Aquel día, junto con Raymond y Sarah, estaba buscando el lugar perfecto para organizar una gran fiesta, con motivo de nuestra graduación ocurrida días antes. Y luego de tanto buscar, escogí finalmente una mansión abandonada al lado de un bosque. Una vez allí, preparé todo el interior para el evento. Sarah, al ser dos años menor que Ray y al no ser de nuestro curso, no se graduó aún, pero la invité a la fiesta de todas maneras porque me ayudó con la decoración. Raymond no apareció para ayudarnos, ya que actuaba muy extraño.
Finalmente, el día había llegado. Me vestí con un traje de gala que me hacía sentir como todo un caballero. Luego fui a recoger a Sarah y a Ray, aunque él no estaba presente…
Recuerdo cómo estaba vestida ella. Tenía un hermoso traje de color verde, y poseía un hermoso collar de perlas en su cuello. Ella era realmente…hermosa.
Suponiendo que Raymond nos estaría esperando allá, fuimos hacia la mansión, donde nos encontramos con todos mis amigos a la noche. Una vez abrí la puerta, entramos. Pero jamás, jamás imaginé lo que pasaría una vez dentro.
Al principio bailábamos, comíamos, todos nos divertíamos. Hasta que comenzó a haber un pequeño apagón que duró pocos minutos… Recuerdo que todos escuchamos un terrible y desgarrador alarido. Y cuando la luz empezó a volver momentáneamente, vimos a un hombre de cabello azul… ¡TIRANDO AL SUELO EL CUERPO SIN VIDA DE UNO DE MIS COMPAÑEROS!
El pánico se incrementó mucho, y tanto, que todos empezamos a huir, mientras más tipos como ése aparecían, y uno por uno, iban matando y matando sin parar.
Sarah y yo corrimos por varias partes de la mansión con la intención de buscar una salida. En el intento, fuimos acorralados por 3 tipos, uno de cabello blanco, otro con características asiáticas, y uno con aspecto “raro”. No tenía duda alguna de que querían matarnos, pero por detrás de ellos, apareció un misterioso sujeto, con la misma vestimenta. Recuerdo que los mató sin que se percatasen de su presencia. Luego nos llevó a la salida, mientras los demás graduados morían a manos de los demás tipos…
Una vez fuera, mi corazón y el de Sarah se congelaron completamente cuando descubrimos que aquel hombre… ¡ERA NADA MÁS NI NADA MENOS QUE RAYMOND!
Apenas se reveló como sí mismo ante nosotros, perdí un poco la cordura, y le exigí varias explicaciones. Ray estaba tan nervioso, que no podía darme una respuesta. Y finalmente, cansado de escucharme, se enfadó terriblemente, gritando que me callara, mientras yo veía cómo “generaba” electricidad en su mano, con la intención de “silenciarme”. Recuerdo que corrió hacia mí para electrocutarme, y parecía que estaba a punto de morir. Pero Sarah, queriendo que su hermano dejase esa actitud, se interpuso entre yo y él, con la intención de detenerlo.
Me quedé con la boca abierta y con el corazón hecho pedazos, e incluso me arrodillé al suelo, cuando vi que Raymond clavó su mano cargada de electricidad al pecho de su propia hermana…
Sarah cayó de inmediato al suelo, en mis piernas. Al ver cómo atacó por accidente a su propia hermana, Ray huyó aterrado, desapareciendo entre los árboles. Mientras yo miraba a Sarah, dejé escapar varias lágrimas… que tocaron su rostro…
Y mientras más y más lloraba, ella recuperó un poco la consciencia. Alcanzó a decirme que le gustó mucho haberme conocido… y con su último aliento, alcanzó a pedirme… que tráigase a su hermano mayor de regreso…que lo rescatase del destino que le esperaba por volverse un asesino. Le juré que no lo mataría, y que lo “rescataría”, y con una sonrisa, Sarah dejó de hablar….
Me he pasado la mano por los ojos luego de derramar unas cuantas lágrimas. Días después de la masacre, rechazé ir a la universidad. En cambio, fui constantemente al gimnasio para mantenerme en forma y para desarrollar la fuerza necesaria, pues presiento que voy a combatir en varias peleas. Luego compré ropa similar a la que llevaban los asesinos de mis amigos para que la gente no me siga el rastro. Y ahora, voy a por ti, Raymond...
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