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35-Pasados reveladores

Horas antes de que Ephraim se marchase con sus nuevos esbirros hacia Berlín, luego de haber sido abandonados por los Fragmentos de Omega, los Sin Nombre aún permanecen inmóviles en la gran enredadera creada por el propio Mantis. Y llevando una pequeña planta en su boca desde hace un largo rato, como si fuese un amordazador, Wombat finalmente la escupe tras masticarla con gran esfuerzo.

-¡Phew, por fin! ¡Koala, Calamar, Mako, despierten! ¡Vamos! – les pide a gritos a sus agentes, los cuales despiertan.

-¡Señor! Sentimos fallar… - se disculpa con desdén Koala.

-No se preocupen. Yo tampoco imaginé que Mantis fuese…como sea. ¿Pueden moverse?

-Ugh…creo que no.

-No tengo ganas de hacerlo. – confiesa Calamar, aún deprimido.

-Ay, Calamar. Se ve que eres muy sensible ante alguien como el Fragmento del Alma. ¿Acaso no eres de verdad un Sin Nombre?

-¡L-Lo soy! – responde al instante, recuperando parte de sus ánimos.

-Entonces libérate de esta enredadera.

-¡Eso haré, señor! ¡Agh! ¡Grrr! ¡Ups! ¡Cielos, es muy resistente!

-Mmm…Mako.

-Aquí, señor. – lo escucha el tiburón.

-¿Te sientes mejor luego de perder?

-Ese samurai logró adivinar el movimiento de mi espada. Y logró causarme una herida en el pecho, por suerte superficial, pero suficiente como para dejarme noqueado.

-Ya veo. ¿Tienes aún contigo esa espada?

-No... se quedó allá atrás, pero la traeré ahora mismo. – avisa el agente, que siendo el único que no está inmovilizado por la gran planta, saca un imán con el que atrae al instante su dentada arma. Y ya en mano la acciona a través de un botón, convirtiéndola en una sierra más que una espada, utilizándola para hacer pedazos la enredadera, liberando de esta manera a su equipo.

-Bien hecho. Ahora, vayamos hacia la granja.

-Esperen – los detiene la agente, que genera de sus manos hojas medicinales, brindándoselas a su jefe y compañeros - Consumámoslas.

-Oh, gracias Koala. Casi olvidamos tu habilidad especial. ¡Ahora vámonos!

El equipo se mueve hacia allá con prisa, y encuentran a todos los Gladios que destruyeron el Caballero Rojo, alarmados por la ausencia de uno de sus vehículos.

-¡Mierda, llegamos tarde! Aunque me lo suponía. – maldijo el líder Sin Nombre.

-¡Maestre Wombat! – lo llama el Ore Gladio presente, vistiendo un chaleco azul con una boina violeta. - ¿Qué fue lo que le pasó?

-Mantis…nuestro mejor miembro…es el desaparecido Antlar de la Hierba. Nos engañó a todos. Y con respecto a mí y a mis agentes, nos tendió una emboscada junto a los Fragmentos de Omega.

-Ya veo. Qué suerte que estén bien.

-Eso es lo de menos. Consiguió humillarnos no ahora, sino desde el momento en que se nos unió… Lo va a pagar muy caro.

-Uno de nuestros vehículos desapareció. Seguramente él y el resto de la organización lo tomaron para viajar hacia Berlín.

-En efecto. Eso era lo que querían desde el principio. Mandaron a su vehículo por la Friedbreger Landstraße sin que nadie lo condujera para que lo voláramos en mil pedazos, sólo para distraernos. Y aunque nosotros no caímos en su artimaña, caímos en ésta.

-Hizo lo que pudo, maestre. Ahora tenemos que irnos hacia Berlín lo antes posible.

-Claro que sí… ¡Berlín! ¡BERLÍN!

-¿Qué ocurre, señor?

Sin escuchar al líder de los Gladios, el Sin Nombre utiliza su teléfono móvil para comunicarse de inmediato con Canguro, que se encuentra allí.

-¡Canguro! ¡CANGURO! 

-¡Canguro aquí señor! ¿Qué es lo que ocurre?

-¿¡Qué estás haciendo ahora mismo!?

-¿No se lo dijo Mantis? ¡Estoy en el aeropuerto, esperando tomar un vuelo rápido hacia Frankfurt! ¡Me necesitan para luchar contra los Fragmentos, que están allí aún!

-¡Escúchame! ¡No te tomes ningún vuelo! ¡Regresa ahora mismo hacia el hotel donde su hermana está residiendo! ¡AHORA!

-¿Q-Qué ocurre...?

-¡Mantis nos traicionó! ¡Él es un Fragmento de Omega, y te distrajo para que descuides a Allie!

-¿¡QUEEEEEEEEE!? – grita incrédula, en medio de la gente - ¡NO LO DICE EN SERIO!

-¡LO DIGO MUY EN SERIO, CANGURO! ¡SABES QUE NO ME GUSTA MENTIR NI JUGAR!

-¡Maldición, MALDICIÓN! ¡REGRESARÉ DE INMEDIATO! – se despide la agente desde el aeropuerto de Berlín, marchándose cuanto antes hacia el hotel Rothaus - ¡ALLIEEEEEEEEEEEE!

Subiéndose a su coche, la Sin Nombre conduce a toda prisa hasta dicho hotel, ignorando a los demás conductores, e incluso a los semáforos y a las señales de tránsito. Por su cabeza pasan también las sonrisas, el compañerismo e incluso la buena onda de quien alguna vez fue Mantis, resultando todo una farsa. Sus sentimientos secretos hacia él, su afecto y su cariño son ya una mentira. Una mentira que duele como una cicatriz que nunca para de sangrar.

-¡No puedo creerlo! ¡No puede ser verdad! ¿¡Cómo que Alban nos traicionó!? ¿¡Acaso nunca le importamos!? – se dice muy irritada, pensando en él y en su ingenua hermana, que nada sabe al respecto - ¡Allie, por favor permanece allí!

Tras un par de vueltas y vueltas en auto, la agente llega al hotel, donde sube sin pensarlo hacia la habitación de Allie a toda prisa. Y en cuanto entra, descubre, para su propio temor, que no hay nadie allí.

-Mierda...¡Mierda, mierda, MIERDA! – maldice y maldice, frustrada y lagrimeando, habiendo sido usada por quien alguna vez fue Mantis.

Entonces, a fin de calmarse para llamar a su superior, se sienta en la cama, aún enojada. Y al apoyarse sobre las sábanas, descubre un papel sobre la almohada. En él, encuentra al principio la nota que le escribió a Allie antes de irse hacia el aeropuerto a tomar un vuelo que al final evitó. Pero al pie del mismo, encuentra otra nota, escrita por la misma joven hacia ella, que dice:


“Kay, mi hermano me llamó. Si lees esto, él me pidió que lo esperase en la casa de un amigo suyo no muy lejos de por aquí. No te preocupes, esa persona vino a recogerme, aunque lucía muy dormilona. Quiero darte las gracias nuevamente por hacerme pasar un gran día en Berlín. Y sinceramente espero que nos volvamos a ver”

Te quiere mucho, tu amiga Allie.”

Al terminar de leerla, Canguro hunde su cara contra la almohada para dejar salir un ahogado grito de furia. Y aún con resentimiento hacia el maldito bastardo que aquella inocente joven tiene como hermano mayor, decide entonces informar a Wombat.

-…Wombat. Soy yo, Canguro… - empieza a decir con una voz monótona.

-¡Canguro! ¡Dime que está contigo en este momento!

-…No. Se marchó. Hacia la casa de cierto amigo de Mantis…

-¡Maldición! ¡Ella estará en peligro!

-Lo sé. Fue mi culpa por ser tan “ignorante”. Y usted odia la ignorancia...

-Canguro, no te culpes demasiado. ¡Nosotros tampoco sabíamos que Mantis era en realidad Antlar! Así que fuimos ignorantes también…

-…¿Y ahora qué quiere que haga, señor?

-Nosotros estaremos por llegar a Berlín en nuestros propios aviones. Espéranos en el lugar que te diré a continuación. ¡Esta vez detendremos juntos al propio Antlar, y rescataremos a su hermana de un oscuro destino!

-Entendido…cambio y... ¡ESPERE UN MOMENTO!

-¿Q-Qué ocurre Canguro?

-¡Allie me escribió una nota de despedida…y en ella dijo que la casa de esa persona está no muy lejos del hotel! ¡Hay una chance de que la pueda encontrar!

-¿¡De verdad!? ¿¡Dijo la dirección!?

-No… ¡Pero buscaré! ¡Preguntaré a la gente, a los policías, haré lo que sea!

-Canguro…tú me sorprendes. De no haber percatado ese detalle, hubieras sido más ignorante aún. ¡Te encargo esta tarea!

-¡Si señor!

Con algo de esperanza, la Sin Nombre se marcha entonces del hotel a toda prisa. Y al mismo tiempo, en pleno movimiento por una ruta alemana, Zack, Syrinne, Fireblast y Andrew Misora continúan conduciendo hacia Berlín en medio del ocaso.

-Sacre ciel! (¡Santo cielo!) ¡No veo ya la hoga de que sea de noche! – se impacienta el detective.

-¿Y por qué quieres que sea de noche, viejo? – le pregunta el piquero - ¡Oh claro! ¡De noche habrá más sombras, y podrás viajar por la oscuridad hasta llegar hacia la Secta Astral! ¿Verdad?

-¡Has adivinado, piquego! Aunque hay un pequegno detalle…¡Yo no sé en donde está esa Secta Astual!

-¡Cálmate, yo si sé! ¡Tan sólo conduce hacia el norte de Berlín y te lo diré! Y se supone que él también debería saberlo.

-¡Yo no lo sé! – responde Zack, harto - ¡Cuando conocí al resto de los Fragmentos Blancos, siempre me vendaron los ojos cada vez que me han llevado a ciertos lugares a entrenar! No, fue en América que los conocí, y en donde entrené también...

-¡Como sea! ¡Yo te diré cómo llegar, viejo!

-¡Muy bien! A puopósito…poduías empezag a contagnos cómo es que tú egas pagte del Gobiegno Astual...

-¡Ya les dije todo lo que tenía que decir de mi pasado!

-¡No nos dijiste cómo es que trabajabas para ellos! – interrumpe el muchacho - ¿Te usaron como a mí me han usado? ¿Te hicieron creer que eras uno de ellos?

-¿¡Por qué tanto interés tienen en ello!?

-¡Por que queremos saber! – interviene ahora Syrinne – Cuando peleaste contra aquel sujeto, te oímos decir que ese Gobierno Astral te utilizó como una herramienta. Y a partir de esas palabras nos empezamos a llenar de curiosidad por tu pasado…

-Mmph… está bien, lo diré... ¡Si el viejo nos cuenta SU historia primero!

-¿Eh? ¿Pog qué yo…?

-Señor Misora, también queremos saber su pasado… - pide con sinceridad la joven irlandesa.

-Oh…está bien… Digé lo que gecuegdo… ya que no sé nada de mi nacimiento, mi infancia, mi adolescencia, e incluso mi familia… Ciegto día, despegté en lo que pagecían seg unas güinas muy antiguas, de algún pueblo indoeugopeo ya extinto. Me encontuaba totalmente solo allí. No había nadie alguededog. Pero lo más extuaño ega, que sentía que ya conocía ese lugag, pogque supe oguientagme muy bien pog el labegíntico bosque que cubuía dichas güinas. Los ágboles egan maguones. Las hojas egan de colog avellana. Y la tiegua pagecía estag muegta. En aquel día, pog así deciglo, hubo un guan eclipse en el mundo…donde me vi geflejado.

-¿Dónde se vio…reflejado?

-Sí… Pogque aquel “sol neguo” se acegcaba cada vez más hacia mí…o yo pagecía acegcagme más hacia él. Y en cuanto lo toqué…salí de una guan oscugüidad, para encontuagme en el mundo güeal…nuevamente solo en esas güinas. Aunque esta vez fui hallado pog un gupo de excugsionistas franceses que investigaban las casetas y los templos. Cuando me pueguntagon pog mi nombre, no supe decigles cuál ega, ya que no lo guecogdaba. Pero luego güevisagon las cosas que llevaba en mi chaqueta. Y entue esas cosas encontuagon una identificación con mi nombue… Andrew Theseus Misora.

-Oh… ¿y qué pasó después?

-Bueno…después me llevagon con ellos hacia su academia, donde con el tiempo me fogmé como un investigadog agqueológico, para posteguiogmente pasag a seg un simple detective puivado como ven.

-Yo no diría que eres un simple detective privado. – le dice el enmascarado.

-Bueno…tienes gazón. No sé como, pero sé que poseo esta habilidad extuagna de sumegjigme en la oscuguidad a pagtig de ese día.

-¿Y cómo es que empezó su investigación sobre el otro mundo, los homúnculos y los Fragmentos de Omega?

-Emmm… Pogque ciegto día, y tras guesolveg muchísimos casos sin guesolveg gracias a mi inteligencia…y mis habilidades, me hice famoso. Tanto, que el Gobiegno Astual me contuató paga investigag el escenaguio de la matanza de Hudson en 2006, luego de que los Fuagmentos matagan a los Gladios que buscagon emboscaglos cuando volvían de Guoenlandia.

-¿Usted estuvo con el Gobierno Astral? ¡Pensé que no sabía nada del mismo!

-En ningún momento dije que no sabía nada. ¿Pog dónde andaba? Ah sí… Allí, en la bahía de Hudson, cuando tuataba de encontuag alguna pista que dijega el pagadego de la oganización tras la cagniceguía, descubuí a un Guagdían de la Histoguia que también queguía buscag a los dichosos Fuagmentos de Omega. Hallaglo no fue tan difícil, ya que estaba oculto sobre unas sombras. 

-Y las sombras son tus ojos, ¿no, viejo?

-Cogüecto. Apenas me vio no tuvo más opción que decigme que no ega de esta ega, y que los Fuagmentos de Omega egan sus objetivos puincipales además de los homúnculos, pues ponían en guiesgo toda la Histoguia con sus actos. Debo decig que pog las constantes gayas en su capa y su gran tamaño, paguecía un tigüe. 


-¿Tigre? Vaya...

-...Tuas sus declagaciones intentó bogüagme la memoguia con una de sus hegüamientas, pero yo escapé antes de que lo loguaga, sumegjiéndome en la oscuguidad. Y es pog esto que inicié mi puopia investigación sobue ambos temas. Para buscag una guespuesta a todas esas preguntas…y pog un lado, intentag encontuag una explicación a mi oguigen. De dónde vengo. Quién soy en güealidad. Pog qué tengo ciegtas habilidades…eso.

-Entendemos, señor Misora. Ahora te toca a ti hablar, enmascarado.

-¡Ay! ¡Tan sólo llámenme Fireblast!

-¿Y por qué? ¿Cuál es acaso tu verdadero nombre?

-Mi nombre da igual. No soy nadie.

-¿Cómo que no eres nadie? – le pregunta Zack, con ironía - ¡Y me dices a mí que soy Isaac!

-¡Porque tal vez lo eres, y de ser así, sabes cuál era mi nombre! En fin… Yo “morí” con mi familia, así que da igual quien sea o quien haya sido yo, porque después de todo soy un homúnculo, ¿no es así, viejo?

-Tampoco es para tanto, ya que no eres uno “violento”. - responde, aún sin confiar completamente en él.

-Como sea…aquí voy.

El nuevo narrador toma aire antes de relatar parte de su pasado.

-Luego de perderlos a todos perdí la conciencia como he dicho, para despertar en un lugar inhóspito, rodeado de libros… Una biblioteca. No encontré ninguna salida aparente, ni siquiera una simple fuente de luz. Pero quien quiera que me metió allí debió saber que me gustaba mucho leer libros. Así que me los leí todos, tomándome mi propio tiempo, y usando mi propio fuego para encender las lámparas vacías, sin que me cansara ni un solo momento. El leer todos esos textos me dio información sobre el mundo. Sobre cómo estaba formado por los seis continentes. Sobre los países en cinco de ellos. Sobre todos los Entes… etcétera.

-¿Qué no eran solamente Alfa y Omega? – interrumpe Zack nuevamente -¡Yo creí que sí! ¡Nadie me dice nada!

-¿Eh? No. No son sólo ellos… sino también los Entes Omicron, Kappa, Eta, Sigma, Mu, Epsilon, Beta, Psi y Lambda.

-¿Más entes...?

-Así es. El Ente Kappa, el amo de la luz. El Ente Eta, el amo de las tierras y de los cuerpos. El Ente Sigma, el amo de los cielos. El Ente Mu, el amo de los espíritus. Los Entes Epsilon y Beta, los amos del rayo y del fuego. El Ente Psi, el amo de los mares y los glaciares. Y el Ente Lambda, el amo de las flores y de las almas.

-¡Cielos! Y pensar que los únicos Entes eran La Primera y La Última Vida.

-Bueno, tus queridos compañeros no te quisieron decir todo, aunque me extraña de ti ya que deberías saberlo, Isa… olvídalo.

-¿Y qué hay del primero que has mencionado, Omicron?

-¿Te refieres al amo de todos los Entes? ¿Al amo del universo?

-¿Es eso?

-Sí. El Ente Omicron es, por así decirlo, como Zeus. Un rey de todo. Es el tercer “emperador del universo”, luego de los legendarios Entes Ro y Tau.

-¿Ro y Tau?

-Los dos emperadores anteriores. El primero era la encarnación de la magia, y el segundo, de la fuerza física. Con ellos el universo se creó, y con los demás Entes, incluyendo a Alfa y a Omega, nuestro mundo se originó tal y como lo conocemos… Y a lo largo de la historia hubieron varios enfrentamientos, o más bien riñas entre esas deidades en el planeta. Hace miles de años en Groenlandia, y hace más o menos seis o siete siglos atrás en Europa y América.

-¿América…? Recuerdo haber visto, cuando fuimos en busca de los Fragmentos a la Secta Astral Americana hace tres meses, un cuadro en donde parecían estar retratados el Ente Alfa, peleándose contra tres monstruos…

-Ese cuadro debió representar el enfrentamiento de La Primera Vida contra los entes Kappa, Eta y Epsilon en América, precisamente en México.

-¿Y por qué pelearon entre sí?

-Ey, ¿¡vas a dejarme relatar mi historia o qué!? ¡Luego sabrás todo lo que se supone que deberías saber si eres Isaac! ¡Realmente me molesta que me interrumpan!

-¡No soy Isaac! ¡Y lo siento, continúa!

-Bien… Cuando terminé de leer todos los libros de esa biblioteca una pared se abrió, de la cual salieron varios Gladios que buscaban hacer una inspección de todos los cuartos secretos de la Secta Astral Europea. Esos soldados me encontraron, muy asombrados. Luego pasaron varios días en los que me inspeccionaron, ya que de acuerdo a ellos no había forma de que alguien como yo pasara mucho tiempo encerrado en un lugar cerrado y sin luz. Pero bueno, el punto es que descubrieron que podía crear fuego, sorprendiéndose en demasía porque cierta profecía suya parecía indicar que habrían “humanos” como yo con los poderes de los Entes…

-¿Y luego qué ocurrió?

-Y luego…me convirtieron en uno de los suyos. Me fabricaron el traje, e incluso mi máscara de dragón, en base a unos extraños sueños que tuve, y que quizás todavía tendré sobre un dragón. No sé por qué, pero precisamente así fui bautizado por ellos.

-Espega, espega, espega. ¿Suegnos de un duagón? ¡Imposible! ¡Los homúnculos no dogmís! ¡Siempue estáis activos! – interpela Misora.

-¡Tal vez, no sé, pero puedo dormir cuando quiero hacerlo! Y cada vez que lo hago, sueño con un dragón que luce como mi vestimenta, y que ruge y ruge, como si me estuviese llamando…

-En fin… ¿Así que te conocen como “el Duagón”?

-Así es. Y la primera y única misión que me han asignado, fue infiltrarme en las instalaciones de Hidden Heaven hace tres años, a fin de descubrir los experimentos que los científicos de dichos laboratorios hacían. A cambio, me ayudarían a buscar al asesino de mi familia…

-Hidden Heaven… - murmura el muchacho, recordando lo que Geremaia le estaba explicando cuando aún se encontraba en Londres.

-¿Y pog qué te enviagon ahí? ¿Tan pueocupantes egan esos expeguimentos?

-De acuerdo a los astrólogos del Gobierno Astral, ellos encontraron en el espacio “poder divino”, llevándoselo consigo a sus laboratorios para experimentar con ellos. Como se cree que ese poder está ligado hacia los Entes, enviaron a sus agentes, entre ellos a mí, para interrumpirlos. Y debo decir que no fui el único en irrumpir en la isla.

-Los Fragmentos de Omega.

-Sí…aunque también, parecía encontrarse allí un maniático con una pica, que se jactaba en decir que podía controlar el tiempo. Cuando me encontró en la orilla del mar creí que era uno de los centinelas de la base al principio, pero resultó no serlo. Creo que su razón de venir fue también encontrar a los Fragmentos de Omega. De cualquier forma, peleamos…bueno, no realmente. De hecho, ni me hizo cosquillas. Lo quemé justo cuando pareció horrorizarse tras realizar por algún motivo un chasquido de dedos. La cara se le quemó tanto hasta que terminó por meterse al agua el muy tonto, ya que podría haberse tirado allí en primer lugar. Tras eso desapareció de un parpadeo, y yo me metí a los laboratorios apropiándome de la pica, que aún conservo. Y para mi sorpresa se encendieron todas las alarmas, pero no por mí, sino por otras personas que habían ingresado antes. Todo fue terrible. Mientras me desplazaba por los pasillos, fui emboscado por un monstruo hecho de llamas, completamente anaranjado, rodeado de varios centinelas y un viejo que terminó siendo el líder de Hidden Heaven, actualmente fallecido.

-¿Un monstruo hecho de llamas?

-Exacto. Poco después de derrotarlo, me enteré de que era un producto de ese poder divino que los científicos hallaron por las mismas palabras de éstos. Así que la misión terminó siendo un fracaso. Escapé como pude. Y en el trayecto descubrí el cadáver de un joven, con una desgarradora cicatriz en su cuello…

-Broken del Alma. – aclara Zack – Está vivo. Me lo he cruzado. Y de acuerdo a Syrinne, le hizo algo a Soleyu.

-NO ME HA HECHO NADA. ESTOY AQUÍ CON MI AMADA. QUIEN SUFRIÓ TERMINÓ SIENDO MI INÚTIL CUERPO – habla el eidolón, ignorado nuevamente. - ¡NO ME IGNORÉIS!

-¡Cierra la boca! – lo calla la joven irlandesa, enojada e interrumpiendo sin quererlo al homúnculo.

-¿Dije algo malo? – pregunta Zack, confuso.

-¿Syrinne? ¿Qué ocurre?

-Nada…señor Misora... Perdón.

-…Como decía, – retoma la conversación Fireblast – al no poder hacer nada por ese chico, tuve que buscar una forma de largarme de Groenlandia sin que fuera por la orilla, ya que vi allí mismo a los Fragmentos de Omega, recién llegados, y cuando eran como cinco o seis miembros. Apenas llegaron, mientras uno de ellos, Railo, vigilaba la orilla,  los demás avanzaron y descubrieron que los laboratorios estaban en un completo caos, y no sólo eso… Ante ellos se les apareció Zorro Blanco, con su traje de agente del Ala Negra y una máscara de zorro…

-…¿Y qué pasó?

-Bueno…tuvieron como una pequeña conversación que no escuché, durante la cual mi “hermano” se quitó la máscara. Y luego pelearon. Isaac con su sable de luz y los Fragmentos con sus elementos. Todos parecían perder contra él, excepto Stroyer, que de algún modo leyó sus movimientos, aunque tampoco le atacó. La pelea duró poco, e Isaac se alejó de ellos para encontrarme. Me dijo que había venido a por mí luego de tanto tiempo, y que se alegraba de verme sano y salvo.
Yo por mi parte, más que sorprenderme por el hecho de que me haya reconocido aún con mi máscara, intenté matarlo tras volverlo a ver, ya que dejó morir a mi familia. Sin embargo, me superó. Me volvió a reiterar que era su hermano de la misma sangre, y me terminó convenciendo de que las Sectas Astrales estaban usándome, sin ninguna intención de querer ayudarme a buscar a ese “hombre”, ya que no era de este tiempo. Le terminé creyendo, y con un portal oscuro que creó desaparecí de la isla de Groenlandia, arribando hacia la ciudad de Nueva York desde el 2008, donde busqué y busqué a los Fragmentos de Omega para que me llevaran hacia aquel que mató a mis seres queridos.

-Muy bien. – concluye el detective Misora – Sabéis ya tanto mi pasado como el de monsieur Fireblast. Y no sólo eso. El cielo se está oscugueciendo. La noche estagá pog llegag. Y eso quiegue decig...

-¡Que llegaremos cuanto antes a esa Secta Astral!

-Exacto, Zack. Siempue y cuando nuestuo compagnego nos lleve allí.

-Claro, en cuanto nos lleves por la oscuridad, viejo.

-Y continúa llamándome viejo… - suspira con decepción el conductor.

-Yo…espero encontrar a Soleyu… - anhela Syrinne.

-PERO SI ESTOY AQUÍ – le miente otra vez Ouroboros.

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