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25-Reflejos

Encontrándose dentro de una zona con bastante negrura, similar a cuando habló con Ouroboros, el alma de su amado Soleyu por primera vez, en su interior, Syrinne comienza a soñar algunos recuerdos, almacenados en el fondo de sus memorias. 
Uno de esos recuerdos la muestra frente a Soleyu en Blind River, en el día que ambos se conocieron. Luego de recordar las palabras que se dijeron en aquel momento al igual que sus nombres, descubre para su horror, que en ese momento, su joven amado le sonríe de manera siniestra, tornándose su cara de color rojo y sus ojos de color blanco. Ante esto se horroriza, más no grita, porque ve ahora el rostro de Ouroboros en él. Y cuando los recuerdos junto a Soleyu siguen y siguen pasando por su mente, como la vez en el que se besaron por primera vez, y la vez en la que se volvieron a reencontrar en Nueva York, ella ve en todos esos recuerdos el rostro de Ouroboros en lugar del de su amado. Y por más que sepa que él sea su “alma”, su verdadero yo, quiere ver de todas maneras el rostro de su “cuerpo”.

Eventualmente las memorias cesan, volviendo el vacío oscuro en el que se encontraba. Entonces, frente a sus ojos, ve cómo unas luces aparecen de la nada, para formar todas juntas una figura humanoide, de color rojo, garras enormes y con una cola enorme.

-¿POR QUÉ ME NIEGAS? ¿¡ACASO NO CREES QUE YO SOY SOLEYU!? – le demanda saber el propio Ouroboros, apenas se le apareció como él mismo y no como Soleyu.

En ese mismo instante, Syrinne gritaría. Pero al hacerlo es cuando despierta de la pesadilla, encontrándose a sí misma en una habitación pequeña, sobre una cama. Al intentar levantarse, siente un leve dolor en su espalda. Y cuando se la toca, siente en ella un par de vendajes, puestos para tratar la herida que había recibido por parte de Abraham. 

-¿Donde estoy…? – se pregunta, sin tener conocimiento de dicha herida ni de por qué se desmayó. Y entonces, levantándose de la cama, da vueltas por el cuarto en el que se encuentra, hallando en el mismo una ventana que da al exterior francés. A través de ella descubre que debe de estar en un piso muy alto, al observar algunos pocos edificios por debajo y a las diminutas personas y autos transitar por las calles parisinas.

También ve al sol, ya presente en su totalidad en el cielo, lo que la da a entender que han pasado horas desde que se desmayó. Luego de mirar por la ventana, descubre en la habitación un espejo. Se mira en él. Y con tal de comprender qué le pasó se levanta la blusa, mirándose los vendajes que posee en su cuerpo. 
Al darse vuelta, mira que en la parte media de su espalda parecen haber muchas más vendas, haciéndole creer que la herida debió de ser grave. Entonces se percata, de que algo le pasó en cuanto escapó de su encierro. Cuando su “amado” tomó el control de su cuerpo.

-¿Ouroboros? – le pregunta Syrinne a éste - ¿Estás ahí? ¿Qué es lo que me ha pasado?

-¡MI AMOR! ¡ESTÁS BIEN! – le responde éste de forma súbita, aliviado.

-¡Contéstame! – le exige enojada.

-…Cuando escapamos de ellos, el hombre con sombrero nos disparó con una de sus armas aún encontrándose desde una altura superior. Y la bala que utilizó para herirnos contenía una droga que anula por un tiempo limitado mis poderes.

-¿De verdad? ¿¡Y entonces por qué no me has avisado al respecto!? ¡Podías habermelo dicho!

-¿Acaso tenía que hacerlo? ¡De habértelo dicho podrías haberte alterado! ¡Y de haberlo hecho quizás esos dos nos hubieran encontrado con facilidad! ¡O podrías haber muerto!

-¡O quizás el detective Misora podría habernos encontrado también! De todos modos ya no importa…parece que me ha salvado.

-…Estás enfadada, y lo entiendo. Lamento no haberte dicho esto…

-Sí, como sea… No quiero que me hables.

La conversación interna termina, y entonces Syrinne decide salir de la habitación, hallándose ahora en un comedor, donde el detective Andrew Misora la estaba esperando, a la vez que fuma un cigarrillo.

-¡Syginne! ¿Cómo te sientes? - pregunta con preocupación

-Algo…mejor. Gracias por salvarme la vida, señor Misora.

-¡Pog nada! ¡Me alega veg que estás sana y salva! Pog ciegto, no me gustagía cambiag de tema pego… me has dicho que fuiste secuestuada, ¿vegdad?

-Sí… Junto con mi novio.

-Ya veo… ¿Y no tienes idea del pog qué?

-No… Todo ha sido tan repentino. Vivíamos juntos en Manhattan, Estados Unidos. Y cierto día, un hombre totalmente blanco de piel y de cabello tocó la puerta para terminar durmiéndonos con el tacto. Y cuando me quiero dar cuenta, ya me encuentro aquí, en Europa.

-Vaya…ha debido de seg algo muy depuisa… Es decig, que tus captoges debiegon de teneg mucha puisa en secuestuagte tanto a ti como a tu novio.

-¿¡Pero por qué!? ¡Eso quiero saber! ¡Y ahora Soleyu está allí, solo con ellos, y completamente traumatizado! – explica la joven, lagrimeando.

-ESTOY AQUÍ – le dice Ouroboros, siendo ignorado.

-Cálmate Syginne…¿cómo que está completamente tuaumatizado? ¿Le ha ocugido algo?

-De acuerdo a nuestros captores… él intentó escapar…y fue emboscado por los Fragmentos de Omega.

-¿Los…Fuagmentos de Omega? – interrumpe el detective, serio.

-Sí… uno de sus miembros, no contento con darle una paliza, lo dañó emocionalmente, dejándolo como un cascarón vacío… 

-Mmm… debió seg obua del usuagio del elemento Alma…

-¿Elemento Alma?

-Uno de los elementos de la naturaleza. Concuetamente el más podegoso de todos ellos, ya que es lo que da vida a un cuegpo. Aunque también… al manipulag dicho elemento, se puede conseguig dagnag el alma de otuas pegsonas.

-¿Cómo es que sabe tanto? En primer lugar, ¿cómo sabe de los Fragmentos de Omega?

-Bueno… son pagte de mi investigación, junto a otuos seges en especial. – empieza a explicar, a la vez que se levanta para mirar por la ventana. – Aunque poduía preguntagte cómo es que también sabes de los Fuagmentos de Omega…

-Yo…me he cruzado con ellos antes… Y probablemente vuelva a hacerlo ahora…

-¿Oh? – se sorprende el detective, mirándola - ¿De vegdad? ¿Cómo?

-Ellos…intentaron secuestrarme hace tres meses... El líder de ellos intentó convencerme de unirme a su organización…sólo porque fui la hermana menor de un amigo suyo, que actualmente está muerto…

-Oh…intentó convencegte de que te uniegas a él pog eso…veo que no lo loguó.

-Por supuesto que no. Me negué siempre. Gracias a Soleyu…y a las personas que he conocido durante los eventos que pasaron en aquel entonces…

-Ya veo… Y cuees que vas a volveg a cutságtelos pog el hecho de que le han hecho dagno a tu novio más que pog estag aquí.

-Sí… Por no decir también que están en Europa…en busca de una "reliquia astral" que no sé ni para qué la quieren…

-Mmm…geliquias astuales, Eugopa... No tengo ni idea a dónde puedan llevag esas palabuas…

-Perdone que se lo pregunte, ¿pero qué es lo que está investigando, señor Misora?

-¿Eh? Bueno…no hablo con nadie de mis casos, ya que es ultua secreto…pero cueo que contigo hagé una excepción. Estoy tuas el gastuo de unos humanos…pero no de unos humanos nogmales como tú ni como yo, ¡sino de unos humanos “agtificiales”!

-¿Qué? ¿Humanos artificiales...? – pregunta, asombrada.

-… ¿Lo ves? Es pog eso que no hablo con nadie al gespecto. – contesta, con pena.

-¡No, no! ¡Continúe! ¡Hoy en día me creo cualquier cosa! ¡Cuénteme más, por favor!

-…De acuegdo. Esos humanos “agtificiales” son tal cual lo que son. Humanos cueados pog el hombue. Sus cagactegísticas físicas más puominentes son sus ojos dogados, junto con unos págpados completamente neguos. Estos humanos agtificiales son nuestuo geflejo invegso en un espejo. Lo contuagio a nosotuos mismos. Estos seges son conocidos como “Homúnculos”.

-¿Homúnculos?

-Así es. Cabe decig también, que no son de este mundo, litegalmente. Ellos vienen de otro lugag. Idéntico a éste, pero "invegso"... ¡Vienen de otro mundo!

-¿DE OTRO MUNDO?

-Sí. ¡Han venido a nuestua ega paga escapag de sus puopios cueadoges, que ansían destuiglos! ¡Pego sin embadgo es peliguoso que los mismos deambulen pog aquí, ya que al igual que los Fuagmentos de Omega, pueden manipulag los elementos de la naturaleza! 

-¿¡De verdad!?

-¡Sí! Y ando en su busca para investigaglos. Para sabeg cómo es que pueden contuolag los elementos de la naturaleza. Aunque gealmente ése no es mi objetivo puincipal en esta investigación que llevo a cabo. ¡Pego en fín! ¡Lo más impogtante ahora es llevagte con tu novio!

-¿Habla en serio...?

-¡Pues clago que sí! Aunque no sepa casi nada al gespecto…

-...Y yo menos… Lo siento detective.

-Oh…bueno… - se decepciona, mirando una vez más por la ventana, sorprendiéndose de lo que descubre - Est-ce que je crois que...? (¿Acaso eso es lo que yo cueo que…?)

-¿Qué ocurre, detective Misora?

-¡Acabo de veg a alguien…no! ¡Acabo de veg salig desde la oscugidad de una callejuela a dos individuos! 

-¿Y qué clase de personas...son?

-¡Deben de seg homúnculos! ¡Uno luce como si fuese una especie de vaquego, y el otuo pagece teneg un guan cuegno! …Syginne, temo pedigte esto, ¡pero no quiego pegdeglos de vista! ¿No me acompagnagías?

-¿¡Eh…!? De acuerdo…

-¡Bien, vamos allá! ¡Y una cosa más antes de ignos! ¡Mientuas haya sombuas pog aquí, y sobue todo, mientuas estés en ellas conmigo, no tenduás de qué pueocupagte!

-¿Mientras esté en las sombras con usted? ¡Así que hizo algo en aquel cementerio!

-Bueno…pagece que te lo tendué que confesag. Yo tengo la habilidad de fusionagme con la oscugidad, y a cualquiega que esté conmigo, para evitag seg encontuado.

-…Entonces por eso es que pese a tenerlos cara a cara, no me han podido ver.

-¡Así es! Fuiste invisible paga ellos, al igual que yo.

-¿Es usted…humano?

-¡Clago que sí! Sólo que desde que tengo memogia, tengo esta habilidad, no sé pog qué…

-De acuerdo…¡Pues...vamos a por ellos...!

-¡Bien!

Decididos, tanto el detective como la joven irlandesa se marchan del apartamento que éste alquiló para ir detrás de los homúnculos que el primero ha visto llegar por medio de un portal oscuro. 
Y por otro lado, el resto de los Fragmentos de Omega se encuentran ya ocultos en la catedral de Notre Dame a eso de las nueve de la mañana, luego de entrar por la central de las tres puertas de entrada, concretamente por la puerta del Día del Juicio Final en espera de su líder. 
Siendo ésta una de las iglesias más populares del país, se rumorea que dentro de ella existe un jorobado que la custodia por las noches de maleantes. Y mientras cada uno de los miembros de la organización de Stroyer cumple su respectiva paciencia justo dentro de la fachada occidental de la basílica, Finem permanece inmovilizado por Tetsu y por Glacius, habiendo hecho ambos uso de sus respectivos elementos con fin de evitar que mate a los clérigos y creyentes que se encuentran en la capilla orando. Y Horus observa con curiosidad su interior, habiéndose encantado con su diseño gótico exterior y sus dos torres.

-¡OHHHH! ¡TODO ES TAN HERMOSO! – exclama el Fragmento de Agua, emocionándose.

-¡Tonto! ¡No levantes la voz dentro la catedral! ¿¡Quieres llamar la atención!? – le reprende Louis duramente. 

-¡Ups!

-Hmph…aún no me he conseguido quitar de la mente a ese asqueroso ratoncito. – se dice malhumorado Glacius, tras quedar asqueado con la mascota secreta de Max.  

-Por lo menos no tenemos que inmovilizarte por ese pensamiento, Glacius-san. – le contesta Tetsu.

-Pues claro que no. No soy Finem.

-¡Que pena que no nos quedemos más tiempo en París! – lamenta Fuunra - ¡Me hubiera gustado conocer a algún mimo, por más que yo fuese un Fragmento! ¡Sin mencionar el delicioso desayuno del país! Por queeeeeee…

-No te pongas dramático, Fuunra. – le pide Railo, en el fondo con cierta ironía, debido a que él también tiene algunos deseos de quedarse. – Los del Gobierno Astral no dejarán de perseguirnos…

-¡Lo sé, lo sé! Ni siquiera esos que nos han atacado a mí y a Lucifer y Broken…que aún no sé ni quién diablos son.

-¡Quiero destruir todo en esta iglesia! ¡Todo! – anhela Lucifer.

-¡Quiero destruir todo! ¡Quiero destruir todo! Y después me dices que no adoras al demonio… - le dice el payaso a modo de burla.

-¡Que te jodan!

-T-Tan sólo…ca-cállense… - pide Broken con enfado.

-MARCH, QUIERO QUE GLIAM Y NUESTRA HERMANA MAYOR VENGAN YA. ¡YA! – le dice Max a su liebre.

-¡Max! ¡No grites! 

-LO SIENTO.

-¡Están llegando, están llegando! – avisan los gemelos Tweedle.

En ese momento, Heather, junto a Gliam y Stroyer, ambos de nuevo con sus chalecos, entran a la catedral, reuniéndose posteriormente con los demás Fragmentos, trayendo con ellos al joven mozo de cabello marrón y ojos azules del desastroso restaurante de Le Cochon Mangeur, Remy. Todos se sorprenden con su llegada.

-¡Ya han llegado…! ¿Es él un nuevo Fragmento? – avisa y pregunta Louis.

-¿En donde se supone que está Antlar? – pregunta Fuunra, confuso.

-Bonjour…¡hip! – saluda con nervios e hipo Remy, e inclinado hacia adelante con un saludo de reverencia.

-¡Parece que habla francés, Deeneac!

-¡Pero nos entenderá, Duminic!

-¿Quién es él? – le pregunta Lucifer, curioso. - ¿Y qué hace aquí?

-Esas son mis palabras. – le avisa Glacius, para luego dirigirse al joven mozo - ¿Quién eres tú?

-Soy Remy Greneaux…¡hip!. Y he venido a fogmag pagte de la oganización de Steven…es decig, Stroyeg.

Todos se vuelven a sorprender.

-¿Otro nuevo Fragmento? – se pregunta Railo.

-¿Así de repente? – cuestiona Glacius.

-Sí. – aclara Stroyer, para luego explicarlo todo. – Antes que nada debo decir que lamentablemente Antlar no podrá reunirse con nosotros ahora mismo.

-¿Eh? ¿Por qué?

-Porque está ocupado con un asunto personal del que se quiere librar… Pero por otro lado, Remy será nuestro nuevo compañero. Él es, por así decirlo, un admirador, que anheló unirse a mí desde el momento que los hechos ocurridos en Nueva York ganaron atención mundial. Ha investigado cada detalle de mi vida con tal de obtener una manera de contactarme, hasta que finalmente encontró un número de teléfono que ya no uso al revisar en la internet mis datos de cuando estudiaba en Oxford. Y podría decir que tuvo suerte de que le contestase la llamada mientras residíamos en la mansión Heart-King hace un mes.

-Entonces por esa razón accediste a ir al restaurante. 

-Remy me dijo que si un día pensaba en él, que lo visitara a su lugar de trabajo. Y eso hice.

-¡En el fondo sabía que el día llegagía! – exclama Remy, jovial – ¡Después de que vagios tipos similages a ustedes apageciesen cegca de mi hogag e incluso pog Francia, supe de ustedes en cuanto fuegon mencionados en las noticias de hace tues meses!

-¿QUÉ? ¿UN SIMPLE CIVIL…SABE DE NOSOTROS? – se sorprende Louis - ¡Entonces eso quiere decir que el mundo entero puede reconocernos apenas nos vea!

-Que lo hagan… – responde Glacius, para luego opinar sobre el tema – Pero ignoro cómo llegó tal información nuestra a otros oídos… a menos que pueda haber más de un “Cortez” por ahí, dando vueltas con ropas semejantes a las nuestras.

-Esos dos hermanos Cortéz eran miembros de una organización llamada el Ala Negra. Probablemente ellos dieron información nuestra a las noticias, aunque dudo cómo es que la han conseguido. – estima Railo, preocupado, sin saber que por ahora, su identidad no fue descubierta por los medios.

-Tal vez de parte de la Secta Astral. – piensa Louis – Con tal de no darse tanto a conocer, podrían haber dado información nuestra desde las sombras, aunque la verdad es poco probable.

-¿Secta Astual? Cueo que apuendegé sobue eso. – se dice Remy, tomando nota de lo que escucha de boca de sus nuevos compañeros en un diario de bolsillo- ¡hip!

-Oye, no es que te desee el mal, ¡pero pareces una rana con ese hipo que tienes! – le advierte Fuunra.

-¡Oh, lo siento! Es que siempue que estoy negvioso soy víctima de un ataque de hipo... ¿Y ESO qué es? - pregunta finalmente con sorpresa al descubrir a Finem inmovilizado.

-Es el Fragmento del elemento Sangre, Finem - le informa Stroyer.

- Es...un vampiro - añade Railo.

-¿V-Vampigo? Más bien pagece un pez... 

-¡El siervo pez de Steve! - grita Duminic - ¡Y el nuevito es el siervo rana!

-¿Gana? - se sorprende el mozo.

-¡Como en el cuento de Alicia! - declara Deeneac, exitado.

-¡No, es el hipopótamo! – afirma Horus, interrumpiendo la conversación - ¡Sus hipos lo hacen ver como tal!

-…Eres un completo tarado, Horus. – lo critica el payaso.

-Silencio. – ordena Stroyer, dirigiéndose ahora a su nuevo esbirro – Remy, como te he dicho, una vez que ingresas a mi organización debes elegir un alias con tal de convertirte en un Fragmento de Omega, precisamente en el del elemento Gravedad. Pero si no tienes pensado qué nombre ponerte, pues yo puedo elaborar uno por ti.

-Entiendo… pego, ¿no poduía puobag mi dispositivo elemental antes? Quisiega ponegme mi puopio nombue en clave luego de poneg a pueba mis habilidades…

-Como tú quieras. Vamos todos afuera.

Todos salen afuera, en la Île de la Cité, situándose cerca de las aguas del río Sena. Una vez insertándose el dispositivo elemental en uno de sus brazos, para luego sentir cómo el poder de éste empieza a fluir por su cuerpo, Remy, ya vestido con el chaleco emplumado de la organización, crea y controla por primera vez la gravedad, aprovechando que nadie lo ve de momento.

-¿Lo he conseguido?

-Has creado tu elemento. Pero como ambos sabemos, la gravedad es invisible. Aún así, puedes usarla sin tener que verla, ya que generalmente cuando uno manipula la gravedad, lo hace pensando que ésta es una mano o incluso una parte del cuerpo, en el caso de tomar a alguien o algo con la gravedad misma. De todos modos prueba crearla nuevamente, y mírala con la visión perfecta que te otorga el dispositivo.

-Hmph, has citado a propósito a Vortaxio, que solía tomar todo lo que quisiera con la gravedad para luego estrujarlo como si fuese un trapo… - añade Glacius.

-¡Ohhh! ¡Él va a ser el nuevo Vortaxio! – aclama Horus.

-Personalmente presiento que va a ser mejor que él, – opina Railo – por que no le veo la cara de arrogante.

Escuchando a su líder, Remy hace nuevamente el intento. Y esta vez lo consigue, viendo a la misma gravedad que acaba de crear como una fuerza de color violeta, por medio de la visión perfecta.

-¡Lo he loguado! ¡He cueado mi elemento!

-Excelente… Ahora, intenta mantener esa gravedad, y hazlo por más que yo te esté hablando o por más de lo que suceda y pueda suceder a tu alrededor.

-Muy bien. Lo hagé.

Acto seguido, Stroyer crea una bola de fuego, la cual lanza hacia él, quien se aterra y sorprende a la vez, más no deja de mantener a pie su fuerza gravitatoria. Y cuando la bola de fuego impacta contra el campo de fuerza de Remy se desvanece rápidamente, sin siquiera haberlo atravesado.

-¿¡Q-Qué fue eso!? ¡hip! – protesta el mozo, asustado.

-…Muy bien.

-¿Eh? ¡hip!

-Has mantenido como te pedí el campo de gravedad, o debería decir, barrera de gravedad. Y gracias a eso acabas de demostrar que puedes manipular por lo menos, de manera simple, tu elemento. Podrías ser muy útil si te especializaras en la defensa mas que en la ofensiva, ya que así nos podemos ahorrar varios ataques sorpresas en el futuro.

-Stroyer…quiero poner a prueba la fuerza de la barrera de gravedad, si no te importa. – le pide Glacius a su líder.

-Adelante.

Tras escuchar su aprobación, el Fragmento de Hielo crea una pequeña estalactita de hielo, la cual lanza como si fuese un arpón hacia Remy. En pocos segundos la estalactita se hace pedazos por sí sola.

-...No está mal para ser la primera vez. Tiene gran defensa con ese escudo invisible.

-Oh, ya veo. He actuado como si fuega un escudo pog así deciglo… ¡ya lo tengo! ¡Sé cuál segá mi nombre!

-¿De verdad? Pues dímelo.

Y nada más decir el alias, el líder le da la bienvenida oficialmente a su nuevo miembro, y se marcha tanto de la catedral como de la isla junto al resto de su organización. Y a la vez, a unos metros de distancia, un portal se abre en una esquina oscura sin ser visto por nadie, de donde sale el enmascarado con pica, quien rápidamente intenta buscar a los Fragmentos.

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