EL DISEÑO DEL BLOG ESTÁ AÚN EN RENOVACIÓN. GRACIAS POR LA PACIENCIA

Capítulos

50-Nuevo rumbo

Todo es negro. Bueno, no todo. Una especie de neblina azul se hace presente, mezclándose con ese negro abisal hasta formar el color de las profundidades del océano. Sin embargo, el lugar en cuestión tampoco es el fondo del mar, sino más bien, el fondo de un subconsciente.
Y así como apareció esa azulada bruma, a los pocos segundos, una especie de hidra de cinco cabezas aparece. Inicialmente con la vista en el horizonte, esa hidra rápidamente da la vuelta para mirar a alguien. A alguien que parece estar mirándolo, aún con los ojos cerrados. Y como una respuesta a este intercambio de miradas, la bestia ruge con una desgarradora fuerza. Como si fuera Pi.
De este modo, Fireblast despierta bajo un gigantesco mar de rocas, o más bien escombros, dentro de un pequeñísimo espacio disponible por una columna viviente y plateada, o mejor dicho, dos columnas vivientes, plateadas y pesadas. Son Crusaden y Georgen, que con sus respectivos pesos corporales impiden que las rocas los aplasten.

-¿¡Qué pasó!? – pregunta el enmascarado, confuso.

-Habéis recuperado la conciencia. – nota el caballero plateado – Pues en ese caso, ve hacia esa luz.

-¿Luz, qué luz?

-La que está allí enmascarado, ¿no la ves?

-¿Esa? ¡De acuerdo!

Y con seriedad, él corre con su arma hacia la luz, descubriendo al final una serie de escaleras de emergencia. Por instinto, sube por cada escalón hasta dar con una superficie blanda. Tratándose esta superficie de una puerta secreta, es abierta por el homúnculo, que da con el aire oscuro de los bosques de alrededor.

-¡Aire, por fin! – suspira, saliendo completamente de debajo. Una vez que pisa el suelo, se sorprende de escuchar un leve derrumbe desde abajo. - ¡El caballero…!

-Estará bien. – le asegura una voz muy grave, de tono robótico.

-¿¡Eh!? ¿¡Quién anda ahí!?

De una rápida vuelta, el piquero descubre a un individuo casi pero casi idéntico a él. Un traje rojo y negro. Unas botas o grebas rojas. Una contextura similar a la suya. Y finalmente, una máscara de dragón blanca como la de él, pero con las siguientes diferencias: no está rota; no tiene la boca cerrada en lugar de tenerla abierta; y parte del largo cabello anaranjado del sujeto se deja ver.

-¿Quién eres tú? ¡Te pareces a mí!

-No es una coincidencia.

-¿Coincidencia? Espera un minuto… ¿acaso tú eres “Libélula”?

La persona se lo confirma con un movimiento vertical de cabeza.

-¿Tú eres aquel que ese tal Ofidius mencionó antes de atacarme?

La persona vuelve a afirmárselo con la cabeza.

-¡No me respondas así! ¡Di algo!

-Hablaré en cuanto Crusaden salga de allí abajo.

-¿Crusaden? ¿Te refieres al caballero plateado? ¡No me muevas la cabeza otra vez!

Por el mismo agujero del que salió, Fireblast descubre entonces al caballero, montado sobre su caballo artificial.

-¡Qué rapidez!

-¿Quién es esa persona que os acompaña, enmascarado?

-¡No lo sé! ¡Pero creo que es “Libélula”!

-Soy Libélula. Te lo acabo de confirmar.

-¿Libélula? ¿El líder del escuadrón “D”? ¿Qué hacéis aquí?

-Crusaden Ferdwicht. Dragón. He venido a por ustedes y el caballo.

-¿A por nosotros? ¿Y qué es lo que queréis?

-Su ayuda. Necesito su ayuda para enfrentar a lo que queda de Animas Homunculi y los Dioses. De seguir en pie, ellos aniquilarán toda vida en el mundo, sea humana o artificial.

-Eso ya me lo imagino. Pero parecéis olvidar una cosa con respecto a mí. No puedo abandonar este lugar. Como toda la Secta Astral ha sido destrozada por Pi, mi deber ahora es ayudar a repararla, o a buscar entre los escombros cosas de valor que perduren.

-De hecho lo sé, pero ahora mismo los humanos, o incluso los Guardianes ignoran que sigues vivo. Piensan que tú y tu caballo han perecido entre los escombros, pese a ser fuerte.

-Mmmm, buen punto. Pero aún así, no puedo abandonar. Voluntariamente me he ofrecido a quedarme aquí, a fin de proteger el tesoro que los Fragmentos de Omega ya debieron de tomar…en fin.

-Y así como has querido entrar, también puedes salir por tu propia voluntad. Ten en cuenta que esto por lo que les estoy pidiendo su ayuda es también para beneficio de la humanidad, no sólo del nuestro. Ahora, ¿qué me dicen?

-¡Yo no sé que hacer ahora, así que iré contigo! – le responde Fireblast.

-Bien... Honestamente, deseaba que te unieras a mí. ¿Qué me dices tú, Crusaden Ferdwicht?

-…Supongo que sí. Si pensáis como yo, entonces sería lógico que yo y Georgen os demos una mano. Como los Fragmentos han tomado el tesoro que intenté proteger, no tiene caso que siga aquí ya.

-Perfecto. Ahora síganme los tres. Nos reuniremos con mi grupo.

-¡Espera! ¡Tengo muchas preguntas que hacerte! ¡A ti y al caballero de plata!

-Las preguntas para luego, enmascarado. – le repite Crusaden.

-¡Ahora es ese luego! ¿Qué son los Dioses? ¿Fui creado de uno de ellos? ¡Dímelo, Libélula!

-Las preguntas para luego. – le repite la otra persona enmascarada – Todo a su debido tiempo, Dragón.

-Hmph…

Los tres homúnculos y el animalúnculo entonces se mueven juntos hacia adelante, perdiéndose entre la espesura. Y por otra parte, lejos de lo que quedó del monte Grünmeer, Ofidius, Guantelete y Cromatonio debaten en regresar para ayudar a su dios a salir.

-Debemoz regrezar, Cromatonio. ¡No podemoz dejar al Gran Pi atráz!

-JUJUJU, PERO TODOS LOS HUMANOS ESTÁN YA AFUERA. CREO TAMBIÉN QUE EL GRAN PI HA LOGRADO SALIR POR SU CUENTA.

-¿Qué ha logrado zalir? ¡Ni ziquiera lo hemoz zentido!

-BZZZZ. ¡PORQUE HA LOGRADO SALIR, INSENSATOS! ¡BZZZZ!

-¡Eza voz…!

Viniendo de arriba, esa voz, pronunciando el mismo idioma que utilizó Pi, pertenece al mismo ser insectoide que vigiló a los Fragmentos de Omega en el bosque de Wanderland, junto al extraño gato blanco de ojos dorados, que casualmente se halla sobre su espalda.

-¡SON EL GRAN DSEDA Y EL GRAN FI! – informa el camaleón, quien se inclina ante ellos.

-¡Oh, deztructorez de cuerpoz y almaz! ¡Miz rezpetoz hazia vozotroz! – contesta el homúnculo en el idioma correspondido, también inclinado.

-¡SI PENSÁIS REGRESAR A POR PI, ÉL YA SE HA IDO! ¡Y DEJADME DECIROS QUE ESTÁ MUY ENFADADO CON USTEDES!

-Nya nya nya. – ríe el extraño felino.

-Zentimoz mucho haber fallado. Pero zabed que de no haber muerto Pierzivalz y Rangery, tal vez hubiéramoz cumplido con nueztro propózito…

-¡DA IGUAL! ¡HEMOS VENIDO A POR USTEDES! ¡LOS LLEVAREMOS HACIA ÁFRICA, EL SIGUIENTE DESTINO DE LOS FRAGMENTOS DE OMEGA!

-Como uztedez dezeen, deztructorez de cuerpoz y almaz.

-JUJUJU. ¿HAY MÁS DE NOSOTROS ALLÁ?

-¡CLARO QUE SÍ! ¡DE HECHO, EL NUMBAT Y EL NARVAL LOS HAN ENCONTRADO ANTES QUE A TI, CAMALEÓN! ¡AHORA MOVEOS HACIA EL SURESTE, HACIA ÁFRICA! ¡ENCONTRARÉIS A VARIOS HOMÚNCULOS EN EL CAMINO!

-Muy bien, deztructorez... Zu voluntad ze hará...

-¡JUJUJU, MÁS DE NOSOTROS!

Leales, los dos homúnculos, junto a Guantelete, se marchan hacia el sureste. Mirándolos perderse entre los bosques, el dios insectoide y el gato de la sonrisa perturbadora vuelan y vuelan hasta perderse en los cielos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores (¡Sigue este blog!)