En medio de una de las varias rutas inglesas, luego de
marcharse del bosque de Wanderland, y mientras el sol aún ilumina sobre ellos,
pese a la creciente oscuridad que se está por avecinar, un Jeep y un Porsche
blanco conducen a máxima velocidad hacia Londres.
Los dos coches se mantienen a distancia por unos dos o tres metros, estando el Porsche con Tabnir y Lazarus atrás, y el Jeep adelante, con los mercenarios, y con Jane y Zack en él.
Tomando el volante, Byron, que con su notoria actitud conduce como le da la gana, aprovecha para frenar repentinamente con el fin de molestar al hijo de su jefe, molestando inadvertidamente o no al resto de sus compañeros mercenarios.
Los dos coches se mantienen a distancia por unos dos o tres metros, estando el Porsche con Tabnir y Lazarus atrás, y el Jeep adelante, con los mercenarios, y con Jane y Zack en él.
Tomando el volante, Byron, que con su notoria actitud conduce como le da la gana, aprovecha para frenar repentinamente con el fin de molestar al hijo de su jefe, molestando inadvertidamente o no al resto de sus compañeros mercenarios.
-¡Maldito sea ese tipo! – se queja Lazarus, que conduce su
vehículo. -¿¡Por qué lo tuve que conocer!? ¡Ojala mi padre hubiera enviado a
alguien menos… odioso!
-¿Cómo es que Zack está con ellos? – pregunta Tabnir, algo extrañado
y preocupado.
Luego, dentro del Jeep, todos se molestan por la actitud del
mercenario que toma el volante, excepto Katran, que se mantiene en silencio.
-¡BYRON! ¿¡ERES IMBÉCIL!? – le grita Nala.
-¡Ten cuidado, puedes matarnos! – le advierte Thomas.
-¡Eso si no lleváis puestos los cinturones de seguridad! –
aclara Byron, que continúa conduciendo - ¡Es una suerte que no hayan encontrado
el Jeep ni el Porsche de la nenaza! ¡Siempre hay que esconderlos entre los
árboles! ¡Ahora poneros los cinturones!
-¡Los llevamos puestos! ¡Pero no lo hagas de nuevo! – se
queja Zack.
-¿Los lleváis? ¡Entonces molestaré a la nenaza otra vez!
-¡No lo vuelvas a hacer, a menos que quieras que te manipule
mentalmente o que te dejemos aquí! – le amenaza Jane, igual de enojada.
-¡Está bien, está bien! – se disculpa el algo engreído
mercenario.
-Bien… Escuchen todos. Los Fragmentos de Omega se dirigirán
hacia Alemania, donde se encuentra la base de la Secta Astral Europea. Como
sabrán, quieren buscar algo de igual valor que lo que obtuvieron en la Secta Astral Americana. Ignoro
qué es, pero de acuerdo a lo que me ha dicho Geremaia, ese objeto es primordial
para el plan de Stroyer de traer de regreso al Ente Omega, o mejor dicho, a La
Última Vida. Pero para ir hacia Alemania, él y sus esbirros no irán por avión,
ya que eso implicaría el ser atacados por los misiles rastreadores de la base.
Así que primero viajarán por mar hasta Francia. Y de allí, viajarán por tierra
hacia Berlín. De modo que haremos lo mismo, ya que les estamos siguiendo el
rastro.
-¿Has dicho que Geremaia está en Londres, verdad Jane? – le
pregunta Zack tras su informe – ¿Iremos con él hasta allí?
-Exacto. Nos reuniremos con él y sus mercenarios, e iremos
todos juntos hacia Alemania.
-¿Y qué hay de los idiomas? Digo, yo no sé hablar en
francés ni en alemán…
-Nosotros sabemos esos dos idiomas, pero sobre todo, tus
compañeros también… - le dice Jane, extrañada.
-¿De verdad? ¿Por qué no se molestaron en enseñarme si
quiera unas cuantas palabras? – se pregunta el muchacho, con algo de decepción
hacia ellos.
-Quizás…se les habrá olvidado, o no lo creerán necesario por
alguna razón… - responde con cierta sospecha.
-Ya veo...
Terminada la conversación, Jane nota que Zack está
visiblemente triste, mirando hacia los paisajes ingleses por los que pasa de
largo, aunque no tanto como para ponerse a llorar. Por la actitud que adopta,
pareciera como si el sólo nombramiento de dichos países europeos le causara el
despertar de algún recuerdo de su pasado, tanto trágico como feliz. Estando
sentada a su lado, con algo de preocupación decide llamar su atención, mientras
Nala y Thomas hablan y discuten a la vez con Byron.
-¿Qué es lo que te ocurre, Zack? – le pregunta con
preocupación.
-¿Eh? Oh, nada. Estoy aburrido…
-No me mientas, por favor. Sé que estás triste por algo.
¿Acaso dije algo malo?
-…No, no dijiste nada malo, Jane. Y perdona si estoy así...
Sólo es que...siempre quise visitar París…
-Entiendo… ¿pero entonces, por qué estás triste?
-Porque quería visitar Francia con Sarah…pero está muerta.
-Oh… - contesta Jane, comprendiendo ahora su actitud - …Lo
siento.
-¿Por qué lo sientes? No dijiste nada malo, jeje…je – ríe
con su característica risa “estúpida”, sacando la lengua.
-Jajaja… qué risa tan tonta tienes.
-Siempre me criticaron por tenerla, pero ¿y qué? Nací con
esta risa. No es mi problema si a nadie le agrada. Si supieras cómo ríe mi
hermano…
-No lo quiero imaginar, jajaja. En fin…No estés triste,
Zack. Ella aún sigue aquí contigo, dentro de tu corazón. Y lo seguirá estando
mientras no la olvides nunca, cosa que sé que no harás, teniendo en cuenta que
buscas sacar a tu amigo de la organización de Stroyer por ella…
-Así es. No la olvido nunca. Y sé que Ray tampoco.
-…Yo no conocí a Sarah, pero estoy seguro que ella debió de
ser una gran persona, como tú lo eres. ¿Estoy en lo cierto?
-Sí. Era muy graciosa, tranquila, serena y jovial. Nos
conocimos cuando yo estaba en sexto grado, poco después de conocer a Ray.
Disfruté estar siempre con ella en todo momento, incluso cuando salíamos con
Nidia, Jerome y Ray a ver películas al cine de nuestro pueblo natal, y a
visitar parques de diversiones. Y en uno de ellos, los dos jugamos en el
conocido juego del martillo, en el que mides tu fuerza golpeando un botón con
un martillo de goma, cuyo impacto provoca que el medidor suba hacia arriba o hacia
abajo marcando el nivel de fuerza que tienes. En aquel momento, la torre
ornamental sobre la que estaba el medidor tenía la forma de la Torre Eiffel , y de la punta
recuerdo que salían varias serpentinas sólo cuando dicho medidor alcanzaba el
límite. Con tan sólo verla nos propusimos ir todos a París algún día…
-Entiendo… Yo por otra parte, detesté ese juego. Pero solía
jugar a otros con mi hermana mayor cuando solíamos ir a ferias las dos juntas,
como el de disparar dianas u otros objetos como botellas con pelotas de
béisbol. Y también lanzábamos dardos a objetivos móviles. Tuvimos suerte de
tener buena precisión las veces que ganamos. Con los boletos que adquiríamos,
nos comprábamos peluches…
-Jajaja, yo también… Q-Quiero decir, que no compraba peluches
para mí, sino que adquiría con los boletos otros premios como películas o
guitarras. Pero también, yo y Ray ganamos peluches, los cuales les regalamos a
Nidia y a Sarah.
-¿Nidia era la novia de tu amigo?
-Sí. Fue compañera nuestra en la escuela. La conocimos
cuando empezamos la secundaria. Cuando aún tenía su largo y castaño cabello. Ella
era también la mayor del grupo.
-¿La mayor del grupo?
-Sí. Entre yo, Ray, Sarah y Jerome, Nidia es la mayor en
edad. Incluso es mayor que Ray por tan sólo un año de diferencia. Ella lo amaba
tanto, que hasta se cortó el cabello para parecerse a la señora Corwin, o sea,
a la madre de mi mejor amigo. Y hasta lo llamaba por su nombre original…Eli. Sufrió mucho cuando Ray desapareció, y estoy seguro de que hasta el día de hoy no deja
de pensar en él y en mí, ya que me fui para ir a buscarle... Nosotros salíamos
juntos constantemente. Éramos un círculo. Un grupo. Nos hacíamos llamar “los
cinco”…pero ahora seríamos cuatro…
-…Siguen siendo los cinco, por más que ya no estén juntos.
Todos ustedes siguen siendo los cinco, por los recuerdos que aún conservan de
cuando salían en grupo a cualquier lugar… Y dime, ¿Sarah te gustaba mucho?
-Bueno…Sí. Aunque nunca me atreví a confesárselo, por temor
a que Ray me menospreciase. Verás…cuando Sarah se convirtió en una adolescente,
cualquier chico solía ir tras ella, y él, como su hermano mayor, la protegía
mucho. Entre aquellos chicos, hubo uno que conquistó su corazón. Un antiguo
bravucón nuestro, Gareth Stilson, que para sorpresa de todos nosotros, en el
tiempo que salió con ella, fue un muy buen novio. De acuerdo a Sarah, él dejó
de ser un bravucón tras conocerla, aunque nunca se juntó con nosotros, arrepentido
por el daño que nos hizo en el pasado. Quien sabe, a lo mejor de haberlo hecho,
seríamos “los seis”.
-Entiendo… ¿y cómo es que ellos dos… terminaron?
-Bueno, que yo recuerde... Sarah era de estudiar mucho, y le
pidió a Gareth un tiempo para ambos, con fin de concentrarse en la escuela,
prometiendo que volverían a estar juntos cuando se graduaran. Triste pero fiel,
él aceptó. Y bueno...ambos están muertos…
-¿Qué? ¿Gareth murió?
-Lo mataron los Fragmentos de Omega en la mansión
Akatoikitos hace cuatro años, junto con mis compañeros… En el momento de su
muerte, Glacius, y los ex Fragmentos Morbor, Flashodan e Hydrust se acercaron a
mí y a Sarah con la intención de matarnos. Y valientemente él los enfrentó para que los dos
pudiéramos huir en el acto. Ella no quería dejarlo solo, así que tuve que
tomarla por la fuerza al marcharme… Si Jerome y Nidia hubieran estado allí
también…
-Pero gracias al cielo no estuvieron allí, sea cual sea la
razón… Zack, ya no pienses más en eso. Los Fragmentos de Omega pagarán muy caro
lo que han hecho, y cuando finalmente regreses a tu hogar, ellos, y el resto de
tu familia te recibirán con los brazos abiertos.
-Gracias, Jane. – responde el muchacho con una lenta
sonrisa.
Ante su respuesta y reacción, Jane le sonríe
también, y continúan esperando con paciencia llegar a su destino. Las horas
pasan, y el cielo se oscurece...
Londres. Capital de Inglaterra y del Reino Unido. Siendo
también la ciudad más conocida a nivel internacional de dicho país, tiene también
su gran reputación, ya que allí se encuentran tales edificaciones de suma importancia
histórica y cultural que le dan riqueza. Como por ejemplo; la Torre de Londres, ubicada al
lado del río Támesis, en el distrito de Tower Hamlets; donde solían estar los
reyes y también los prisioneros en cierto momento del pasado; el Museo Británico,
en Camden, donde moran muchas colecciones de libros que alimentan las mentes de
aquellos que anhelan adquirir conocimientos; y en el distrito de Westminter, la
gran Abadía de Westminter, donde se corona y entierra por tradición a los
monarcas y a grandes íconos de la literatura y de la ciencia como Charles
Dickens, Charles Darwin e Isaac Newton, y que además está situada al lado del Palacio
de Westminter, que alberga las Cámaras del Parlamento del Reino Unido, la de
los Lores y de los Comunes.
Y en el lado noroeste del palacio, a menudo usado como
símbolo del país, se halla la famosa torre del reloj, conocida como el Big Ben,
que posee un reloj en cada una de sus cuatro caras, dando la hora por norte,
sur, oeste y este. Y justo al este, en una zona distante y algo oscura, dos
sujetos vestidos con un chaleco emplumado discuten con un hombre británico, de
pelo negro y ojos verdes, que se siente incómodo y molesto con ellos, tanto por
sus apariencias como por sus apariciones. Su atuendo, consistente en una
camiseta negra con una calavera grabada en ella, y una muñequera de color
blanco y negro dan a entender que es un amante del Heavy Metal.
-¿Qué es lo que queréis, imbéciles de mierda? ¡Me venís
siguiendo desde hace una hora! – pregunta de manera muy irrespetuosa Anton
Black, cuyo rostro es tan blanco como una calavera por el uso de maquillaje,
teniendo manchados de negro los labios y los párpados.
-¡Queremos que te unas a nuestra organización! ¡Necesitamos
más personas que estén dispuestas a ayudarnos a salvar el mundo, utilizando los
poderes elementales con el fin de traer de regreso a La Última Vida! – le pide Fuunra, el Fragmento de Viento, con seriedad, mientras su extraño compañero permanece de brazos
cruzados y con la mirada hacia el suelo. Su aspecto no parece tan intimidante, ya que luce como todo un payaso por el uso de peluca y nariz roja.
-¿La Última qué? ¿Poderes elementales? ¡JAJAJA! ¡Besadme el
culo! – contesta, enseñándoles a los dos Fragmentos de Omega un corte de manga - ¡No
serviré a unos payasos idiotas! ¡Yo no sirvo a nadie más que a mí mismo! ¡Y me
importa un carajo el mundo!
-¡Mira quién habla de payasos! ¡Con ese maquillaje que
tienes pareces hasta una drag queen! ¡No, no! ¡Un satánico! ¡Debería decirte
que te vayas a llorar con Satanás, pero no! ¡Te necesitamos!
-¡Vete al carajo! ¿¡Cómo osas burlarte de mí!? ¡Ser metalero
no significa ser satánico! ¡Sólo porque usemos calaveras o demonios como símbolos no
significa que adoremos al diablo!
-¡Como sea! – contesta el payaso, hartado - ¡El mundo
debería de importarte! ¡Se va a acabar, y si se acaba, tú morirás! ¡Te
demostraré mi poder elemental ahora mismo!
Llamando la atención del otro Fragmento de Omega, Fuunra
extiende su mano derecha hacia Anton. Y cuando sus ojos brillan en rojo, crea
un torbellino de aire que obliga al metalero a retroceder. Sin embargo, éste se
mantiene de pie, sin caerse, mostrándose escéptico de lo que ve, pensando que
tal vez el clima esté empeorando y que los ojos rojos sean algún truco de
magia.
-¡No juguéis conmigo, imbéciles! ¡Ahora largaros antes de
que os mate a golpes! – contesta Anton, procediendo a marcharse.
-Ay ay ay… Finem, ¿a dónde te has marchado? Con tu
habilidad, podrías hacer que ese idiota se golpease a sí mismo… ¡o que se
tocara los codos con los dientes de manera forzosa! Más que un vampiro, pareces
un tiburón sin cerebro que va en busca de cualquier cosa como comida… Estúpido hombre pescado...
De pronto, el desconocido Fragmento de Omega deja de cruzar
los brazos y alza sus extraños ojos, grises plateados, hacia el payaso.
-…E-Eres…m-muy…es-tu-túpido, Fu-Fuunra. – se le queja su
desconocido, y tal vez tartamudo compañero. Pese a su revelado problema oral, su voz es
tan monótona y vacía como su rostro, cuyo lado derecho está tapado por su largo
flequillo negro, dejando expuesto sólo el ojo izquierdo. – Un…pa-payaso…no
sirve…pa-para…reclutar…nuevos…mi-miembros.
-¿Eh? ¡Lo intenté, Broken! ¡Lo intenté porque tú no haces ni
una puta cosa más que quedarte callado! Y si soy muy estúpido para esto,
¿entonces por qué no le convences tú? ¡Oh, ya se, no puedes hablar
correctamente! ¡Eres más tartamudo que el cerdo Porky! ¡Ni hasta "Taz" te entendería! ¿E-E-Es-to-toy e-en lo co-correc-ec-to? - se le burla.
-Tra-tráelo…de…re-regreso. – le ordena, ignorándolo.
-¡Como quieras, a ver qué tal se te da!
Usando una vez más el poder elemental del aire, Fuunra trae
de regreso al metalero, arrastrándolo hacia atrás con la manipulación del
viento. Como si estuviese usando un látigo para atraparle. Siendo
repentinamente empujado hacia atrás, hasta encontrarse otra vez con los dos
Fragmentos, Anton culpa una vez más al clima, mostrándose aún más extrañado de lo que
ocurre.
-¡Malditos vientos! ¡Maldito clima! ¿¡POR QUÉ ESTOY DE
VUELTA CON VOSOTROS?
-…Con que…no…qui-quieres…unirte... – habla Broken.
-¡JAJAJA, ME DAS RISA, JAJAJA! ¿Quién se supone que eres,
retrasado?
-S-Soy el…E-Erizo…sin Co-corazón…Bro-Broken del…Al-Alma…
¡JAJAJA! ¿Acaso estás deprimido por ser tartamudo? ¡No es
mi puto problema que estés “roto del alma”, o que tengas el alma destruida!
-Así es… E-estoy…ro-roto… Roto...por…de-dentro…y po-por…fu-fuera…también…
Por cu-culpa de ci-ciertas…perso-sonas…que mataré…de la
pe-peor…manera…po-posible…
-¡JAJAJA! – sigue riéndose el metalero - ¿Y acaso cómo los
vas a matar?
-¡O-Obligándoles…a pe-pedir…por…la…mu-muerte!
¡Pi-pidiendo…por el…fin…de sus…pe-penas!
El metalero, ante su respuesta, contiene no una, sino miles de risas.
-¡Yo que tú no me reiría, cara de zombie! – le advierte
Fuunra.
-¡JAJAJA! ¡CIERRA EL CULO! ¡ME ESTOY DIVIRTIENDO CON TU
AMIGO! – contesta, dirigiéndose nuevamente hacia Broken - ¿Y DIME, CÓMO VAS A
HACERLES PEDIR POR LA MUERTE ?
-A-Así…
Mirando fijamente a los ojos de Anton, el Erizo sin Corazón,
sin siquiera alzar cualquiera de sus manos hacia él, activa su poder elemental.
A la vez que ve los ojos de Broken teñirse de rojo, el metalero sigue sin
sorprenderse por ello.
Pero de pronto, en lugar de esperar recibir “por pura casualidad” otra ráfaga de viento, comienza a sentirse totalmente deprimido. Sin saber por qué, empieza a entristecerse más y más. Tanto, que el dolor emocional lo hace ir contra el suelo, siendo incapaz de levantarse. Como si estuviese soportando un gran peso encima de él.
Pero de pronto, en lugar de esperar recibir “por pura casualidad” otra ráfaga de viento, comienza a sentirse totalmente deprimido. Sin saber por qué, empieza a entristecerse más y más. Tanto, que el dolor emocional lo hace ir contra el suelo, siendo incapaz de levantarse. Como si estuviese soportando un gran peso encima de él.
-¿¡Q-QUÉ…ESTÁ…SUCEDIÉNDOME!? – exclama con tristeza, ante la
mirada inexpresiva de Broken.
-T-Tu alma….está si-siendo…inva-vadida…por…el po-poder…de
la…t-tristeza…misma... ¿Si-sientes…co-cómo…el dolor…corre…po-por tu
espi-píritu...? ¿Co-cómo éste…o-obliga a tu…vo-voluntad…a rendi-dirse…? Es
imposible…no ceder al…su-sufrimi-miento…si no…co-conoces…lo q-que…es…el
verda-dadero…dolor…
-¡YA PÁRALO! ¡NO LO SOPORTO! – pide a gritos Anton tomándose
la cabeza, casi a punto de sollozar.
-¿Q-Quieres…que…acabe…con e-esto? ¿Que…termi-mine con…tus
pe-penas?
-¡SÍ! ¡PÁRALO! ¡ME UNIRÉ A VUESTRA ORGANIZACIÓN, LO JURO!
¡TAN SÓLO PÁRALO!
-…M-Muy…bi-bien….
Notando su pronta desesperación y su débil voluntad, Broken
desactiva su habilidad especial, liberando al metalero de las penas que lo
dominaban. Al poco tiempo, la víctima del cruel poder elemental del Fragmento
recupera la calma, dejando de estar totalmente deprimido. Sin embargo, el miedo
y los nervios abundan en él, producto de la “tortura emocional” que acaba de
experimentar.
-¿Ahora te arrepientes de haberte reído? – le pregunta
Fuunra, algo inquietado por la habilidad de su compañero, quien mira a Anton
con seriedad.
-¡S-Sí, si! ¡Ya! ¡Mierda…!
-¿Y bien? ¿Cómo te llamarás? Una vez que entras en la
organización, tienes que elegir un alias, o esperar a que nuestro líder te dé uno.
-¡Tan sólo déjadmelo pensar! ¿Y donde está vuestro líder?
-Llegará en cuestión de aproximadamente una hora a
Westminter. Tendrás que ser paciente hasta el anochecer, cara de zombie.
-Mmph, ¡odio esperar!
-¡Pues esperarás! Ahora te contaré sobre los elementos de la
naturaleza, La Última Vida, y los enemigos de nuestra organización…
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