Fin de una vida normal

Me arrepiento por siempre de aquel día. Me encontraba solo en un parque de Wisconsin, quejándome de que nada especial ocurría aún en mi vida. Y desde las sombras, se aparece él. Se me presentó a sí mismo como "Steven", y le interesó mucho mi actitud y mis quejas sobre mi vida. Me habló sobre su vida, sobre su padre, sobre su infelicidad, y sobre su "odio", que tenía hacia la vida que vivía, y sobre su sueño de "purificar" el mundo. No parecía mentir, y teníamos muchas cosas en común, como el abuso físico por parte de nuestros padres. Por último me invitó a formar parte de su "organización", cuya meta principal entre tantas, era salvar el mundo. Inspirado, y sin pensar en las consecuencias, acepté.

El día siguiente, Zack y Sarah me dijeron que la fiesta ya estaba planificada y que más tarde me dirían la ubicación. Steven me había dicho que me encontrara con él y sus "subordinados" en una mansión en el bosque. Fui allí cuando oscureció, y al entrar, lleno de pánico, creí ver ojos rojos y diabólicos en el techo. Una voz me dijo que subiese. Subí las escaleras hacia donde Steven y sus seguidores me esperaban. Cuando vi sus ojos, le pregunté que demonios era esto, a lo que él me dijo que eran efectos ocasionados por las "armas que ayudarían a traer la paz al mundo".

Acto seguido, me entregó una especie de nanomáquina, que emanaba una luz amarilla desde dentro. Steven, o más bien "Stroyer", me dijo que pegara el dispositivo en cualquiera de mis brazos. Al principio dolió, pero él me dijo que ya me acostumbraría. Luego, me bautizó enfrente de Antlar, Hydrust, Morbor, Flashodan, Fuunra, Finem y Vortaxio, como "Railo".

A los pocos minutos pasados, escuché el sonido de la puerta principal abriéndose, y varias pisadas en la planta baja. Stroyer se alarmó de la situación, y corrí hacia las escaleras para avisar a todos que se largaran, pero los fragmentos me detuvieron rápidamente. Desde donde estaba, pude ver, lleno de horror, que Zack y Sarah, junto a nuestros amigos de la escuela, se encontraban felices aquí, en el lugar donde se haría la fiesta de graduación.

De repente, escuché con sorpresa a Stroyer decir "Matadlos a todos". Mis nuevos "compañeros" se movieron con rapidez hacia los estudiantes, ¡y empezaron a matarlos con magia!.

Observé a mi mejor amigo y a mi hermana huir hacia otra parte de la mansión, con Morbor, Hydrust y Flashodan siguiéndoles. Steven, con una palmada en el hombro, me dijo que "demuestre mis habilidades". Aterrorizado, me moví, decidido a seguir a Zack y Sarah para salvarlos. Mi velocidad era más rápida de la que solía ser con el dispositivo insertado...

Mi mejor amigo y mi hermana menor se encerraron en una habitación de la planta baja para alejar a los tres fragmentos que les seguían, e intentaron abrir la ventana para huir. Morbor pateó la puerta abriéndola, y junto con Flashodan e Hydrust, se prepararon para matar a mis seres queridos. Pero yo me entrometí, y con mi mente controlada por la Ira, creé "electricidad" de mi mano derecha, y la atravesé en el pecho de cada uno de los tres fragmentos. Zack y Sarah me observaron con horror cometer triple homicidio, pero yo les dije gritando que teníamos que huir.

Salimos por la ventana, y huíamos por el bosque. Hasta que Zack se detuvo, y lleno de pánico, junto a Sarah, me pidió respuestas de lo que pasó. Yo les dije que no tenía idea de que en aquel lugar se haría la fiesta, así también como el de haberme unido sin saberlo a una organización macabra. Zack seguía y seguía haciendome preguntas, y yo ya no aguantaba mas la presión. Acababa de matar a tres personas, y quería que todo parara. La ira me controló de nuevo, y furioso, generé electricidad de la palma de mi mano diestro, y corrí hacia él, con la intención de clavar mi mano electrificada en su pecho, con tal de que se callara.

Y lo que pasó, selló mi destino... Mi hermanita también quería que todo parara, y se metió entre nosotros con fin de detenernos. ¡Terminé atravesándole el pecho con mi mano llena de electricidad! Horrorizado, retiré rápidamente mi mano. No sentí tocar el corazón...
Sarah me miraba con la boca abierta y ensangrentada, antes de caer estrepitosamente al suelo.
Zack quedó con la boca abierta, incapaz de decir palabra alguna por lo que he hecho. Sin saber que hacer, huí, lleno de miedo. ¡Ya no soy capaz de volver a mi vida normal, soy un monstruo, un cobarde, un idiota que lo ha perdido todo por un maldito capricho! Lo único que me incita a seguir adelante es esta maldita organización, la cual ya no puedo abandonar...