EL DISEÑO DEL BLOG ESTÁ AÚN EN RENOVACIÓN. GRACIAS POR LA PACIENCIA

Capítulos

42-El Narval

Por fin, los dos hermanos gemelos se reencuentran tras tres años de no verse el uno y el otro. Mientras que uno fue convencido de dejarlo todo a fin de “unirse” al gobierno secreto que busca detener a los Fragmentos de Omega, el otro simplemente fue secuestrado de la nada, o en los propios términos de los agentes del Gobierno Astral, “abducido”. Y todo, por asemejarse al aniquilador del propio líder de la sede donde están. Ése, a quien los homúnculos identifican como “Isaac, el Zorro Blanco”.
Y precisamente, uno de esos homúnculos sale de en medio del desorden en el que la base está sumisa, para plantarle cara al supuesto Isaac, sin esperarse que hubiera otra persona idéntica físicamente a su lado.

-¿Muerte al ritmo de tu diente? ¿Te drogas? – le pregunta Soleyu, sin haberle entendido.

-¡No! ¡Sucio humano que no entiende mis palabras! – lo maldice Piercivals, quitándose el largo diente de su boca.

-¿Acaso se le está creciendo de vuelta el diente...? – nota Helena, sorprendida.

-¿Qué clase de ser humano es éste? – cuestiona Abraham.

-¡NO SOY UN HUMANO, ESCORIAS! – responde con furia - ¡SOY MUY SUPERIOR A USTEDES EN TODOS LOS ASPECTOS! ¿¡SE ATREVEN A COMPARARME!?

-¿Zack, tú sabes quién es este tipo?

-¡No lo sé Jerome, pero por sus ojos creo que es un…!

-¡Homúnculo! – interrumpe el detective Misora. -¡Es otuo homúnculo! 

-¿HOMUNQUÉ? – se confunde Data.

-¡Homúnculo! – lo corrige el detective - ¡Un humano cueado agtificialmente! ¡Y pog lo que veo es el diguectog de ogquesta que encontué con Syginne en Francia!

-¿Es él? – pregunta la joven, intrigada.

-¡POR FIN, ALGUIEN QUE ME RECONOCE COMO TAL! ¿Les ha sido de su agrado el gran “vals” que desaté junto a mi estúpido líder?

-¿¡Vals!? ¿¡Te refieres acaso a la gran destrucción de autos!?

-¡IKAJAJAJA! ¡Las explosiones y los gritos desatados por Rangery y por mí fueron música para mis oídos! ¡Un “do” por aquí, un “re” por allá, y varias notas más! Creo que llamaré a aquella composición “La balada del Narval”!

-¡Eres un enfermo!

-¡Soy un artista! 

-¡Ya basta! – exclama Zack, harto - ¡No sé quien eres, pero ni yo ni mi hermano gemelo somos Isaac! ¡Así que déjanos en paz y vete!

-¿CÓMO QUÉ NO SABES QUIÉN SOY? ¡Deberías! ¡Fui el líder del escuadrón “N” en Animas Homunculi! ¡Piercivals Sonetusk, el Narval! Hasta que fui superado por el poder del incompetente líder actual…

-¿Narval? ¡Es un unicornio! ¡No, un delfín! – señala Stuart, confundido.

-¡QUE SOY UN NARVAL!

-¿Y en dónde está ese vaquego, Nagval? – le pregunta el detective – Pog lo que acabo de escuchag, puedo veg que lo odias.

-¡Rangery está junto a Lord Ofidius y Lord Cromatonio en el abismo más profundo de este lugar, donde reside la reliquia que los Fragmentos de Omega quieren! ¡Y tengo suerte de que no esté conmigo! ¡Esa rata inmunda hace lo que le da la gana!

-¿Ofidius? – se sorprende el muchacho - ¿Aquel que quiso secuestrarme?

-¿¡Pero por qué estoy perdiendo el tiempo con tanta palabrería!? ¡Debo matar a Isaac, digo, a los Isaacs!

-¡No tocarás a mi hermano! – le grita Jerome.

-¡También te tocaré a ti! ¡Y a todos esos humanos que los acompañan! – responde el homúnculo, que arroja su diente recién quitado al suelo, perforándolo.

-…¿Piensa atacarnos con un simple diente? – comenta el corredor, que lo vuelve a mirar con una ceja fruncida.

-¡CON CIENTOS DE ELLOS!

Tomando como batuta el diente recién crecido, Piercivals entonces realiza un movimiento con éste frente a todos. Y del diente que arrojó, o mejor dicho colmillo, surgen automática y continuamente varios más, saliendo disparados en todas las direcciones. Como si fuera una flor abriéndose y liberando polen.

-¡CUIDADO! – advierte Soleyu, tirándose al suelo junto a Syrinne. El resto, por suerte, logra esquivar también los proyectiles dentales de la misma forma.

-¿¡QUÉ ACABA DE HACER!?

-¡Es mi habilidad especial, Isaac!, ¿la has olvidado? ¡Dientes nuevos! (New Tooths)

-¡No soy Isaac! – le corrige Zack, que corre junto a Jerome y los demás por la sala para esquivar los cientos de dientes que continúan saliendo del principal.

Dándose lugar la batalla, desde el piso de arriba, donde una inconsciente Xenophim duerme a salvo del homúnculo, Jane y su equipo repentinamente aparecen por el mismo, siendo perseguidos por cientos de Gladios. La persecución los preocupa tanto que ignoran a la noqueada agente, quien tiene suerte de no ser pisoteada.

-¡Eres imbécil, Byron! ¡Si no fuera por tus constantes burlas tras separarnos del jefe y el resto no estaríamos siendo perseguidos ahora mismo! – lo insulta Nala.

-¡Pero si tú empezaste todo al golpearme! – le responde éste.

-¡Igual es tu culpa!

-¡Basta! – los calla su capitana.

-¿Qué está pasando allí abajo? – pregunta Thomas, notando la lucha que se está desatando metros abajo - ¡JANE! ¡ES ZACK!

Oyéndolo, ella ve de inmediato a su amado, junto a su hermano gemelo, al cual rápidamente identifica como tal, evadiendo los ataques de un extraño director de orquesta que no parece humano. Del mismo modo descubre al resto de sus acompañantes. Y pese a tener a varios soldados de negro detrás, o incluso haber encontrado a Zack en peligro, no puede evitar soltar un grito al hallarse ahora en el mismo lugar que él.

-¡ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAACK!

-¿¡J-JANE!? – grita sorprendido éste, quien se alegra en el fondo de descubrir a Jane apenas la ve - ¡Jane…ARGH!

Uno de los dientes impacta en su pie al distraerse del peligro que lo arrincona.

-¡Zack! – exclama con preocupación Jerome, ayudándolo a moverse. 

-No… ¿q-qué he hecho? – se horroriza la telépata, que rápidamente decide intervenir - ¡No te dejaré solo!

Con su pistola se compromete entonces a atacar a Piercivals, sin tener tiempo a la vez de manipular su mente. Sin embargo, jamás llegaría a hacerlo.

-¡Allí están, deténganlos! – ordena el Ore Gladio que lidera a los soldados que la persiguen junto a sus compañeros.

-¡MIERDA! ¡ESTÁN ACERCÁNDOSE! – advierte Byron.

Y en un intento de frenarlos, Katran se abalanza sobre los Gladios.

-¡KATRAN!

-Vayanse – pide éste, que golpea uno por uno a los centinelas hasta regresar por donde vino.

-No... ¡Zack, no te mueras!

Y los cuatro se marchan por otro pasillo, dejándolo solo. Volviendo al piso inferior, Abraham prepara su propio revólver para dispararle al homúnculo en medio de evasiones, enfocándose en el propio pecho del mismo.

-Stuart, ¿puedes acercarte a él? - pregunta a su subordinado, mientras lo apunta en medio de la crisis.

-¡Creo que sí, maestro Abraham!

-Bien, pues ve.

-¡Sí! – obedece, moviéndose a gran velocidad hacia el enemigo, pasando por en medio de los dientes que dispara.

-¿¡Tú te me vas a acercar, humano de piel blanca!? ¡NO ME HAGAS REÍR! – le grita el arrogante humanoide, que crea de su otra mano un chorro de agua que lo tumba.

-¡Stuart! – grita Laia, preocupada.

-¿¡Puede crear agua!? – cuestiona Soleyu.

-¡Los homúnculos pueden cueag y manipulag elementos de la natugaleza, como los Fuagmentos de Omega! – informa el detective.

-¡No necesito de mi elemento para acabarlos! ¡Y ahora mismo quiero verlos escapar de mis dientes! ¡Quiero verlos bailar este nuevo “vals”!

Dicho esto, el director de orquesta recibe, para su incauta sorpresa, un disparo en su pecho por parte del hombre con sombrero.

-Fallé... - se dice éste, habiendo querido dispararle en su corazón.

-¡AARGGHH! ¿¡TE ATREVES A HERIRME!? ¡TOMA ESTO! – responde, haciendo crecer de su “batuta” un par de dientes más para arrojarla hacia su presa. Sin embargo, no acierta, puesto que el corredor detiene el proyectil con sus manos, de la misma forma que Stuart cuando detuvo una de las espinas de Broken hace un rato.

-Je…

Furioso, Piercivals pierde la paciencia, dejando de crear más dientes.

-¡SE ACABÓ! ¡ME HAN HECHO CAMBIAR DE OPINIÓN CON RESPECTO A MI ELEMENTO! ¡AHORA QUIERO VERLOS BAILAR ENTRE AGUAS! – avisa, creando un gran torrente de sus manos con los que atrapa a sus enemigos. De esa forma, la sala parece estar ocupada por un gran torbellino acuático.

-¡WAAAHHH! – grita el hombre Cloroformo, siendo arrastrado por las aguas.

-¡No sé nadaaaaaaaaag! – revela Misora, moviendo violentamente sus manos en un vano intento de flotar.

-¡Agh! ¡Jerome, no te separes de mí! – le pide Zack a su gemelo. 

-¡No lo haré, no de nuevo!

-¡Soleyu!

-¡Syrinne, ayuda al viejo, que se está ahogando!

-¡Auxiliooooo!

-¡Aaargh! ¡Laia, dame la mano!

-¡Alan, Abraham!

-¡Vaya! ¡Debería bautizar esto como “El Lago de los Narvales”! ¿O tal vez como "Mar de Lamentos"? – piensa el homúnculo, que vuelve a quitarse el diente anormal de su boca con el fin de usarlo como otra batuta más.

-¿¡Donde está Stuart!? – demanda saber Laia.

-¡DEBIÓ DE AHOGARSE! ¡Y es una pena, porque quería que viera esto! – interrumpe el director, que con un movimiento manipula a través de su elemento los dientes que aún permanecen sujetos al suelo junto con los que están flotando en las aguas, para usarlos como lanzas a fin de atravesar a los humanos. -¡DEN EL SUSPIRO FINAL, HUMANOS!

Sin embargo, el “vals” termina de forma abrupta, y no por su mano. Porque desde debajo del agua, Stuart sale a nado rápido, subiéndose con rapidez hacia la plataforma donde Piercivals está.

-¡A dormir! – le dice, embistiéndolo.

-¡GUOOOHHHHH! ¡Mal…dito….! Seas…. – alcanza a murmurar, antes de caer dormido por la habilidad de su repentino adversario.

Por su pérdida del conocimiento, el torrente o torbellino se deshace, dejando un piso muy mojado y al resto de los intrusos igual de empapados, pero ya fuera de peligro.

-¿Ya está? – pregunta el muchacho.

-¡Así parece! - le confirma su hermano, asustado.

Merci, hombue blanco! ¡Nos has salvado a todos! – agradece el detective a Stuart.

-¡Me sumergí para que ese delfín dejara de poner sus ojos en mí! ¡De ese modo, tomé la oportunidad de atacarlo por sorpresa!

-Y vaya que sí. Bien hecho, Stuart. – lo felicita su maestro.

Y en ese momento todos escuchan pisadas, provenientes del próximo pasillo que tienen delante.

-Oh no…¡deben de ser Quinquel y los demás Gladios!

-¡Pues hay que estar preparados! – responde Soleyu, para el desagrado de Abraham.

Todos entonces proceden a prepararse para lo que sea que viene hacia ellos. Escuchan las constantes pisadas, el descenso por varias escaleras, algunos tropezones, y finalmente cómo esas mismas pisadas se escuchan aún más, dándoles a entender que ya están acercándose deprisa.
Pero al final no tienen que preocuparse tanto, porque quienes llegan hacia ellos no son ni el Ángel de la Belleza ni más Gladios, sino Jane, Byron, Nala y Thomas.

-¡Jane! – la llama su joven amado, feliz.

-Zack…

Sin pensarlo, ella corre hacia él. Y como pasó con Jerome, ambos finalmente se abrazan emocionados y felices de volver a encontrarse.

-Lo siento…Siento haber desaparecido.

-Finalmente te encontré, Zack.

-Nunca me volverás a perder de ahora en adelante.

-Sé que no…porque te amo. Te amo muchísimo.

Tras sus palabras, ambos se miran ya, y deseando haberlo hecho en París, uno de los países más románticos y bellos del mundo, finalmente se besan. Se besan como si fuera el último día de sus vidas. Como si no se hubieran visto en años. Como si uno fuera la mitad del otro. Y también, como si se hubieran buscado durante toda la vida en lugar de buscarse durante casi todo un día. 
Y estando sumisos en su mutua felicidad, su apasionado beso es presenciado por unos boquiabiertos Jerome y Byron, unos sonrientes Thomas y Nala, y por el confundido resto de compañeros del muchacho.

-¿Esa no es la policía?

-¡Sí, Soleyu! ¡Es ella! ¡Y lo está besando! – le confirma Syrinne, que ya se lo imaginó.

Terminado el beso, los dos enamorados se sonríen.

-Me haces feliz… 

-Tú también…

-…¡Oh, cierto! ¡Jane, él es mi hermano Jerome! ¡Finalmente lo encontré!

-Lo sé. Es idéntico a ti.

-¡Ja…jaja! – ríe sorprendido el gemelo, tocándose la cabeza - ¡Esto…un gusto conocerte, a pesar de la situación! ¿Cuántos años tienes?

-¡Jerome! – lo llama Zack, con cierto reproche.

-…Veinticinco. – revela la ex oficial.

-¿VEINTICINCO? ¡Vaya!

-¡Jerome! ¿¡Por qué preguntas eso!?

-¡Sólo curiosidad, jeje! ¡Algo tengo que decir!

-Oigan, no quiero interrumpir este momento romántico… – interrumpe Abraham, que no sonríe – pero ahora que ya hemos hecho nuestra parte, debemos marcharnos de este lugar.

-¿Marcharnos? ¡Pero los Fragmentos están por tomar la reliquia de esta base!

-¿Y tienes con qué enfrentártelos a todos? Tienes el pie lastimado. Y por lo que veo los soldados vienen ya a por ti. Y si todos nosotros, en este momento, apenas pudimos contra ese “homúnculo”, imagínate qué vamos a hacer contra toda la organización de Stroyer.

-¡Algo pasará! ¡Lo sé!

-Zack…no vayas.

-¿Qué? ¡Jane!

-Estás herido, y por mi culpa. Por que te llamé cuando ese tipo estaba disparando esas lanzas extrañas.

-¡No fue tu culpa, sino mía! ¡Pero…!

-Ya es suficiente. No irás y punto. No quiero perderte otra vez…

-…Está bien. Tú ganas. Aunque no sabremos qué harán ellos después.

-Como tú dices, algo pasará.

-¡Bien, bien hecho, Saco! ¡Ahora supongo que nos vamos afuera! – lo felicita Byron, ansioso por marcharse.

-No perdamos más tiempo. – añade Nala.

-Demasiado tarde.

-¿EH?

Todos se sorprenden por esta nueva voz, que parece provenir del pasillo por el que el muchacho y compañía vinieron hasta la sala de la pantalla. Volteándose, descubren con mucho pesar a Stroyer, Antlar, Schlafdat, Finem, Tetsu y Railo en escena. 

-¡Ray! – lo llama Zack.

-Tú otra vez, Zack, ¿qué acaso no…? ¿¡JEROME!?

-¡Eres tú! ¡Y sigues con vida! – le responde éste, asombrado - ¿¡Soy yo, o acaso has dejado de crecer!?

-…Con que hay dos Zorros Blancos. – comenta el líder.

-¡Se los dije! ¡Les dije que tenía un hermano gemelo aquí! – reitera su mano derecha.

-HAHAHAHAHA – ríe el vampiro al ver tanto a Syrinne como a Soleyu.

-Es él…Finem. – murmura asustada la joven irlandesa, detrás de su amado.

-¿Quién ese ese de la guadaña? Espera un momento…¡Eres ese agente, con la máscara de Mantis! – advierte el muchacho.

-¡Felicidades, zorro acosador! ¡Me has descubierto! ¡Pensaba llevarte hacia Stroyer una vez te tomé de ese encapuchado, y de no haber sido por ese renegado lo habría hecho! 

-Cielos… ¿Acaso eres Antlar, el Fragmento de Omega desaparecido? ¡Sí, tienes que ser él! ¡He visto...he visto tu rostro durante la matanza de mis compañeros hace cuatro años! Esperen, ¿¡qué hicieron con Fireblast!?

-¡Felicidades otra vez! ¿Y a qué te refieres con eso? ¡No encontramos a ese piquero aquí!

-¡Diablos! ¿Y quién es el otro Fragmento?

-¡Nuestro esperado primer Fragmento del elemento Tierra! ¡Schlafdat!

-¿Steven, Anthony, quién es ese chico? – pregunta Friedrich, inocente.

-¡Es un asesino demente que quiere nuestras cabezas! ¡Luego te lo explicaremos todo!

-¡No soy un asesino! ¡Y antes de que digan algo, mi hermano tampoco lo es!

-Me da lo mismo. – le responde Stroyer – Ahora que los tengo a ambos aquí, no dudaré en aniquilarlos.

-¿¡PERO QUÉ DICE!? – se asusta Jerome.

-¡Espera, Stroyer! – lo detiene Railo.

-¿Qué tengo que esperar? ¿No te he dicho que no te dejes llevar por las emociones? No me importa si fueron o son aún tus amigos. Mientras sean enemigos, da igual el valor que tengan.

-Mierda. Justo cuando por fin nos encontramos… - se lamenta Jane.

-¡No es justo, Zack!

-¡Esto no acabó aún, chicos! ¡Estamos juntos ahora!

-Grrrr…¡POR SUPUESTO, HUMANOS!

-¡No me jodas! ¿¡Ha despertado!? – se sorprende Soleyu, al descubrir a Piercivals nuevamente consciente.

-¿Quién es ese, Anthony? – pregunta nuevamente Schlafdat.

-¡No lo sé, pero posee los mismos ojos que el encapuchado de la serpiente!

-¡PORQUE SOY UN HOMÚNCULO, FRAGMENTOS DE OMEGA! ¡Y AHORA QUE LOS TENGO TANTO A USTEDES COMO A LOS DOS ISAACS, PUEDO SUSPIRAR TRANQUILO!

-¿Ambos somos tus objetivos? – le interroga el Fragmento de Fuego - ¿Quién eres?

-¡SOY PIERCIVALS SONETUSK, MIEMBRO DEL ESCUADRÓN “N” DE ANIMAS HOMUNCULI! ¡Y TÚ, STROYER DEL FUEGO, ERES UNO DE LOS ENEMIGOS DE MIS DIOSES!

-¿Enemigo de tus “dioses”? ¿Te refieres a los Entes? - pregunta, un poco sorprendido.

-¡SILENCIO! ¡NADA HAS DE SABER! ¡Tú y esos dos gemelos pueden ahora mismo… ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!

Ante todos, un rayo negro parece caer del cielo hacia Piercivals, matándolo al instante por ser la electricidad su punto débil.

-¿¡QUÉ CARAJO...!? – grita Railo, ante lo que ve.

-¿¡De dónde ha salido ese rayo!? – exige saber Antlar, mientras observa que del cuerpo inerte del homúnculo, un gas de color verde emerge por medio de sus orificios hasta disolverse en el aire.

-¡Allí agiba! – indica Misora para todos, señalando hacia el mismo piso en el que Xenophim yace, donde todos descubren con más asombro aún, a un ser completamente oscuro, sentado sobre el barandal. 

Un ser alado, emplumado, y de ojos completamente rojos, que Railo conoce muy bien.

-¡ES ESE MONSTRUO! – grita éste.

-¿Qué es eso? – pregunta con miedo Zack - ¿Por qué lo mató?

-Plumas negras…electricidad…cabeza de cuervo… - advierte Jane, detalle por detalle - …No me digas… ¡No me digas que ÉSE es el Cuervo Eléctrico! ¡El “Cuervo Eléctrico” que mató delincuentes en Nueva York!

-¿¡Pero qué Ray no se llama así!? – interpela Jerome.

-¡Lo llamaron así en base a aquellas matanzas de delincuentes en Manhattan! – le aclara su hermano.

-Ugh…¿Qué fue lo que pasó? – se levanta el Ángel de la Vigilancia, para descubrir sobre el barandal al propio Cuervo Eléctrico, dándole totalmente la espalda – W-W-WER BIST DU!? (¿¡Quién eres tú!?)

Y en cuanto la oye, el enigmático y poderoso ser abre vuelo hacia la cima, donde se termina perdiendo luego de atravesar las ventanas. Los pequeños y consecuentes fragmentos de vidrio caen hasta dar con el suelo, destruyéndose ante la vista de todos y de Xenophim.

-Se ha ido…

-¡SON LOS FRAGMENTOS DE OMEGA! ¡LOS MATARÉ A TODOS! – se asegura la recién despierta y atenta agente al descubrirlos, tomando nuevamente su rifle para abrir fuego.

-¡Mierda! ¡Si Bouclier estuviera aquí…!

-Estoy yo, Antlar-sama. – responde el samurai, que ante el momento límite corta por la mitad cada una de las balas disparadas con su katana y su precisión.

-HAHAHAHAHA, QUIERO COMÉRMELA. – desea el vampiro.

-Toda tuya – le permite Stroyer, concentrado en Zack y compañía.

Gozoso, el Fragmento de Sangre entonces salta hacia su presa, pero antes de siquiera darle un mordisco es atacado por Katran, que vuelve del pasillo en el que desapareció.

-¿¡Quién eres!? – le pregunta Xenophim, sorprendida de que la haya salvado.

-¡KATRAN! – lo llaman sus compañeros desde abajo.

-¡Váyanse! – reitera.

-Maldita sea, tenemos que buscar otra salida. – se queja Abraham ante la situación.

-¡Jane! ¿Por dónde han venido? ¡Llévennos! – le solicita Zack.

-¡Sí! ¡Síganme todos! – pide la telépata, tomando de la mano a su amado.

-¿Por qué me tomas de la mano?

-¡Tonto! ¡Me aseguro de no perderte!

-¡Pero estoy herido! ¡No podré andar bien!

-¡Andarás conmigo!

Así todos escapan de los Fragmentos de Omega. Jerome, sin embargo, mira junto a su hermano con preocupación a Railo, que también hace lo mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores (¡Sigue este blog!)