En un hospital de Nueva York, tumbado en una camilla, con una doctora al lado, en blanco. Así es como me encontraba hace dos años, tras despertarme. Lo primero que ví fué mi propia mano, que segundos antes estaba fregando mis ojos. En ella había un tatuaje: Una serpiente roja que se mordia la cola formando un círculo, y el número uno grabado en números romanos en el interior del círculo. Me incorporé. Podía hablar, podía moverme perfectamente. Recordaba el color de las cosas, su sabor, su olor... Pero no recordaba nada de mi, ni quien era, ni donde crecí... Nada, excepto mi nombre: Soleyu.
La doctora Hohenheim me dijo que había sufrido una lesión cerebral muy grave que me impedia recordar mas allá del dia del accidente, pero que no me preocupara, que con el tiempo, si me esforzaba, podría volver a recordar. Solo necesitaba ser activo, no dejar de moverme nunca.
Pasaron los dias, y al final me dieron el alta. La doctora me dió mis objetos personales con los que me encontraron, entre ellos una cartilla de una cuenta bancaria con una gran cantidad de dinero dentro, suficiente para vivir varias veces sin tener que trabajar.
Me compré un pequeño piso en Manhattan, y empecé a construir mi nueva vida. Cada dia salía a practicar freerun, saltando por las calles de Nueva York. Y fué en uno de estos dias cuando me dí cuenta que tenía un don, una habilidad especial, algo que ningún otro ser humano poseía: Podía liberar las restricciones de mi cerebro, permitiendome utilizar mi cuerpo al 100% de la capacidad humana. Gracias a este don, mis habilidades como corredor incrementaron , permitiendome realizar acrobacias sorprendentes sin esfuerzo. Yo era una sombra, un pajaro que sobrevolaba la ciudad y observava todo lo que pasaba en ella.
Pero a pesar de mis intentos, los recuerdos no volvieron. Una dia, frustrado por no conseguir nada aunque me esforzase, forcé demasiado mis límites como corredor. Recuerdo que regresé a casa cansado como nunca, sudando y con los músculos destrozados. Me lancé a la cama, y me dormí al instante. Caí en un profundo sueño. Estaba en una extraño lugar, todo lleno del mas absoluto negro, y una voz, una voz terrible a la par que profunda, que susurraba mi nombre una y otra vez. Desperté aterrado, y nunca volví a sobrepasar mis límites.
Pero eso es cosa del pasado. Han pasado ya dos años desde ese dia, y mi vida ha vuelto a dar un giro. Sin quererlo, me he visto envuelto en una crisis sin parangón, algo capaz de cambiar el mundo tal y como lo conocemos para siempre.
Soleyu es quizás el personaje mas trabajado que he creado nunca, con la posible excepción de cierto enemigo de Secrets Lair xD.
ResponderEliminarCuidalo bien astro ;), ahora eres tu el dueño de su destino.
prometo cuidarlo bien erickn ;)
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