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10-La mente del Cuervo

9:50 de la mañana.

Mientras se dirigía hacia el casino de Nueva York por una calle que la lleva directamente hacia allí, Fred vio atónita cómo el casino explotó en llamas desde lejos. Pensando que fue obra del mismísimo Cuervo Eléctrico, la oficial se mueve más deprisa, rezando porque no hubiera víctimas. 
Desgraciadamente, ya se sabe que no es así. Por radio, sus compañeros policías, además de criticarla por irse de la escena del crimen de Raimundo Cortez, le informan que todas las personas que estaban dentro del establecimiento murieron al instante que comenzó la explosión.

-¡Está bien, está bien! ¡Volveré luego, pero tengo que ir de inmediato al casino! - les responde a sus colegas con tono cansino, cortando al final la llamada -Maldición, ¡te costará caro, Cuervo Eléctrico! ¡Has ido demasiado lejos esta vez!

Enfurecida, sigue corriendo hacia allí a la vez que pasa por en medio de la gente que se aleja del desastre. Pero de pronto se detiene, pues vuelve a cruzarse con una persona de hace unos momentos, que regresaba, ya bastante asustada, hacia su hogar...

-¡Oye! ¿Qué estás haciendo?- le grita, llamando su atención.

-¡Usted...! ¡Escúcheme, creo que me están siguiendo! ¡No sólo aquel asesino que me ayudó, sino también alguien más, a quien sólo he escuchado decir que me ha encontrado!

-¡Cálmate! ¿Hablas en serio? ¿Y hacia donde ibas ahora?

-¡Hacia mi hogar! ¡Ya he tenido suficiente con todo esto que me está sucediendo! ¡Unos misteriosos tipos, una explosión repentina...! ¡No entiendo nada de lo que pasa aquí!

-Escúchame... No vuelvas a tu hogar. Puede que, si te están siguiendo, puedan entrar a tu casa y tomar de rehén a tus familiares. Por lo que vi que iba a hacerte ese tipo, el que te ayudó a levantarte del suelo, creo que te quieren para algo que yo misma desconozco. Ven conmigo. Mientras estés junto a mí, no dejaré que te secuestren.

-De acuerdo, lo haré... Mi nombre es Syrinne O'Kein.

-Bien Syrinne, acompáñame hacia el casino. Sé que no quieres ir allí, y yo tampoco, pero tengo que averiguar si existe algo que me diga que ese tipo está involucrado. Además el lugar ya está lleno de policías, por lo que estarás protegida. Una vez que termine, te llevaré a la comisaría y pediré que te den refugio.

Una vez juntas, las dos mujeres se dirigen hacia el casino en llamas. Al llegar, encuentran a los policías frente al fuego, y a los bomberos que acaban de llegar, e intentan apagar las misteriosas llamas verdes, que parecen resistirse al agua. La oficial procede entonces a hablar con ellos, pero de pronto Syrinne la detiene.

-¡Oficial! ¡Mire allí, donde la gente está huyendo! ¡ES ÉL!

Viendo hacia la dirección señalada por la joven, frente al casino, Fred descubre al Cuervo Eléctrico inconsciente en el suelo, con marcas de pisadas en su espalda. Aparentemente, cuando sucedió la explosión, éste había perdido de algún modo el conocimiento, y la gente que había huido del pánico ignoraron su presencia, pisoteándolo mientras corrían. 
Pero lo que le sorprende a la oficial es cómo los policías no se percataron de que éste estaba aquí.

-¿¡Porqué nadie se da cuenta de que el Cuervo Eléctrico está justo aquí, inconsciente!? Bueno... debo calmarme. Haré algo. Syrinne, necesito que me ayudes a llevarlo hacia ese callejón, para apartarlo de las calles. Tengo que revisarlo.

Las dos mujeres cargan juntas al inconsciente Cuervo. Y ya en dicho rincón, la oficial pone su mano derecha sobre la frente de éste, cierra los ojos, y comienza a ver lo que él ha hecho, como si se lo hubieran dicho un par de testigos. Sólo que esta vez, nadie lo ha visto ingresar a la parte trasera del casino. 
Tomando su perspectiva, comienza a descubrir cómo ingresó a la parte trasera del casino para tomar algo de la bóveda del lugar, pero de pronto ese recuerdo se ve interrumpido por otros para su sorpresa.
Uno, donde una joven rubia, de ojos azules, le sonríe felizmente. Otro, donde un misterioso tipo, con sus mismos ojos rojos, le da la bienvenida, llamándolo "Railo". Y finalmente, Fred ve cómo mata a Raimundo Cortéz, mientras éste pedía inútilmente piedad.

-¿Qué acaba de pasar...? - se pregunta la oficial, confundida.

-¿Qué? - le pregunta ahora Syrinne, igual de confusa - ¿Qué acabas de hacer?

-Oh... bueno, verás Syrinne, yo...

Al mismo tiempo que Fred intenta aclararle a la joven qué acaba de hacer, Soleyu las ve con el Cuervo desde un tejado...

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