¿Valen la
pena las acciones que uno realiza para el bien de todos, aun si dichas acciones
no son bien vistas por la gente? ¿Aún si involucran el fin de la vida de unos
para garantizar la supervivencia de otros? ¿Aún si en el fondo uno siente
venganza? ¿Y aún si dejan más miedo y tristeza que alegría y esperanza? ¿De
verdad valen la pena, pese a todo esto?
Hace un
trimestre atrás, varios sucesos extraños ocurrieron en Nueva York, sobre el
distrito de Manhattan. Explosiones y asesinatos perpetrados por una
organización compuesta por hombres que pueden crear y manipular los elementos
de la naturaleza: los Fragmentos de Omega.
Éstos, guiados por su tanto cruel como enigmático líder, siguen la irónica tarea de "salvar al mundo", de acuerdo a él, de un futuro terrible. Un futuro donde la humanidad podría perecer. Su misión es tan importante, que recurren a cualquier método para llevarla a cabo, aunque eso involucre matar a toda persona, inocente o culpable, que se meta en el camino de la organización.
Y entre las personas que se meten en su camino, están aquellas que sin saberlo, se han metido en medio de su misión: un hombre joven, una vagabunda de piel pálida y una oficial de policía.
Éstos, guiados por su tanto cruel como enigmático líder, siguen la irónica tarea de "salvar al mundo", de acuerdo a él, de un futuro terrible. Un futuro donde la humanidad podría perecer. Su misión es tan importante, que recurren a cualquier método para llevarla a cabo, aunque eso involucre matar a toda persona, inocente o culpable, que se meta en el camino de la organización.
Y entre las personas que se meten en su camino, están aquellas que sin saberlo, se han metido en medio de su misión: un hombre joven, una vagabunda de piel pálida y una oficial de policía.
Tras
conocer a Stroyer, el líder de los Fragmentos de Omega, y escuchar sus
incomprensibles motivos para “salvar el mundo”, a través de la destrucción, el
asesinato y terrorismo, la ex oficial Winifred Burkle lo encuentra más un asesino
que un salvador. Y más aún después de haber sido incriminada por la explosión
del casino de la ciudad de Nueva York, que acabó con la vida de todos los
tahúres que moraban en su interior. A causa de
dicha injusticia se vio obligada a detenerlo a toda costa, aunque en el
intento se deshizo también de su vida normal y de su identidad, pasando a
tomar el que es su nombre verdadero, Jane Damon, un nombre que prefiere no utilizar todo el tiempo debido a circunstancias desagradables de su juventud, desde el anonimato absoluto, ya que su identidad actual es la de Zoé Dominé, una inmigrante francesa.
Pero pese a
sus deseos de acabar con la organización, su camino fue cortado abruptamente
por los miembros de la Secta Astral
Americana, una de las cinco sedes mundiales del Gobierno Astral, cuerpo
principal creyente de la existencia de los “Entes”, deidades que contribuyeron
en la creación del planeta Tierra, y de las cuales se dice que pueden controlar los elementos de la naturaleza.
Entre
dichos Entes, se halla Omega, un dios tomado de oscuro conocido como “La Última Vida”, el
cual Stroyer pretende traer de regreso a la vida junto a su gemelo, el Ente Alfa,
conocido como “La Primera Vida ”, reuniendo para ello las reliquias que las Sectas Astrales guarecen en cada una
de sus cinco bases continentales, habiendo obtenido una de ellas ya en América. Dichas reliquias son conocidas como "Reliquias del Comienzo", creyéndose que pertenecieron al Ente Alfa, y cuyo poder se estima que son los de precisamente, revivir al Ente Omega.
Lo último
que Jane recuerda mientras se encontraba en el aeropuerto de Nueva York, es la
cara de Dean Friedkin, o Lazarus como se hace conocer, un conocido suyo que
resultó ser un agente al servicio del Gobierno Astral , dejándola inconsciente con un adormecedor.
Éste, junto con su compañero Tabnir, y un muchacho extraño que conoció en la
ciudad llamado Zack, al cual nombran como “Zaran”, conforman el grupo de los
Fragmentos Blancos, dedicado únicamente a perseguir a los Fragmentos de Omega.
Al momento de conocer a este muchacho, Jane se
sorprendió al escuchar el motivo por el que estaba con sus dos socios: ir en
busca de su mejor amigo Ray, el segundo al mando de los Fragmentos de Omega,
renombrado actualmente como “El Cuervo Eléctrico, Railo”, y al cual se le
atribuyen las muertes de varios delincuentes desde el año anterior (2008), año en el que se
instaló en la ciudad de Nueva York.
Dicho
motivo le parece muy suicida y descabellado, no sólo por el hecho de que todavía
crea que su amigo puede ser “salvado”, pese a ser golpeado por éste y casi
asesinado por el mismo Stroyer. Sino también, por no saber quién es en realidad
el muchacho, ya que de acuerdo al mismo líder de la organización, él es en
realidad un sanguinario y despiadado asesino, aparentemente esquizofrénico,
conocido como el “Zorro Blanco”, que busca matar a cada uno de los Fragmentos
de Omega por motivos no esclarecidos desde hace años.
Al pensar
en esto, Jane vuelve a recordar el momento en el que un nervioso Zack la salva
de morir asesinada por Vortaxio, “El Búho Perspicaz”, al dispararle a éste en
el pecho con su arma, con intención de inmovilizarlo, no de matarlo sin querer
a los segundos siguientes. Viendo su horrorizado rostro en aquel momento, a
ella le cuesta creer que él fuese un asesino, aunque tampoco está del todo segura.
Pero de repente, cuando aún continúa pensando en aquel muchacho, alguien golpea la puerta de la
habitación en la que se encuentra.
-¿Estás
despierta? – le pregunta un sujeto desde afuera.
-¡Sí, Gere,
pasa! – responde Jane.
Abriendo la
puerta con su mano izquierda, y llevando una bandeja con una taza de té y un
tostado con la derecha, Geremaia Friedkin camina hacia su amiga e “inquilina”,
trayéndole el desayuno como si fuese un mozo.
-Gere, no
debiste… ¿Dónde está Alfred?
-Le he dado
vacaciones querida, por ende yo seré el mayordomo, jajaja. En fin, ¿Cómo te
encuentras? Ya son tres meses que llevas viviendo aquí, sin salir al exterior.
-Sí… Bueno,
como sabrás, me encuentro en el fondo peor que nunca. Desde que fui incriminada
en los sucesos que han ocurrido como la explosión del casino de la ciudad, todo
se me ha venido abajo por culpa de esos Fragmentos de Omega. Perdí mi empleo, mi
vida como la oficial Winifred Burkle… y la oportunidad de proteger a más gente.
Es más… cuando me disponía a seguirles, tu hijo me lo impidió…
-Oh sí.
Dean suele ser muy atolondrado como sabrás…
-¿Pero por
qué él trabaja para el Gobierno Astral, persiguiendo a Stroyer? ¿No te preocupa
que pueda morir?
-Bueno… no.
-¿Eh?
-Desde que
era niño, y cuando Steven venía aquí a estudiar todo lo que no quería aprender
con su padre, mi ya fallecido amigo Gilbert, siempre le odió. Intentó estropear
sus tareas y estudios, pero nunca lo consiguió. Yo creo… que se unió a voluntad
propia al Gobierno Astral para detenerle una vez más. Y claro que me preocupo
por él, aunque no lo demuestre. Sé además, que no correrá el peligro de morir…porque
es un cobarde.
-¿Cobarde?
Ahora que lo dices…
-Debiste de
haberlo notado. Cuando los Fragmentos de Omega lucharon contra los Gladios
en el aeropuerto de la ciudad, él no tuvo ningún deseo de adentrarse al campo
de batalla, a diferencia de ti y de los demás muchachos…
-Soleyu y
Zack…Habíamos ido en busca de Syrinne…y en el intento Vortaxio intentó matarme…
pero Zack me salvó…asesinándole… Me pregunto qué será de él y de Soleyu actualmente…
-El joven
de largo cabello negro y ojos grises está viviendo pacíficamente junto a esa
chica gótica en Manhattan desde que los Fragmentos escaparon de la ciudad en un
“avión dragón”. En cuanto al otro muchacho…actualmente está con Dean y Vincent
en Europa, precisamente en Gran Bretaña.
-¿De
verdad? ¿Eso quiere decir que los Fragmentos de Omega también están allí?
-Por el
momento. Deben de estar tomándose un corto descanso por lo sucedido aquí, junto
a más miembros de la organización.
-¿Más
miembros? ¡Entonces deben de tener miembros por todo el mundo! ¿No es así?
-Así
parece. Aunque quien sabe… yo sé que no todo aquel que viste el chaleco
emplumado que Stroyer y sus lacayos usan es también un miembro de la
organización…
-… ¿Lo
dices por Zack?
-Y por los
hermanos Cortez. Días antes de sus respectivas muertes les he visto a ambos con
las cámaras que tengo por la ciudad, vistiendo chaquetas emplumadas muy
similares, aunque no tuviesen tantas plumas. Parecían por así decirlo,
polluelos, comparándolos con los Fragmentos de Omega.
-Claro. Eran después de todo algún tipo de agentes y no delincuentes…aunque según Railo, “El Cuervo
Eléctrico”, ellos mataron a una familia por sus bienes…
-Exacto. También
fueron muy codiciosos por así decirlo. Pero volviendo a Zachary, yo estoy
seguro de haberle visto también, vistiendo otra chaqueta similar a la de la organización de
Steven. Le he visto siempre de espaldas en cada una de las cámaras, ya que como
les había dicho hace meses, el individuo evitó dejarse ver en todo momento. Incluso
el día en el que el casino explotó, el “Zorro Blanco” encontró al muchacho de
ojos grises en un callejón, y con una fuerza increíble intentó estrangularlo, pero
por algún motivo lo liberó antes de huir.
-¿Qué?
¿Intentó matar a Soleyu?
-Segundos
antes de que lo conocieras y te arrebatara el arma, cuando encontraste a Railo
inconsciente, junto con la chica de acento europeo que los Fragmentos tuvieron
de rehén. Te habrá parecido extraño que un asustado Soleyu intentase matarlo
con tu pistola nada más verlo.
-Sí…pero no
sabía eso… En fin. Yo no puedo creer del todo que él sea un asesino, ni mucho
menos esquizofrénico. Cuando mató a Vortaxio, parecía estar muy nervioso y
horrorizado, como si hubiera matado por primera vez…
-Puede que
en su personalidad pacífica como “Zachary” haya matado por primera vez, a
diferencia de la otra.
-Pero es
que… simplemente algo me dice que él no es un asesino… como su mejor amigo. Es
más, Zack había dicho que Railo es un año mayor que él, que era como su hermano
mayor en cierto sentido, pero viéndolos a ambos, es el caso contrario.
-Claro que
sí. Railo no ha envejecido desde que se unió a Steven hace cuatro años.
Mantiene la misma apariencia que cuando tenía dieciocho. Debido a eso, Zachary
parece ser más grande que él físicamente. Podría deberse al uso del dispositivo
elemental.
-¿Qué? ¿En
qué tiene que ver el dispositivo elemental?
-Te lo
explicaré. Los dispositivos elementales que los Fragmentos de Omega utilizan
para crear y manipular los elementos de la naturaleza están compuestos por
fuera de titanio, el metal más duro del mundo, para contener el poder que
encierran. Y por dentro están compuestos del elemento a controlar, como el
fuego, y de una extraña energía en forma de gas denominada Vexus, o por su diminutivo, Vx. Esa misma energía cubre al usuario del dispositivo de la
radiación que libera una vez que éste se inyecta la nanomáquina. Al estar
“intoxicado” por el Vexus, puede ganar la habilidad de crear y controlar el
elemento en cuestión con desearlo. Y también, de alguna forma, deja de
envejecer…
-¿Lo dices en serio?
-Así es.
Railo lleva injertado en su cuerpo el Vexus desde que se unió a Steven a los
dieciocho años. Y él lleva utilizando su dispositivo elemental de Fuego desde
que creó su organización, junto a sus esbirros. No, quizás mucho antes. Él
tiene actualmente treinta y dos años de edad como sabrás…
-Pero
parece más joven, como si tuviera...veinticinco.
-Exacto.
Usando el dispositivo elemental, los Fragmentos no envejecen, no se cansan, y
ganan además un aumento de su fuerza, flexibilidad, resistencia y velocidad. Y
una resistencia contra otros elementos de la naturaleza.
-Ya veo.
Entonces, por eso…Vortaxio no falleció al momento en el que Railo le electrocutó
en el aeropuerto.
-Así es.
-¿Pero
Gere, acaso los Fragmentos de Omega nunca envejecerán? O sea, ¿serán para
siempre jóvenes?
-No. Sólo
mientras tengan injertados en sus cuerpos el dispositivo elemental, ya que sólo
de allí viene la radiación que les otorga la juventud eterna.
-…Entiendo.
¿Pero cómo sabes todo esto? Solo lo sabrías si tú…… - le comienza a preguntar, sólo para comenzar a
sorprenderse.
-Los
dispositivos son de mi propiedad. Jane. De joven, Steven me los arrebató para
cumplir sus planes.
-¿T-Tú….creaste….los….?
-Así es, yo
inventé los doce dispositivos elementales, basándome en unos planos que he
adquirido hace años…
-¿P-Pero cómo
es que él…Stroyer…los…?
-Poco
importa ya. Lo importante es que debe ser detenido. Y ahora, querida, ha
llegado mi momento de actuar.
-¿Tu
momento?
-Sí. Iré
tras los Fragmentos de Omega, y tú me acompañarás. Juntos detendremos a Steven
de una vez, para evitar que siga causando desastres con mis inventos. Por
supuesto, no estaremos solos. Tendremos mucha ayuda de mi parte. Y esperemos
que en el camino, encontremos información sobre tu hermana.
-P-Pero… - contesta, recordando a la vez a su desaparecida hermana mayor, Aina, quien en el pasado desapareció misteriosamente cuando se fugó de casa junto a Jane.
-¿Quién
cuidará mi hogar? No te preocupes. Le he dado permiso a Alfred de usar mi casa
como si fuese la suya mientras no estoy.
-No quise
preguntar eso… Bueno… ¿Cuándo partiremos?
-En una
semana. Hasta entonces descansa. Volveremos a ver a mi hijo y a Vincent, y
quizás a Zachary…
Al mismo
tiempo, en Manhattan, dentro de un apartamento de tres ambientes, una pareja
que comparte el mismo cabello negro y largo, diferenciándose por los ojos grises y verdes, miran
felices la televisión, abrazados como si no lo hubiesen hecho en mucho tiempo. En
el living, y sin haber ningún otro peligro desde lo acontecido en Nueva York,
Soleyu se siente muy cómodo por estar junto a la chica que ama, sentado en un
gran sofá de cuero.
-Que
hermosa película… “Lucha y felicidad” - comenta la joven irlandesa – Sobre todo
por que transcurre en Irlanda…
-Tu país
natal, ¿verdad? – le pregunta el corredor, mientras acaricia tiernamente con su mano izquierda, completamente vendada como el resto de su antebrazo izquierdo, su
cara.
-Sí. Como
sabrás vengo de Dublín, mi vida. Si bien extraño los árboles y los jardines que
solía contemplar de niña, estoy contenta de estar aquí también.
-Jejeje,
eso lo sabemos. Y dime, ¿puedes hablar en irlandés?
-Emm sí. Mi
madre sabe más que yo, pero también se hablar un poco de irlandés. A ver, qué
puedo decir… ¡Ya sé!
-Dime.
-Táim i ngrá leat
-¿QUÉ?
-Te amo.
-Yo
también, pero ¿qué significa?
-¡Te amo,
tonto!
-¡Yo
también, lo sabes, pero no entiendo que significa lo que dijiste! – responde, con
una risa sarcástica.
-¡Eres
malo! ¡Jajaja! – le responde con un golpecito al saber que estaba jugando.
-¡Jajaja!
-Oh bueno.
Ahora sabes que significa eso, y también que te amo, jajaja. Ayy, Soleyu. Eres
como el protagonista de esta película, Sir Edwin, un caballero de la
realeza que busca rescatar a su bella dama, Lady Elizabeth, de las manos de
quienes quieren esposarla por la fuerza y alejarla de él, como hiciste tú…aunque
en mi caso, nadie quería casarse conmigo, sino que querían convertirme en uno
de ellos…
-... No
pienses en eso, Syrinne. Ya pasó.
-Oh, no. Claro
que pasó, sí. …Es que justo ahora, sólo me he puesto a pensar en lo ocurrido
hace tres meses aquí. Cuando esos Fragmentos de Omega…
-Te
entiendo, pero mira, ellos ya se fueron. Es una suerte que ahora ya no te
necesiten para sus planes. Es más, imagino que no volverán. Pero si lo
hicieran, te protegeré a toda costa. No te dejaré ir otra vez, y lo sabes.
Incluso si tuviera que pelear a toda costa contra el líder y Finem. Dios mío,
ese era una bestia salvaje…
-Lo sé…
Perdona por mi nostalgia… Pero también pienso en Zack y en ti… ¿Cómo crees que
estará él?
-No lo sé.
Pero estoy seguro de que sigue vivo… - responde con una preocupación, pensando
o no si de verdad es el Zorro Blanco, recordando a la vez cuando éste casi lo
estrangula.
-Entiendo…
¿Y tú como te encuentras?
-…Bien.
Desde que esos bastardos se fueron, no he vuelto a escuchar su voz, y tampoco
tuve pesadillas relacionadas con él por las noches. He vivido tranquilo, y
junto a ti.
-Él… o sea
tu alma, ¿verdad? Creo que se llamaba Ouroboros… - adivina con preocupación, mirando su mano izquierda, ya que durante el tiempo que pasaron juntos, Soleyu le confesó que un ser humanoide, al cual toma como su "alma", lo atormentó durante horas hace tres meses.
-Si. Me
aterro con tan solo encontrármelo en mi mente. Cuando lo hice hace meses, en el
momento que tú me llevaste a la cama antes de que Finem nos atacara, se me
apareció mientras descansaba. No podía escapar de él. Estaba completamente
inmovilizado. Incluso, cuando me tocó con uno de sus dedos, tan largos y
filosos como una cuchilla, sufrí un dolor de muerte. Como si me estuvieran
quemando con ácido sulfúrico.
-Qué
terrible… pero lo importante es que ahora ya ni lo ves.
-Desde
luego... ¿Cómo está tu madre?
-¡Oh, ella
está bien! ¡Desde que le dije que viviría contigo, se ha vuelto más energética!
¡Trabaja como nunca para mantenerse a sí misma y a mí!
-¡Vaya!
¡Yo jamás olvidaré la expresión que hizo cuando me volvió a ver la cara tras
mucho tiempo! ¡No creyó que a mí me agradase tener el cabello largo!
-Tú tienes
una melena. Eres un león. Mi león…
-¿Tu león?
-¡GROWL!
-Oh,
Syrinne…
Impulsado
por los sentimientos, Soleyu procede a besar a Syrinne. Pero en ese mismo
momento, alguien anónimo toca la puerta tres veces, esperando ser atendido.
-¿Quién
será? – pregunta el corredor, molesto por la interrupción.
-¿Por qué
no pulsa el timbre? ¡El escuchar golpes en la puerta me recuerda a la vez que aquel
vampiro intentó abrirla de manera bestial!
-Relájate,
amor. Él ya no está aquí. Quizás deba ser un vecino. Ignorémoslo.
-¡Debería
pulsarlo de todas maneras!
En se mismo momento, se escucha el timbre, para
sorpresa de los dos.
-¿QUÉ?
¿ME HA ESCUCHADO?
-¡Iré a ver
quien es!
-Amor, no
vayas. Iré yo...bueno, está bien.
Enojándose,
la joven irlandesa se levanta y camina hasta la puerta del apartamento de
Soleyu, abriéndola al girar y tirar del pomo. El enfado que estaba comenzando a
sentir, rápidamente se desvanece, pasando a estar en cambio, sorprendida con lo
que ve.
Ante ella, ve a un hombre joven con la nariz respingada, los ojos azules, casi celestes, y la piel y cabello completamente blancos, que viste un enorme hoodie azul y un gorro negro y blanco, cuyo diseño parece recordar al símbolo del Yin y el Yang. Su apariencia rápidamente le incomoda, ya que nunca había visto en persona a alguien que padeciese de albinismo.
Ante ella, ve a un hombre joven con la nariz respingada, los ojos azules, casi celestes, y la piel y cabello completamente blancos, que viste un enorme hoodie azul y un gorro negro y blanco, cuyo diseño parece recordar al símbolo del Yin y el Yang. Su apariencia rápidamente le incomoda, ya que nunca había visto en persona a alguien que padeciese de albinismo.
-¿Qué?
¿Quién es él? – comenta Soleyu
-¿Q-Quién
eres…t-tú? – contesta nerviosa.
-…Hola. Me
llamo Stuart. – se presenta a sí mismo el sujeto con tranquilidad,
ofreciendo su mano para saludar cordialmente.
Pese a lo
incómoda e insegura que se siente ante el individuo, Syrinne aún cree que
quizás sea un vecino, por lo que accede a darle la mano, sin imaginarse de que
no debió hacerlo.
Porque al momento del estrecho de manos, empieza a sentir que su mano derecha se le duerme, para luego dejar de sentir su brazo derecho, y terminar, por ende, sintiendo un gran cansancio en todo su cuerpo. Como si estuviese respirando Cloroformo.
Porque al momento del estrecho de manos, empieza a sentir que su mano derecha se le duerme, para luego dejar de sentir su brazo derecho, y terminar, por ende, sintiendo un gran cansancio en todo su cuerpo. Como si estuviese respirando Cloroformo.
-Q-Qué…me
está...pasando... – titubea antes de caer inconsciente – So...le…yu…
-¡SYRINNE!
Alarmado y
confundido por lo que ocurre, Soleyu rápidamente se levanta del sofá y corre a
atacar a Stuart, que lo mira con indiferencia. Sin embargo, antes de poder
siquiera golpearle con su puño derecho, el misterioso hombre lo toca primero,
tomando su cara con su palma. Al igual que su amada, el corredor padece un gran
cansancio hasta el punto de caerse dormido. Pero unos segundos, antes de perder
la consciencia, ve la silueta de una persona acercándose a él, sin lograr
distinguir quien es.
-M-Mierda… - musita antes de desmayarse.
-Bien
hecho, Stuart. – lo elogia su acompañante no identificada – Ahora tomémoslos y
vámonos.
Con la
pareja totalmente noqueada, Stuart entra al apartamento y carga encima con cada
uno de sus brazos a los dos jóvenes, retirándose del lugar junto a la
enigmática mujer. En el pasillo, y pasando por al lado de unos hombres armados pero
totalmente incapacitados, sube hasta el tejado del edificio, encontrándose en
el camino a un hombre no identificado que le estaba esperando, junto a una especie de jet totalmente oscuro que levita en el aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario