRESENTANDO AL CAMALEÓN!

-Ya veo. Entonces cada animal pertenece a cada escuadrón dependiendo de la letra con la que comience… ¿Ese tal Libélula (Dragonfly), está en el escuadrón “D”, de ser así?

-Eztaba…hazta que noz traizionó. A nozotroz y a loz Diozez. A toda Animaz Homunculi, por ezcoger ayudar a loz humanoz.

-¿Ayudar a los humanos…qué es lo que hacen en esa organizazión?

-¿No te ez obvio? Nueztra mizión prinzipal…ez la aniquilazión total de la raza humana, para azí controlar el mundo.

-¿¡HABLAS EN SERIO...!?

-Claro que zí…Ya han vivido zuficiente como para zeguir cometiendo máz atrozidadez, contra nozotroz y loz propioz animalez…

-¡JUJUJU! ¡QUIERO COMÉRMELOS A TODOS!

-Ahora…únete a nozotroz, y ayúdanoz a extinguir a todoz loz humanoz…y a loz traidorez como Libélula… - le pide Ofidius, ofreciéndole la mano.

-¡Yo no voy a aniquilar a los humanos!

-¿Cómo que no? ¿Acazo tú te encariñazte con elloz…?

-¡ERES UN TRAIDOR! ¡¡¡TE COMERÉ!!!

-Detente Cromatonio. No lo ataquez…Ezcúchalo. - le pide con desdén a su compañero.

-¡No es que me encariñé! Tuve amigos humanos que ahora están muertos…

-¿Muertoz...? ¿No loz haz matado tú? - pregunta en tono sugestivo.

-¿Yo? – se sorprende, recordando que las llamas que consumieron a algunos de sus seres queridos en aquel trágico momento...eran azules.

-¡SI, TÚ!

- No...no... ¡No fui yo! ¡Fue el líder del Ala Negra! ¡Y lo único que quiero ahora es ir a por él! ¡Y para ello debo seguir a los Fragmentos de Omega!

-El Ala Negra…Ya veo… 

-¿¡Por qué quieren matar a todos los humanos!?

-Ya te lo he dicho... No noz azeptan en zu Hiztoria... Loz Guardianez de la Hiztoria noz perziguen, por conziderarnos “aberraziones” de la vida. Y aunque queremoz matarloz, tenemoz el inconveniente de que por cada "Guardían" que azezinamos, otro viene al inztante…

-¡Claro, esos dichosos Guardianes de la Historia intentan impedirlo! Aunque creo que también soy su enemigo...

-...Aún azí, no veo cómo llegaráz hazia el líder del Ala Negra, zi ziguez zolamente a loz Fragmentoz de Omega, a quienez también tenemoz que mazacrar por zer enemigoz de loz Diozez.

-¿Pero entonces que hacen aquí?

-Yo…¡He encontrado a cierta persona, que me llevará también hacia mi objetivo! ¡Dijo ser mi hermano, y junto a él he llegado aquí para ayudarlo a encontrar a su hermano gemelo! Confío en que si lo hago, recuperará su personalidad, o tal vez su dichoso hermano sea el verdadero yo. ¡No sé!

-Oh, ¿Y cómo ze llama eze “hermano” tuyo?

-¡Isaac! ¡Y tú quisiste secuestrarlo! ¿No es así, OFIDIUS?

Al escuchar ese nombre, los dos homúnculos se quedan callados. Muy callados por la gran sorpresa que les viene al escuchar ese nombre.

-¿Qué les ocurre?

-¡IMPOSIBLE! ¡IMPOSIBLE!

-¿DIJIZTE…IZAAC?

-¡Así es!

-¡OFIDIUS, ESTO ES INAUDITO!

-No puedo creerlo…Ezcúchame. Él te eztá engañando. Zeguramente debió de zaber que te parezez a Libélula. Debe de eztar uzándote para llegar hazia ella y matarloz a amboz, a fin de quitarze obztáculoz de enzima para lograr zu cometido.

-¿¡Eh!?

-Izaac no tiene un hermano gemelo. NO PUEDE EXIZTIR OTRO COMO ÉL.

-¡Claro que lo tiene! ¡Se lo oí decir a los de la Secta Astral!

-…Ezcúchame otra vez. Únete a nozotroz y a loz Diozez, y te ayudaremoz a ir a por el líder del Ala Negra para llevar a cabo tu venganza. – le pide nuevamente, a la vez que Guantelete sisea a modo de amenaza. – No te lo preguntaré otra vez…

-Yo… - medita, poniéndose a pensar nuevamente en su “familia humana”. 

Ante este momento límite, piensa nuevamente en Marlene, en Brandon, en todos sus amigos de Villa Wintoom. En las personas que le hicieron feliz con quererlo, sin haber sabido nunca que él no es humano. Pero aún así, de lo contrario, lo hubieran seguido apreciando de todas maneras, ya que con ellos construyó su persona. Su carácter. Su identidad, que pese a renegar de ella tras sus muertes, no lo hizo del todo, porque no los olvidó pese al tiempo pasado. Solamente lograría perder su “yo”, si deja de lado su felicidad, su corazón, y el amor mismo. Si eligiese olvidar a todas esas personas que lo ayudaron a ser él mismo. Si eligiese traicionar sus memorias...
Por todas estas razones, concluye en que los humanos “reales” no pueden ser tan malvados, teniendo en claro qué va a decir.

-¿Y bien?

-¡Me niego! ¡No me uniré a ustedes! ¡No necesito su ayuda!

-...Ya veo…puez entonzez, ¡pereze! – le grita con decepción, creando de su mano izquierda una onda de hielo que lo envía contra una pared, terminando por inmovilizarlo de pies a cuello.

-¡Ahh! - gime, sin siquiera sentir dolor

-¡JUJUJU! ¡DÉJAME COMÉRMELO, OFIDIUS!

-¿¡Qué están haciendo!?

-¡Un homúnculo que no tiene dezeoz de ayudar a loz Diozez no mereze vivir!

-¿¡Tan serio es!? ¿¡Acaso conocen la libre elección!?

-Ayudarnoz no ez una elexión. ¡Ez un deber! Ahora…zi tanto quierez comértelo, intentálo Cromatonio. Yo iré a hablar con eze caballero de plata…

-¡PERFECTO! – se alegra éste, que ve cómo su presa rápidamente se libera del hielo verde con sus llamas.

-¿Vas a comerme? ¡No puedes masticar el metal!

-¿¡QUIERES APOSTAR!? - lo reta, girando la larga lengua por toda su máscara.

Ambos homúnculos comienzan a pelear. Y a punto de llegar hacia el final, el grupo de Fragmentos de Omega liderado por Louis, o por Glacius, tras haber aprovechado la inesperada aparición de Heather en la entrada de la Secta Astral, se halla dentro de un gran corredor adornado con varias piedras, igual de ancho o quizás un poco más que el auditorio y el hall principal, pero distinto en cuanto al largo.

-¡Oh, no sabía que había otro cielo aquí! – dice Horus, observando el techo.

-¿¡Por qué dices eso!? – le pregunta Lucifer, que mira hacia arriba también - ¡ES UN CIELO! ¡SE VE MUY…TARADO! ¡QUÉ NO VES QUE ES UNA PINTURA!

-¡SIIIIIIIIII! ¡ESTAMOS EN EL CIELO, MARCH Y GRAY! – le suspira Max a su liebre y lirón.

-¡Odio admitirlo pero se ve demasiado realista para serlo! – comenta Fuunra.

-¡Tan guealista que paguece de otuo mundo...! - advierte Bouclier, sorprendido.

-Cállense. – los silencia Glacius.

-¡Cállate tú también! – le calla Louis - ¡Sigamos hacia delante! ¡La reliquia nos está esperando!

-Mmph…

-Debemos de tener cuidado. Como el Peto de Plata es valioso, conseguirlo será peligroso. – advierte Gliam.

-¡Gliam tiene razón! – afirman los gemelos Twidlecutt.

-¡Sé que será peligroso, pero ya estamos aquí!

-¡Espeguen! – los para el Fragmento de Gravedad, que activó su visión perfecta a metros de distancia- ¡Con mis ojos gojos no loguo veg una entuada! ¡hip!

-¿¡Qué no la ves!? ¡Pero si Antlar dijo que éste era el camino para llegar a la reliquia!

-¡En lugag de una entuada veo tan sólo una pagued, monsieur Lapin!

-Bouclier, mira otra vez. Fíjate si de verdad no hay una entrada. – le pide el Fragmento de Hielo.

-¡Está bien! ¡hip!

Y el Fragmento de Gravedad vuelve a mirar a la vez que se va acercando. De nuevo, no parece encontrar ninguna entrada que lo lleve hacia la sala del Peto de Plata. Vuelve a mirar la pared que está donde debería estar dicha entrada, pero nota ahora un pequeño detalle. Nota, que esa pared no contrasta con el resto, por parecer más que rocosa, “pintada”.

-¡Esa pagued es extuagna! ¡No paguece de piedua!

-Mmmm, pues a ver. – responde su compañero, procediendo a usar también la visión otorgada por el dispositivo - …¡No es una pared! ¡Es un cuadro, como el de la entrada!

-¡Entonces hay que removerlo!

-¿Qué vamos a hacer sino, conejo? ¿Dibujar nubes?

Y cuando están por llegar hacia el óleo para quitarlo de en medio, divisan que éste sale disparado contra el suelo, donde comienza a compactarse hasta hacerse añicos.

-¿¡QUÉ PASÓ!?

-¡SE TIRÓ SOLO! – grita Duminic

-¡SE TRITURÓ SOLO! – grita Deeneac.

-¡Yejaja! ¡Yo lo hice!

Asombrados, los Fragmentos de Omega descubren a unos pocos metros de la entrada ya expuesta, a un vaquero, o pistolero o forajido, mirándolos con sus dorados ojos cargados con una sed de matar terribles. Rangery había llegado a por ellos.

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